Creo que ya hace unos cuantos años había tomado la decisión de publicar una entrada sobre el autor al que hoy nos dedicaremos, pero por diversas razones se ha ido postergando a lo largo de los meses. La anterior dedicada a Auguste Bouguereau
http://terradesomnis.blogspot.com/2011/12/william-adolphe-bouguereau-caiguda-i.html
y al clasicismo academicista francés del S.XIX, o las mucho más lejanas dedicadas a la Hermandad Prerrafaelista,
http://terradesomnis.blogspot.com/2008/11/la-fraternidad-prerafaelita-i.html
http://terradesomnis.blogspot.com/2008/11/la-hermandad-prerafaelista.html
i aquí:
http://terradesomnis.blogspot.com/2008/11/la-fraternitat-dels-prerafaelites-ii.html
influyeron poderosamente en la decisión de elaborar la que ofrecemos a continuación.
El éxito de las vanguardias artísticas de finales del S.XIX, empezando por los impresionistas y continuando con todos los "ismos" de finales de aquel siglo y primer tercio del siguiente, llevaron a los autores prerrafaelitas, academicistas, románticos, etc., a una especie de olvido, de letargo, en algunos casos malintencionado que, incluso, los borraron de muchos de los manuales de la historia del arte.
Ya vimos en aquellas entradas lo injusto e inadecuado de ese "olvido" y el enorme contenido de Belleza -en mayúsculas- que muchos de aquellos autores incorporaron a sus obras, favoreciendo -en mi opinión- con su simple contemplación, el goze espiritual que tan necesario nos es a las personas de éste mundo tan materialista en el que vivimos.
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y al clasicismo academicista francés del S.XIX, o las mucho más lejanas dedicadas a la Hermandad Prerrafaelista,
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influyeron poderosamente en la decisión de elaborar la que ofrecemos a continuación.
El éxito de las vanguardias artísticas de finales del S.XIX, empezando por los impresionistas y continuando con todos los "ismos" de finales de aquel siglo y primer tercio del siguiente, llevaron a los autores prerrafaelitas, academicistas, románticos, etc., a una especie de olvido, de letargo, en algunos casos malintencionado que, incluso, los borraron de muchos de los manuales de la historia del arte.
Ya vimos en aquellas entradas lo injusto e inadecuado de ese "olvido" y el enorme contenido de Belleza -en mayúsculas- que muchos de aquellos autores incorporaron a sus obras, favoreciendo -en mi opinión- con su simple contemplación, el goze espiritual que tan necesario nos es a las personas de éste mundo tan materialista en el que vivimos.
Debo confesar que aún sin tener conocimientos sobre pintura, arte, o historia de los movimientos pictóricos modernos o contemporáneos, la obra del artista al que hoy nos referiremos, despierta sentimientos muy encontrados, o gusta poderosamente -creo que a los más-, o es despreciada por cursi y pasada de moda - imagino que por los menos-, pero sin duda, nadie puede quedar indiferente ante algunas de ellas.
Autor inclasificable, aunque la mayoría lo incluyan entre los prerrafaelistas, Alma-Tadema, recibió como es natural la influencia de los grandes pintores flamencos, del Neoclasicismo, del Academicismo francés e inglés, del Romanticismo, de los Nazarenos, influencias que se hacen evidentes en uno u otro momento de su dilatada y abundante obra (más de cuatrocientas pinturas) llegando a ser uno de los más grandes, admirados y reconocidos artistas de su época. Veamos su biografia:
Sir Lawrence Alma-Tadema nace como Laurens Tadema el 8 de
enero de 1836, en el pequeño pueblo de Dronrijp, en Frisia, en el norte de los
Países Bajos. Fue el sexto hijo de Pieter Jiltes Tadema (1797-1840), el notario
del pueblo, que había tenido tres hijos de un matrimonio anterior, y el tercer
hijo de su madre, Hinke Dirks Brouwer (c. 1800-1863). Hinke Brouwer era la
hermana de la primera esposa de Pieter Tadema. Su primer hijo murió temprano y
el segundo fue Atje (c.1834-c. 1876), la hermana de Lorenzo, para el que habría de tener un gran afecto a lo largo de toda su vida. Tadema, (es decir, hijo de Adán), era un antiguo patronímico de
Frisia que termina con 'ma' el sufijo - "hijo de", mientras que los
nombres de Laurens y Alma pertenecían al padrino del chico. Laurens más tarde
cambió su nombre a Lawrence y incorpora Alma en su apellido con el fin de
que su nombre aparezca al principio de catálogos de exposiciones, en lugar de
bajo la T al final de ellos. En realidad no habían guiones en su apellido, pero fue hecho por los
demás y esto se ha convertido en una convención.
La familia se mudó en 1838 cerca de la ciudad de
Leeuwarden, donde la posición de Pieter como notario sería aún más lucrativo.
Su padre murió cuando tenía cuatro años, dejando a su madre con cinco hijos:
Laurens, su hermana, y tres varones del primer matrimonio de su padre. Su madre
tenía inclinaciones artísticas, y decidió que las lecciones de dibujo debían ser
incorporados en la educación de los niños. Recibió su formación artística
primero con un profesor de dibujo local contratado para enseñar a sus
medio-hermanos.
La intención era que el niño se convertiría en un abogado, pero en el año 1851 a la edad de quince años, sufrió un colapso físico y mental. Diagnosticado como tuberculoso, con un tiempo limitado de vida, se le permitió pasar sus últimos días en su tiempo libre, el dibujo y la pintura. Recobró su salud y decidió seguir su carrera como artista. En 1852 ingresó en la Real Academia de Amberes, donde estudió arte de principios del holandés y el flamenco, en Egide con Charles Wappers Gustave. Durante cuatro años Alma-Tadema como estudiante matriculado en la Academia, ganó varios premios respetables.Antes de salir de la escuela, hacia el final de 1855, se convirtió en ayudante del pintor y profesor Louis (Lodewijk) Jan de Taeye, cuyos cursos de historia y de vestuario histórico había disfrutado mucho en la Academia. A pesar de que Taeye no fue un destacado pintor, Alma-Tadema lo respetaba y se convirtió en su asistente de estudio al trabajar con él durante tres años. De Taeye le presentó los libros que influyeron en su deseo de retratar temas merovingios al principio de su carrera. Él se animó a describir la exactitud histórica de sus pinturas, un rasgo del artista que llegó a ser conocido.
La intención era que el niño se convertiría en un abogado, pero en el año 1851 a la edad de quince años, sufrió un colapso físico y mental. Diagnosticado como tuberculoso, con un tiempo limitado de vida, se le permitió pasar sus últimos días en su tiempo libre, el dibujo y la pintura. Recobró su salud y decidió seguir su carrera como artista. En 1852 ingresó en la Real Academia de Amberes, donde estudió arte de principios del holandés y el flamenco, en Egide con Charles Wappers Gustave. Durante cuatro años Alma-Tadema como estudiante matriculado en la Academia, ganó varios premios respetables.Antes de salir de la escuela, hacia el final de 1855, se convirtió en ayudante del pintor y profesor Louis (Lodewijk) Jan de Taeye, cuyos cursos de historia y de vestuario histórico había disfrutado mucho en la Academia. A pesar de que Taeye no fue un destacado pintor, Alma-Tadema lo respetaba y se convirtió en su asistente de estudio al trabajar con él durante tres años. De Taeye le presentó los libros que influyeron en su deseo de retratar temas merovingios al principio de su carrera. Él se animó a describir la exactitud histórica de sus pinturas, un rasgo del artista que llegó a ser conocido.
Alma-Tadema dejó el
estudio Taeye en noviembre del 1858, para volver a Leeuwarden antes de
instalarse en Amberes, donde comenzó a trabajar con el pintor Leys Jan Hendrik
cuyo estudio fue uno de los más respetados en Bélgica.
Bajo su guía,
Alma-Tadema pintó su primera obra importante: la educación de los hijos de
Clodoveo (1861).
Esta pintura fue una sensación entre los críticos y los
artistas cuando se exhibió ese año en el Congreso artístico en Amberes. Se dice
que ha sentado las bases de su fama y reputación. Alma-Tadema afirma que Leys reconoció
que la pintura terminada era mejor de lo que esperaba, fue crítico del
tratamiento de mármol, al que comparó con el queso. Alma-Tadema tuvo esta
crítica muy en serio, y lo llevó a mejorar su técnica y convertirse en pintor
más importante del mundo de mármol y granito jaspeado. A pesar de los reproches
de su maestro, La educación de los hijos de Clodoveo fue recibido con honores
por los críticos y artistas, incluso por el propio rey Leopoldo de Bélgica.
Los primeros
trabajos
Los temas merovingios fueron los temas favoritos del pintor, por lo menos hasta mediados de los años 1860. Es quizás en esta serie donde se encuentra el sentimiento más profundo y el más fuerte espíritu de romántico. Sin embargo los temas merovingios no tienen un atractivo internacional más amplio, por lo que pasó a los temas de la vida en el antiguo Egipto, que eran más populares. En estas escenas de la vida franca y de Egipto Alma-Tadema gastó mucha energía y muchas horas de investigación. En 1862, Alma-Tadema dejó el estudio de Leys y comenzó su propia carrera, estableciéndose como uno de los más importantes artistas europeos de tema clásico.
Los temas merovingios fueron los temas favoritos del pintor, por lo menos hasta mediados de los años 1860. Es quizás en esta serie donde se encuentra el sentimiento más profundo y el más fuerte espíritu de romántico. Sin embargo los temas merovingios no tienen un atractivo internacional más amplio, por lo que pasó a los temas de la vida en el antiguo Egipto, que eran más populares. En estas escenas de la vida franca y de Egipto Alma-Tadema gastó mucha energía y muchas horas de investigación. En 1862, Alma-Tadema dejó el estudio de Leys y comenzó su propia carrera, estableciéndose como uno de los más importantes artistas europeos de tema clásico.
En el 1863 se alteró el curso de la vida personal y
profesional de Alma-Tadema: el 3 de enero su madre inválida murió, y el 24 de
septiembre se casó, en el Ayuntamiento de Amberes, con Marie-Pauline Gressin,
la hija de Eugene Gressin, un periodista de ascendencia real. No se sabe nada
de su encuentro y poco de Pauline pues Alma-Tadema no habló casi nunca de ella
después de su muerte en 1869. Su imagen aparece en una serie de aceites, a
pesar de que pintó su retrato sólo tres veces, los más notables aparecen en “mi
estudio” (1867).
La pareja tuvo tres hijos. Su hijo mayor sólo vivió unos pocos
meses pues muere de viruela. Sus dos hijas, Laurence (1864-1940) y Anna
(1867-1943), ambas tenían inclinaciones artísticas: la primera en la
literatura, la segunda en el arte de la pintura.
Alma-Tadema y su esposa pasaron su luna de miel en Florencia, Roma, Nápoles y Pompeya. Esta, su primera visita a Italia, desarrolló su interés en la representación de la vida cotidiana en las antiguas Grecia y Roma, sobre todo en esto último encontró nueva inspiración en las ruinas de Pompeya, que le fascinaron y que inspiran muchos de sus trabajos en las próximas décadas.
Durante el verano de 1864, conoció a Ernest Gambart, el marchante de arte más influyente del siglo XIX. Gambart estaba muy impresionado con el trabajo de Tadema, que era por aquel entonces la pintura: los jugadores de ajedrez de Egipto (1865). El concesionario reconoce al mismo tiempo los dones inusuales del joven pintor: le dio el encargo de veinticuatro imágenes e hizo arreglos para que tres de las pinturas de Tadema se mostrasen en Londres. En 1865, se trasladó Tadema a Bruselas, donde fue nombrado caballero de la Orden de Leopoldo I.
El 28 de mayo de 1869, después de años de mala salud,
Pauline murió en Schaerbeek, en Bélgica, a la edad de treinta y dos, de la
viruela. Su muerte le dejó desconsolado y deprimido. Dejó de pintar durante
casi cuatro meses. Su hermana Artje, que vivía con la familia, ayudando con las
dos hijas que entonces tenían cinco y dos años asumió el papel de ama de casa y
se quedó con la familia hasta 1873 cuando se casó.
Durante el verano Tadema comenzó a sufrir de un problema de salud que los médicos en Bruselas fueron incapaces de diagnosticar. Gambart le aconsejó que fuera a Inglaterra para otra opinión médica. Poco después de su llegada a Londres en diciembre de 1869, Alma-Tadema fue invitado a la casa del pintor Ford Madox Brown.
Durante el verano Tadema comenzó a sufrir de un problema de salud que los médicos en Bruselas fueron incapaces de diagnosticar. Gambart le aconsejó que fuera a Inglaterra para otra opinión médica. Poco después de su llegada a Londres en diciembre de 1869, Alma-Tadema fue invitado a la casa del pintor Ford Madox Brown.
Allí conoció a
los diecisiete años de edad Laura Theresa Epps y se enamoró de ella a primera
vista.
Traslado a
Inglaterra
El estallido de
la Guerra Franco-Prusiana en julio de 1870 obligó a Alma-Tadema a dejar el
continente y mudarse a Londres. Su admiración por Laura Epps jugo un gran papel
en su traslado a Inglaterra y Gambart consideró que la medida sería ventajosa
para la carrera del artista. Al exponer sus razones para la mudanza, Tadema
simplemente dijo: "Perdí a mi primera esposa, una dama francesa, con quien
me casé en 1863, en 1869, pero siempre había tenido una gran predilección por
Londres, el único lugar donde, hasta entonces me había reunido con los
compradores, me decidí a abandonar el continente e ir a instalarme en
Inglaterra, donde he encontrado un verdadero hogar."
Con sus hijas
pequeñas y Artje, su hermana, Alma-Tadema llegó a Londres a principios de
septiembre de 1870. El pintor no perdió tiempo en ponerse en contacto con
Laura, y se acordó que él podría darle clases de pintura. Durante una de estas,
le propuso matrimonio. Como él tenía entonces treinta y cuatro años y Laura
sólo dieciocho años, su padre se opuso inicialmente a la idea. El Dr. Epps accedió
finalmente a un acuerdo con la condición de que debían esperar hasta que se
conocieran mejor. Se casaron en julio de 1871. Laura, bajo su nombre de casada
(Alma-Tadema), también se ganó una gran reputación como artista, y aparece en
numerosos lienzos de Alma-Tadema después de su matrimonio (las mujeres de
Anfisa (1887) es un ejemplo notable).
Este segundo matrimonio fue duradero y
feliz, aunque sin hijos, y Laura se convirtió en la madrastra de Ana y
Laurence.
Pintor
victoriano
Después de su llegada a Inglaterra, donde fue a pasar el resto de su vida, la carrera de Alma-Tadema fue un éxito continuo. Se convirtió en uno de los artistas más famosos y más bien pagados de su tiempo, reconocido y recompensado. En 1871 había conocido y era amigo de la mayoría de los grandes pintores prerrafaelitas y fue en parte debido a su influencia que el artista iluminó su paleta, varió sus matices, y aligeró su pincelada.
En 1872, Alma-Tadema organizó sus cuadros en un sistema de identificación mediante la inclusión de un número de opus con su firma y la asignación de su número a los cuadros anteriores. Retrato de mi hermana, Artje, pintado en 1851, está numerado como opus I, mientras que dos meses antes de su muerte, completó los preparativos en el Coliseo como opus CCCCVIII (408). Tal sistema haría más difícil que las falsificaciones se pudieran hacer pasar por originales.
Este mismo año, él y su esposa hicieron un viaje en el continente que duró cinco meses y medio, que los llevó a través de Bruselas, Alemania e Italia. En Italia fueron a las antiguas ruinas de nuevo, esta vez compró varias fotografías, la mayoría de las ruinas, que comenzaron su inmensa colección de folios con material de archivo suficiente para la documentación en la realización de obras en el futuro. En enero de 1876, alquiló un estudio en Roma. La familia regresó a Londres en abril, visitando el Salón de París en su camino de regreso.
Entre los más importantes de sus cuadros durante este período fue una audiencia con Agripa (1876), por el que un admirador se ofreció a pagar una suma considerable. El 19 de junio de 1879, Alma-Tadema fue reconocido como Académico, lo que se convirtió, según sus propias palabras “en su premio más importante personalmente”. Tres años más tarde una gran retrospectiva de toda su obra fue organizada en la Galería Grosvenor en Londres, incluyendo 185 de sus cuadros.
En 1883 regresó a Roma y, sobre todo a Pompeya, donde
nuevas excavaciones han tenido lugar desde su última visita. Pasó una cantidad
significativa de tiempo para estudiar el sitio, va allí a diario. Estas
excursiones le dieron un amplio conocimiento de la materia cuando él comenzó a
fomentar su interés por la vida cotidiana romana. A veces, sin embargo,
incorporó tantos objetos en sus pinturas que algunos dijeron que se parecían a
catálogos de museos.
Entre las obras de este periodo son: Un Paraíso Terrenal
(1891),
Rivales inconscientes (1893)
Primavera (1894),
El Coliseo (1896)
y Las
Termas de Caracalla (1899).
A pesar de que la fama de Alma-Tadema se apoya en
sus cuadros situados en la Antigüedad, también pintó retratos, paisajes y
acuarelas, e hizo algunos grabados de sí mismo.
Personalidad
Pese a todo el encanto tranquilo y la vastísima erudición de sus pinturas, Alma-Tadema conservó durante toda su vida un sentido juvenil de la travesura. Él era un niño en sus constantes chistes y sus repentinos estallidos de mal genio, que podían desaparecer repentinamente en la sonrisa más atractiva.
En su vida personal, Alma-Tadema fue extrovertido y tenía una personalidad muy cálida. Él tenía la mayoría de las características de un niño, junto con los rasgos admirables de un profesional consumado.
Pese a todo el encanto tranquilo y la vastísima erudición de sus pinturas, Alma-Tadema conservó durante toda su vida un sentido juvenil de la travesura. Él era un niño en sus constantes chistes y sus repentinos estallidos de mal genio, que podían desaparecer repentinamente en la sonrisa más atractiva.
En su vida personal, Alma-Tadema fue extrovertido y tenía una personalidad muy cálida. Él tenía la mayoría de las características de un niño, junto con los rasgos admirables de un profesional consumado.
Era un
perfeccionista, se mantuvo en todos los aspectos de forma diligente, si bien
era un trabajador algo obsesivo y pedante. Excelente hombre de negocios, y uno
de los más ricos de los artistas del siglo XIX. Alma-Tadema era tan firme en
asuntos de dinero como con la calidad de su trabajo.
Como hombre, Lawrence Alma-Tadema fue un caballero robusto, corpulento, chusco y amante de la diversión. No había ni un indicio de conducta inadecuada, ni rumores sobre su vida personal, eso sí era un amante alegre del vino, las mujeres y las fiestas. Al escritor neerlandés Louis Couperus le anonadó su comportamiento burgués cuando lo conoció.
Como hombre, Lawrence Alma-Tadema fue un caballero robusto, corpulento, chusco y amante de la diversión. No había ni un indicio de conducta inadecuada, ni rumores sobre su vida personal, eso sí era un amante alegre del vino, las mujeres y las fiestas. Al escritor neerlandés Louis Couperus le anonadó su comportamiento burgués cuando lo conoció.
Últimos años
La actividad de Alma-Tadema se redujo con el tiempo, debido en parte a la mala salud, pero también a su obsesión por decorar su nuevo hogar donde se trasladó en 1883. Sin embargo, él continuó exhibiendo a lo largo de la década de 1880 y aún, en la siguiente, recibiendo una cantidad abundante de elogios a lo largo del camino, incluyendo la medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1889, la elección de un miembro honorario de la Sociedad de la Universidad de Oxford 1890, la Gran Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Bruselas de 1897.
La actividad de Alma-Tadema se redujo con el tiempo, debido en parte a la mala salud, pero también a su obsesión por decorar su nuevo hogar donde se trasladó en 1883. Sin embargo, él continuó exhibiendo a lo largo de la década de 1880 y aún, en la siguiente, recibiendo una cantidad abundante de elogios a lo largo del camino, incluyendo la medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1889, la elección de un miembro honorario de la Sociedad de la Universidad de Oxford 1890, la Gran Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Bruselas de 1897.
En 1899 fue nombrado
caballero en Inglaterra, siendo el artista octavo del continente en recibir ese
honor. No sólo ayudará con la organización de la sección británica de la
Exposición Universal de 1900 en París, sino que también exhibió dos obras con
las que ganó el Gran Premio de Diploma. También colaboró en la Feria Mundial
de St. Louis de 1904, donde su obra estuvo muy bien representada y recibida.
Durante este tiempo, Alma-Tadema fue muy activo con el diseño de decorados de teatro y en la producción y diseño de trajes de muchas obras teatrales. También extendió sus fronteras artísticas y comenzó a diseñar muebles, a menudo el modelo de motivos pompeyanos o egipcio, ilustraciones, textiles, y los marcos de sus cuadros. Sus intereses diversos resaltan su inmenso talento. Cada una de estas hazañas fueron utilizadas en sus pinturas, que a menudo incorporan algunos de sus muebles en la composición, y que han usado muchos de sus propios diseños para la ropa de sus sujetos de sexo femenino.
Durante este tiempo, Alma-Tadema fue muy activo con el diseño de decorados de teatro y en la producción y diseño de trajes de muchas obras teatrales. También extendió sus fronteras artísticas y comenzó a diseñar muebles, a menudo el modelo de motivos pompeyanos o egipcio, ilustraciones, textiles, y los marcos de sus cuadros. Sus intereses diversos resaltan su inmenso talento. Cada una de estas hazañas fueron utilizadas en sus pinturas, que a menudo incorporan algunos de sus muebles en la composición, y que han usado muchos de sus propios diseños para la ropa de sus sujetos de sexo femenino.
A
través de su último período de creatividad Alma-Tadema siguió produciendo
pinturas, que repiten la fórmula de éxito de las mujeres en terrazas de mármol
con vistas al mar, como en mis favoritos de plata (1903). Entre 1906 y su
muerte seis años después, Alma-Tadema ira pintando menos, pero todavía se
producen pinturas ambiciosas como El Hallazgo de Moisés (1904) que comentaremos más adelante.
El 15 de agosto 1909 la esposa Alma-Tadema, Laura, murió a la edad de cincuenta y siete. El viudo desconsolado sobrevivió a su segunda esposa menos de tres años. Su última gran composición fue preparación en el Coliseum (1912). En el verano de 1912, Alma Tadema fue acompañado por su hija Anna a Kaiserhof Spa, Wiesbaden, Alemania, donde iba a someterse a un tratamiento de úlceras del estómago. Allí murió el 28 de junio de 1912 a la edad de setenta y seis.
Fue enterrado en una cripta en la catedral de St. Paul en Londres. (tomado de
Alma-Tadema.org)
En 1912 moría Alma-Tadema, justo cuando en Gran
Bretaña se apreciaba un cambio de gusto estético. La batalla entre la Academia
y los pintores postimpresionistas se decantaba hacia estos últimos. La obra de
nuestro pintor pasó de ser elogiada a convertirse en el símbolo denostado del
antiguo orden. Entre las décadas de 1920 y 1960 la reputación de la pintura
victoriana decayó. Sirva de ejemplo que cuadros como El hallazgo de
Moises (1904) no halló comprador en estos años. Tras su muerte lego a sus
dos hijas solteras una vasta colección de pinturas y su enmarmolado estudio. El
estudio fue menospreciado durante el siglo XX, pero volvió a tener interés con
el cambio de siglo.
Temáticamente.
Escenas de verosimilitud
arqueológica que representan dos tipos de composiciones:
Las más simples, son figuras
femeninas de cuerpo entero en primer plano tomadas en un momento
intrascendente dentro de su domus. Es, por tanto, el género costumbrista holandés de mujeres captadas en el interior de su vivienda, pero ambientado en la antigüedad grecorromana. A veces a través de una puerta o de una ventana hay un destello de luz natural que deja ver el cielo (En el peristilo, 1865).
Un buen ejemplo de éste estilo que tanto nos recuerda a Vermeer, comparemos la obra de Ama Tadema
con la de Vermeer:
otro interior de Alba-Tadema
Es, por tanto, el género
costumbrista holandés de mujeres captadas en el interior de su
vivienda, pero ambientado en la antigüedad grecorromana. A veces a
través de una puerta o de una ventana hay
un destello de luz natural que deja ver el cielo.
Otras obras son más complejas y podemos ver escenas
de grupo narrando momentos de la vida
cotidiana de los romanos acomodados (Entrada a un teatro, 1865)
o
algún episodio histórico en absoluto idealizado (Proclamación del
emperador Claudio, 1867).
Hay también cuadros seriales. El
éxito de la Tienda de un armero
romano de 1866
le lleva repetir el motivo con una
gallería de pintura y con otras de escultura y de cerámica,
pintando varias versiones en años siguientes. También le
inspira la historia personal de los poetas latinos
(Albius Tibullus en casa de Dellia, 1867).
Todavía, de vez
en cuando, sigue trabajando sobre temas egipcios.
Desde su llegada a Londres su estilo se definió por
completo.
Se centró en la Antigüedad romana básicamente
como temática de sus cuadros. A diferencia de otros pintores
academicistas que prefirieron un mundo griego idealizado,
Alma-Tadema prefirió tratar momentos, anécdotas, de la sociedad
romana más hedonista y opulenta: sus ritos religiosos, sus fiestas, los
rituales de cortejo entre amantes, los baños, personajes y anécdotas...
Pero poniendo siempre como protagonista a la mujer, a la que también representa
calma en la intimidad de sus domus.
Sus obras son composiciones que beben en
muchas fuentes literarias y arqueológicas. Se puede decir
que Alma-Tadema es un pintor que hizo una pintura popular que atrae a
través de los sentidos, pero a su vez también buscó crear una complicidad
con un público selecto y erudito. Solo esta minoría es capaz de descubrir los
detalles que dan veracidad a sus cuadros: la reconstrucción arqueológica e
histórica de la escena, la sátira o la ironía que hay en alguna imagen
aparentemente banal o la inspiración en una poesía
de Catulo,Horacio o Juvenal.
Sus cuadros son un goce sensual por el dominio que
tiene en la plasmación de las texturas y de la calidad de los objetos. Es el
maestro de los mármoles, de las flores, de las telas lujosas, de las cráteras
de plata, de la piel delicada...
Sus colores son brillantes y armónicos, de una belleza
cromática ideal.
Aquellos cuadros ambientados en parajes con fondos de mar
y cielos azules, que pudieran ser del golfo de Nápoles, nos muestran un
dominio de la luz comparable al de Joaquín Sorolla.
Algunas de sus composiciones son muy atrevidas,
especialmente me gustan las de las mujeres que se asoman a un vacío buscando
con la mirada a algo o a alguien fuera del cuadro.
La mujer en la obra de Alma-Tadema (Tomado de MARÍA JOSÉ FRAILE)
La pintura prerrafaelista ha
estado considerada por muchos críticos, y gran parte de la sociedad, como un
arte meramente romántico calificado a su vez de cursi, protagonizado por magos
y hechiceros, héroes legendarios y frágiles. A pesar de ello, la dura crítica
también ha reconocido, por otro lado, que el gran valor estético de los cuadros
prerrafaelistas no tiene parangón en el arte victoriano. Desde hace pocos años,
el arte de los pintores prerrafaelistas ha comenzado a tener mayor difusión en
las galerías y museos de Europa y Latinoamérica, gracias al patrocinio
realizado por el Reino Unido.
A través de sus cuadros se
intentan dar mensajes morales y didácticos, entre los que destaca la lucha por
el decoro victoriano. En definitiva, este arte es un reflejo de la lucha social
que intenta eludir los traumas de la Revolución industrial, y por el que los
artistas se sumergen en un mundo idílico y disfrazan la realidad con bellas
metáforas. Los artistas se vuelcan en el mundo medieval y clásico, en las
ciudades legendarias, en un mundo dominado por la estética femenina y la figura
de la mujer, elemento este último que se toma como tema principal de todos sus
cuadros.
Las pinturas de Alma-Tadema más conocidas son las que se adentran en el mundo
romano y griego. De ellos toma la predilección por el mármol, material al que
hizo un gran homenaje en todos sus lienzos. Tadema es el elogio del mármol, de
ahí que sus críticos le llamaran jocosamente el pintor “marmolilloso”, haciendo
un juego de palabras con mármol y maravilloso de la sutileza, la poética
pictórica y la serenidad.
Sus ambientes están creados para acoger a sus
personajes femeninos. El paisaje se adapta con su calidad y cromatismo a los
cuerpos y rostros de sus mujeres. Fue un gran conocedor y apasionado de la
cultura clásica. Su admiración por Pompeya, cuyas ruinas fue a visitar, se
refleja en los muros de sus espacios pintados, en los que aparecen numerosas
escenas que se pueden constatar artísticamente. Su aportación al mundo plástico
del Reino Unido (considerado en vida como el más grande de los pintores de la
época victoriana) le valió el reconocimiento de Sir en el año 1899, a pesar de
su origen holandés.
Ideal femenino
El universo plástico de transparentes colores de los cuadros de Sir Lawrence se
enriquece con las posturas, gestos y delicados rostros de sus mujeres. Las
mujeres de Sir Lawrence distan mucho de las de sus colegas prerrafaelistas,
Tadema juega con los sutiles ritmos de las manos y con el ritmo de los
estilizados cuerpos. Sus mujeres están llenas de luz y en ellas se representa el
ideal clásico de la belleza.
A través de la plasticidad
de la pintura, Tadema recrea a sus mujeres con similares características que
las esculturas de la Grecia Clásica y postclásica. Los mismos peinados de
Afrodita o Ariadna, los mismos tratamientos de la piel remarcando la tersura,
el frescor y la firmeza.
Las mujeres de Tadema se
divierten, sonríen y escuchan complacientes. Las escenas están repletas de luz
y los movimientos de sus cuerpos se representan con la misma delicadeza que se
refleja en las flores que esmaltan el entorno.
El mundo femenino recreado
por Alma Tadema es cándido, ingenuo, sugerente y sensual. Los cuerpos se
modelan con suavidad, y los velos crean una sinfonía plástica con la
transparencia de luces, eludiendo en todo momento las sombras.
La mujer burguesa
En un momento en que surgía el movimiento feminista por el que se pedía el
derecho al voto de la mujer, se producía la Revolución Industrial y la mayor
parte de la población vivía hacinada en casas insalubres, las pinturas de Alma-Tadema
representan un rayo de luz a las miserias de una sociedad luchadora. Tadema se
alejó de las inmundicias, su realismo pictórico se aleja mucho del realismo
contemporáneo.
Tadema representa a la mujer
burguesa, culta, delicada, cultivada y sensible al arte, la música. Una mujer
divertida, amena, de rostro agradable. Tadema goza representando a la mujer
joven, de piel tersa, y se centra en las miradas y los rostros sonrosados. La
riqueza de ropajes, de telas vaporosas, sedas casi transparentes, adornados con
flores frescas dan el toque de distinción que en aquellos momentos distinguían
a las grandes damas.
La pintura de Sir Lawrence
Alma-Tadema es refinada, sensual, sugerente y, ante todo, femenina, digna de
ser recuperada del olvido en la que cayó tras su muerte.
Su pintura tiene cierta relación con el Prerrafaelismo,
corriente inglesa desarrollada en la época victoriana, pero más que en las
formas, en el fondo. A través de sus cuadros se intentan lanzar mensajes
morales y didácticos, como por ejemplo la lucha por el decoro victoriano.
En
plena Revolución Industrial, estos artistas intentan disimular la cruda
realidad social mediante la creación de hermosas metáforas, y pintan idílicos
paisajes y situaciones del mundo medieval y clásico, tomando como elemento
clave la figura femenina.
Comentario de
algunas de sus obras:
Phidias Showing the Frieze of the Parthenon
La vida artística del mundo clásico, los
coleccionistas, los artistas o la propia vida cotidiana serán las temáticas preferidas
por Alma-Tadema para sus composiciones. En esta ocasión, nos presenta
-tomando como fuente las "Vidas" de Plutarco- el momento de la
exhibición del recién concluido friso de las Panateneas del Partenón por
parte del escultor Fidias a Pericles y su amante, Aspasia. Tadema envuelve la
escena en una luz dorada y nos muestra a los diferentes tipos vestidos a la
moda ateniense: en la zona de la derecha Pericles y su hetaira y Fidias en el
centro de la composición, mientras que en la izquierda observamos a un hombre
de espaldas y a una mujer de perfil. Los altorrelieves del friso están
coloreados, en relación con la polémica establecida en esos momentos entre
los especialistas sobre la policromía en las estatuas griegas. El exquisito
dibujo y el ambiente creado por el pintor británico resultan muy atractivos a
pesar de las críticas recibidas, ya que los especialistas contemporáneos
consideraron que Alma-Tadema trasladaba las costumbres victorianas a los
escenarios clásicos, comparando esta escena con una exposición de aquellos
momentos
|
El Encuentro de Antonio y
Cleopatra: año 41 a. C. (1883) y El hallazgo de Moisés (1904).
Nunca mejor dicho lo de valor,
puesto que ambos han sido subastados recientemente en Sotheby´s (mayo de 2011
y noviembre de 2010, respectivamente) alcanzando una cotización
mareante. En los dos casos el precio de salida fueron de 3
a 5 millones de dólares y después de una puja muy
competida se pagó por el primero 29,2 millones y por el segundo ¡35,9 millones de dólares! Un
record en subasta para una pinturadel siglo XIX no impresionista.
La historia de El hallazgo de Moisés, 1904. El
valor de un cuadro.
El precio
monetario de una obra es un índice del valor de la
misma, aunque como siempre digo algo vale lo que estés dispuesto a pagar por
ello y este cuadro es buen ejemplo de la valoración histórica
que ha tenido este artista y de lo relativo que es el valor de una
obra.
El hallazgo de Moisés, que ya hemos dicho fue vendido en noviembre de 2010
por 35,9 millones de dólares, fue encargado por John Aird en 1904 y pagó por
él 5.250 libras, algo más de lo habitual porque se empeñó en
que la modelo de la hija del faraón fuera su propia hija. No le
costó más caro porque entre Tadema y él existía una amistad y, en cierta
manera, porque él también contribuyó a la creación del cuadro. Aird era ingeniero y en 1902
terminó de construir su obra más importante, la primera presa deAssuam.
Con motivo de la inauguración invitó a su amigo Alma-Tadema a Egipto. De este
viaje salió la idea del cuadro y, por supuesto, la luz desbordante y
el ambiente recreado. John Airdera
un amante de la pintura inglesa del XIX, que ya poseía por esas
fechas otro cuadro muy significativo de Tadema, Las
Rosasde Heliogábalo, y una buena colección de cuadros de pintores
tan reconocidos y cotizados a comienzos de siglo XX
como Leighton,Poynter, Dicksee y Waterhouse.
Apenas treinta años después (1935), sus descendientes no apreciaban
la obra y la mal vendieron a Christie´s por sólo 820 libras.
Las rosas de Heliogábalo, 1888. Un cuadro que
necesariamente hay que poner en relación con los dos analizados.
Durante muchos
años se perdió la pista del cuadro y corre una leyenda de que un
estudioso lo encontró tirado en un callejón, porque había sido adquirido por
alguien que sólo quería el marco y que se deshizo del óleo de esa
manera. El caso es que en la década de los 60 volvió a estar en el
mercado y que fue adquirido a precio de ganga, 7000 dólares,
por Allan Funt, productor detelevisión
y otro coleccionista de Tadema que
llegó a tener hasta 32 obras de este pintor. En 1973 un Funt, arruinado ydesesperado,
puso a la venta toda su colección y obtuvo por El Hallazgo 50.000 dólares. A partir de entonces,
empezó a subir en los mercados la consideración y la cotización de la
pintura del XIX. En 1995 fue revendido en Christi´s por 2.750.000 dólares,
el precio más alto pagado hasta ese momento por una pintura deesta época,
lo que ha sido pulverizado 15 años más tarde en Sotheby´s por los
35.922.500 dólares, más de siete veces de la estimación de partida de la
subasta, que se pagaron por el mismo cuadro. ¿Hay alguna lógica para que este
cuadro no valiera nada entre los años 20 a los 60 y que medio siglo después
cueste una fortuna?
Pero ya está
bien de hablar de dinero y hablemos de arte.
El hallazgo de Moisés, óleo sobre lienzo, 137,7 x 213,4 cm., es sin duda una de las obras maestras de Alma-Tadema, realizada entre 1902 y
1904, fecha ésta que podemos considerar el momento cumbre de su
carrera. El reconocimiento del pintor en Gran Bretaña era incuestionable,
el mismo rey Eduardo VII, que había visitado su taller, le otorgó ese año la
prestigiosa Orden del Mérito junto a Holman Hunt y
a G. F. Watts. También
expuso con gran éxito en Estados Unidos.
El lienzo
cuenta un tema narrado en la Biblia, aunque en este caso con muchas licencias
pictóricas del pintor. Según el Exodo, 2:6 la hija del faraón encuentra a un niño
entre los juncos de la orilla del Nilo. Ese niño era Moisés,
hijo de una familia judía que lo abandonó allí para evitar la muerte
ordenada de todos los varones recién nacidos de este
pueblo. La hija del faraón decidió, contraviniendo la norma adoptarlo
como su hijo. Pero..., qué tenemos en el cuadro, que la hija del faraón
exhibe al niño y convierte el descubrimiento en una procesión religiosa,
donderecrear una escenografía teatral muy a su gusto. Este es finalmente su
atractivo, la fascinación por una escena bella y colorista. Si la obra nos
resulta familiar es porque esta imagen impregnó el universo icónico de algunos
directores de las superproducciones de Hollywood de tema
egipcio, en concreto me recuerda a momentos de Los Diez Mandamientos de Cecil B.DeMille.
La actriz Anne Baxter. Escenas de la película "Los diez
mandamientos" deCecil B. DeMille (1956)
La
interpretación fantasiosa que hace del hecho se compensa condetalles
arqueológicos y de ambientación que hacen muy creíble la escena y
parece que asistimos a una escena de la princesa entrando en
los jardines de su palacio..
· Los pies de la escultura o el jarrón que
enmarcan la composición tienen la inscripción jeroglífica en cartucho deRamses
II, lo que identifica el momento histórico.
· La hija del faraón es llevada en una litera, tal
como se representaba a los dioses conducidos en procesión por los
sacerotes en la pintura egipcia.
· El escabel bajo sus pies está adornado con imágenes deenemigos
vencidos, como es habitual en el mobiliario real.
·
Las vestimentas y los objetos y adornos son adecuados.
· Los lotos que cuelgan de la canastilla y las
flores azules (delfinios) y frutas (higos) están inspirados en la
vegetación del Nilo.
La escena se desarrolla
al aire libre en una mañana entre luminosa al fondo y brumosa en primer plano
junto al río. En la otra orilla una multitud se afana acarreando jarrones
que llenan con el agua del río. Un templo y las pirámides de Gizeh
terminan por ubicarnos la escena en Menfis.
Rasgo muy
típico de la obra de Tadema es la yuxtaposición que hace de la belleza
femenina. En muchos de sus cuadros busca contraponer una modelo
pelirroja y otra morena, que en este caso portan al niño. Los servidores
masculinos son de tez oscura, lo que contrasta con la piel blanca de las
mujeres, respetando el simbolismo del color utilizado en la representación de los
sexos en el Antiguo Egipto.
También es muy típico del pintor el recrearse
en la calidad de la materia pétrea: en los cuadros con
temas romanos o griegos impresionan sus mármoles, pero en esta ocasión, para
adaptarse a la realidad arqueológica, se recrea en el granito de colores
y la caliza.
El Encuentro de Antonio y Cleopatra: año 41 a. C., 1883. Óleo sobre tabla, 65,5 x 92,3 cm.
Entre 1883 y
1888 Alma-Tadema centró
su atención en grandes lienzos que pudieran venderse a precios elevados. Se
estaba construyendo una casa en uno de los mejores barrios de Londres
y los trabajos estaban resultando bastante caros. Para la mayoría de estas
obras eligió temas históricos y El
Encuentro de Antonio y Cleopatra es tal vez el mejor de ellos.
Representa uno de los
momentos más icónicos de la historia romano-egipcia, el primer
encuentro de Antonio y Cleopatra en el puerto de Tarso,
Cilicia. Para ello no recurre a los textos clásicos y sí como hacían los
prerrafaelistas a la descripción literaria que hace Enobarbo, oficial que
acompaña a Antonio, del encuentro en la obra Antonio y Cleopatra de Shakespeare. La reina de Egipto
seduce al triunviro romano por medio de una escenografía muy sensual.
En el relato se dice que la popa del barco era como el oro y esa es la
sensación que da con los cortinajes dorados; también que de la
barcaza de Cleopatra provenía un perfume embriagador y esto se
sugiere al espectador a través de los incensarios que soplan los
sirvientes y de las guirnaldas de rosas.
La escena está
repleta de detalles arqueológicos veraces, dehecho, se sabe la
procedencia de donde sacó algunos de ellos por
fotografías y bocetos que se conservan del archivo del pintor:
· Las armas, las armaduras y los trirremes romanos son una delas
más acertadas reconstrucciones del material y los usos militares de finales de la
República.
·
En costado del barco hay un cartucho donde está
inscrito el nombre jeroglífico de la reina Cleopatra.
· Los instrumentos musicales, la flauta y el sistro
(especie desonajero) que portan las esclavas, son representados en
numerosos convites funerarios de las tumbas tebanas;
·
Los adornos de las criadas con pluma de avestruz
y lapislázuli.
· Los incensarios, brazaletes y pelucas de los
sirvientes provienen de los tesoros del Louvre obtenidas en
excavaciones del Egipto romano;
·
El trono de marfil tiene como detalle a
unos babuinos que sostiene el popular amuleto o wedjet de Horus que
protege contra el mal.
·
Cleopatra viste con gasas y una piel de leopardo
y porta unos finísimos báculos y mayales, símbolos del poder de los
faraonesde Egipto, así como una diadema con el Ureus en forma deCobra
que simboliza su poder en el Bajo Egipto.
Alma-Tadema elige para representar un momento sutil del
encuentro de los que serán famosos amantes. Antonio todavía no conoce
a Cleopatra, pero ha oído hablar de ella y desprecia el poder
magnético que ha causado en otros romanos. La ha convocado a Tarso para que se
presente ante él como aliada tributaria de Roma y porque necesita su
ayuda tras la guerra civil que ha sacudido a Roma. Cleopatra, que considera
esto indigno para ella y para su reino, acude a regañadientes porque
necesita a los romanos para estabilizar su trono pero pone como condición no desembarcar,
considerando que estando en su nave, la entrevista se desarrollaría en
tierra de Egipto. Por el camino Cleopatra urde un plan para
servirse del arrogante romano. Antonio navega hasta la barcaza del encuentro
y según se acerca va quedando más impresionado por el lujo de la
barcaza, tal es así, que se levanta para mirar con asombro y curiosidad a
la reina que apenas se deja ver en el interior del baldaquino.
La reina mira de reojo
al espectador para hacernos cómplices deeste juego de seducción
y adopta una pose de lánguida y voluptuosa. Algunos detalles del
cubículo son un guiño acerca delo que pretende. El más explícito es el
bordado de la cortina con motivos de tela de araña,
una metáfora de lo que pretendeCleopatra: atrapar a Antonio. También
los hay más intelectuales como el detalle de la cabeza/capitel
que sostiene la estructura, que es del dios Bes, dios de la
música y protector de la casa real, pero a su vez asimilado en la
Baja Época egipcia con el amor sexual y los placeres libertinos. La seducción
está conseguida y Antonio caerá en su tela de araña, marchando con
ella a Alejandría donde llevará una vida escandalosa de placeres.
Además de por
las calidades técnicas evidentes, este cuadro me sorprende y agrada
sobremanera por el interesante juego compositivo que realiza entre primeros,
segundos y terceros planos, perspectiva y luz. Utiliza las líneas para
guiarnos a travésde la escena, dejando que cada detalle nos guíe
al siguiente nivel y otra vez volvamos para atrás. Los sirvientes, que son los
personajes más cercanos, están inclinados hacia Cleopatra, que recoge
sinuosamente el foco de atención del primer plano. La mirada de su
sirvienta nubia nos guía con ayuda de la falúa romana hacia el lado
opuesto, donde rebota nuestra vista contra el muro de remos. Las
diagonales de la trirreme nos introducen denuevo en la ventana
interior del cuadro donde Antonio y su acompañante son los
protagonistas del segundo plano. Espero que con la línea que he trazado
sobre el cuadro se entienda. La luz y las gamas de colores también
sirven para entrar y salir o acercarnos y alejarnos en el cuadro, consiguiendo
un efecto muy cinematográfico.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA VENUS ESQUILINA Y
SU REPERCUSIÓN EN LA PINTURA DE FINALES DELSIGLO XIX. (Tomado de algargosarte)
En 1874 fue descubierta
en la colina Esquilina de Roma una estatua de un desnudo
femenino, que se identificó con el deVenus, y que inmediatamente pasó
al acervo iconográfico delmundo clásico y a ejercer una notable influencia
sobre la pinturade final de siglo.
Cuatro vistas de la Venus Esquilina.
El descubrimiento arqueológico. La "Venus".
La obra
fue encontrada en un lugar que se supone fue uno de los jardines
imperiales, los Horti Lamiani, que ya había sido un gran
yacimiento arqueológico desde el siglo XVI. Aquí se sacó a la luz
también una variante del Laoconte y
del Discóbolo y el busto deCómodo con los
atributos de Hércules. La escultura pasó a lacolección
del Museo Capitolino donde se exhibe hoy en día.
La Venus Esquilina en todo su esplendor.
Sus brazos no
se han encontrado, aunque los restos de la mano izquierda en la cabeza
sugieren que tenía los brazos alzados y estaba atándose una cinta. Por el estilo
se puede datar entre elsiglo II o I a. X., siendo ésta una copia
romana de un original griego neoático. En el helenismo se
difunde este tipo de figura erótica femenina: curva praxiteliana,
torso musculado, pechos pequeños y muslos apretados. Una estatua sin cabeza y
sin partede las piernas, que se conserva en el Louvre, confirma
que era un prototipo habitual de desnudo femenino de la escultura
griega.
Venus del tipo Esquilina del Museo
del Louvre.
Se desconoce
con exactitud a quien representa, aunque existen varias teorías:
- La diosa romana Venus, posiblemente en
forma de VenusAnadiómena o saliendo del mar.
- Una simple bañista mortal en actitud de atarse
una cintala cabello.
- La imagen idealizada de Cleopatra VII, la última de los
soberanos de Egipto.
Venus como inspiración desde el Renacimiento.
Por todos es
sabido que el Renacimiento y el Neoclasicismobuscaron la inspiración,
cuando no la imitación del mundo clásico. A falta de referencias de calidad
en pintura, la escultura se convirtió en la clave para
encontrar la esencia grecorromana. En la obra de Ghiberti, Botticelli o de Miguel Ángel palpitan
los hallazgos arqueológicos del momento, aquellas piezas que sus mecenas
atesoraban como coleccionistas. El descubrimiento dePompeya y
Herculano en el siglo XVIII volvió a impulsar laemulación de estas
obras.
Detalles del Nacimiento de Venus de Botticelli
y de la Venus Capitolina.
La diosa Venus fue la representación
más inspiradora desde elRenacimiento,
tal vez porque era la excusa perfecta para larepresentación de un desnudo
femenino en tiempos en los que éste era tabú. Desnudos bellísimos de Botticelli, Tiziano,Correggio, Rubens, Velázquez, Ingres... causaron escándalo, pero se
toleraron al fin y al cabo, porque se trataba de recrear labelleza de una
diosa de la Antigüedad.
Jean Auguste Dominique Ingres. Venus Anadyomene, 1848.
Lo que no se
conoce tanto es que a finales del siglo XIX, coincidiendo con un nuevo
empuje científico de la arqueología que puso al descubierto
ciudades míticas en Grecia, Italia y Egipto, también hizo crecer el interés de los
pintores por el mundo Antiguo y, por tanto, se produjo un nuevo
renacer. Pero lasociedad comenzaba a transformarse y los pintores se
hacían cada vez más atrevidos. Una buena prueba es la actitud
provocadora de Eduard Manet al
presentar en la década de los 60 dos cuadros de desnudos, Desayuno en la hierba y Olimpia, inspirados en cuadros del siglo
XVI.
La Venus Esquilina y la pintura de finales de siglo
XIX.
Como ya he
comentado al comienzo, en 1874 se produjo eldescubrimiento de la que
conocemos como Venus Esquilina e inmediatamente tuvo una
repercusión muy directa en los pintores.
Los pintores
más académicos como William Adolphe Bouguereau interpretaron el tema
en clave mitológica, como el Nacimiento deVenus (1879). La belleza
y sensualidad de la diosa se perdona al amparo del tema y de la tradición.
Esta obra triunfa en los Salones Académicos de París porque no
pretendían representar una mujer "real".
William Adolphe Bouguereau, Nacimiento de Venus (1879).
Sin embargo,
otros pintores también de técnica académica que larecrearon no
tuvieron tanto reconocimiento e incluso les fue difícil vender su obra. La razón
es que interpretaron la obra en clave humana.
Lawrence Alma Tadema,
que fue el primero de los pintores en ver la obra
en directo (invierno de 1875/76) y en pasarla al lienzo (1877), la concibió
como una modelo que posa mientras que elescultor la contempla intentando
captar su belleza. La obra provocó una célebre respuesta del obispo de Carlisle
y denumerosas cartas a la prensa de rechazo, cuando la obra
se exhibió en Líverpool en 1878. Estas son las palabras del obispo
que reflejan la hipocresía de la sociedad victoriana del momento:"que
un artista vivo exponga una representación de tamaño natural y casi
fotográfica de una hermosa mujer desnuda es algo que golpea mi
conciencia no artística como un acto malicioso".
Lawrence Alma-Tadema. La modelo de un escultor, 1877.
Edward Poynter tampoco tuvo mucha suerte cuando utilizó lamisma
estatua como prototipo para el desnudo femenino deDiadumene (1884), la versión
femenina de la obra griega masculina de la conocida
obra de Policleto, en la que
un atleta masculino se ataba una cinta en torno a la cabeza. La polémica
contra el desnudo volvió a desatarse en las cartas al
director deThe Times de Londres,
aunque el pintor argumentara que sólo pretendía rendir un homenaje
arqueológico a Policleto y
a Praxiteles. En 1893
Poynter se vio obligado a cubrir la Diadumene,
seguramente porque no encontraba comprador parala versión desnuda.
Edward Poynter, Diadumene (1884).
Me gustaría terminar con dos excelentes presentaciones
sobre la obra de nuestro autor:
Formación e inicios en Bélgica (de 1836 a 1870)."
target="_blank">Lawrence Alma-Tadema (i). Formación e
inicios en Bélgica (de 1836 a 1870).
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