dijous, 19 de gener del 2012

SIR LAWRENCE ALMA-TADEMA: ARQUEOLOGIA Y PINTURA


Creo que ya hace unos cuantos años había tomado la decisión de publicar una entrada sobre el autor al que hoy nos dedicaremos, pero por diversas razones se ha ido postergando a lo largo de los meses. La anterior dedicada a Auguste Bouguereau


http://terradesomnis.blogspot.com/2011/12/william-adolphe-bouguereau-caiguda-i.html


y al clasicismo academicista francés del S.XIX, o las mucho más lejanas dedicadas a la Hermandad Prerrafaelista, 


http://terradesomnis.blogspot.com/2008/11/la-fraternidad-prerafaelita-i.html




http://terradesomnis.blogspot.com/2008/11/la-hermandad-prerafaelista.html

i aquí:

http://terradesomnis.blogspot.com/2008/11/la-fraternitat-dels-prerafaelites-ii.html



influyeron poderosamente en la decisión de elaborar la que ofrecemos a continuación.
El éxito de las vanguardias artísticas de finales del S.XIX, empezando por los impresionistas y continuando con todos los "ismos" de finales de aquel siglo y primer tercio del siguiente, llevaron a los autores prerrafaelitas, academicistas, románticos, etc., a una especie de olvido, de letargo, en algunos casos malintencionado que, incluso, los borraron de muchos de los manuales de la historia del arte. 








Ya vimos en aquellas entradas lo injusto e inadecuado de ese "olvido" y el enorme contenido de Belleza -en mayúsculas- que muchos de aquellos autores incorporaron a sus obras, favoreciendo -en mi opinión- con su simple contemplación, el goze espiritual que tan necesario nos es a las personas de éste mundo tan materialista en el que vivimos.
Debo confesar que aún sin tener conocimientos sobre pintura, arte, o historia de los movimientos pictóricos modernos o contemporáneos, la obra del artista al que hoy nos referiremos, despierta sentimientos muy encontrados, o gusta poderosamente -creo que a los más-, o es despreciada por cursi y pasada de moda - imagino que por los menos-, pero sin duda, nadie puede quedar indiferente ante algunas de ellas.




Autor inclasificable, aunque la mayoría lo incluyan entre los prerrafaelistas, Alma-Tadema, recibió como es natural la influencia de los grandes pintores flamencos, del Neoclasicismo, del Academicismo francés e inglés, del Romanticismo, de los Nazarenos, influencias que se hacen evidentes en uno u otro momento de su dilatada y abundante obra (más de cuatrocientas pinturas) llegando a ser uno de los más grandes, admirados y reconocidos artistas de su época. Veamos su biografia:
Sir Lawrence Alma-Tadema nace como Laurens Tadema el 8 de enero de 1836, en el pequeño pueblo de Dronrijp, en Frisia, en el norte de los Países Bajos. Fue el sexto hijo de Pieter Jiltes Tadema (1797-1840), el notario del pueblo, que había tenido tres hijos de un matrimonio anterior, y el tercer hijo de su madre, Hinke Dirks Brouwer (c. 1800-1863). Hinke Brouwer era la hermana de la primera esposa de Pieter Tadema. Su primer hijo murió temprano y el segundo fue Atje (c.1834-c. 1876), la hermana de Lorenzo, para el que habría de tener un gran afecto a lo largo de toda su vida. Tadema, (es decir, hijo de Adán), era un antiguo patronímico de Frisia que termina con 'ma' el sufijo - "hijo de", mientras que los nombres de Laurens y Alma pertenecían al padrino del chico. Laurens más tarde cambió su nombre a  Lawrence  y incorpora Alma en su apellido con el fin de que su nombre aparezca al principio de catálogos de exposiciones, en lugar de bajo la T al final de ellos. En realidad no habían guiones en su apellido, pero fue hecho por los demás y esto se ha convertido en una convención.




La familia se mudó en 1838 cerca de la ciudad de Leeuwarden, donde la posición de Pieter como notario sería aún más lucrativo. Su padre murió cuando tenía cuatro años, dejando a su madre con cinco hijos: Laurens, su hermana, y tres varones del primer matrimonio de su padre. Su madre tenía inclinaciones artísticas, y decidió que las lecciones de dibujo debían ser incorporados en la educación de los niños. Recibió su formación artística primero con un profesor de dibujo local contratado para enseñar a sus medio-hermanos.
La intención era que el niño se convertiría en un abogado, pero en el año 1851 a la edad de quince años, sufrió un colapso físico y mental. Diagnosticado como tuberculoso, con un tiempo limitado de vida, se le permitió pasar sus últimos días en su tiempo libre, el dibujo y la pintura. Recobró su salud y decidió seguir su carrera como artista. En 1852 ingresó en la Real Academia de Amberes, donde estudió arte de principios del holandés y el flamenco, en Egide con Charles Wappers Gustave. Durante cuatro años Alma-Tadema como estudiante matriculado en la Academia, ganó varios premios respetables.
Antes de salir de la escuela, hacia el final de 1855, se convirtió en ayudante del pintor y profesor Louis (Lodewijk) Jan de Taeye, cuyos cursos de historia y de vestuario histórico había disfrutado mucho en la Academia. A pesar de que Taeye no fue un destacado pintor, Alma-Tadema lo respetaba y se convirtió en su asistente de estudio al trabajar con él durante tres años. De Taeye le presentó los libros que influyeron en su deseo de retratar temas merovingios al principio de su carrera. Él se animó a describir la exactitud histórica de sus pinturas, un rasgo del artista que  llegó a ser conocido. 




Alma-Tadema dejó el estudio Taeye en noviembre del 1858, para volver a Leeuwarden antes de instalarse en Amberes, donde comenzó a trabajar con el pintor Leys Jan Hendrik cuyo estudio fue uno de los más respetados en Bélgica.
Bajo su guía, Alma-Tadema pintó su primera obra importante: la educación de los hijos de Clodoveo (1861). 







Esta pintura fue una sensación entre los críticos y los artistas cuando se exhibió ese año en el Congreso artístico en Amberes. Se dice que ha sentado las bases de su fama y reputación. Alma-Tadema afirma que Leys reconoció que la pintura terminada era mejor de lo que esperaba, fue crítico del tratamiento de mármol, al que comparó con el queso. Alma-Tadema tuvo esta crítica muy en serio, y lo llevó a mejorar su técnica y convertirse en pintor más importante del mundo de mármol y granito jaspeado. A pesar de los reproches de su maestro, La educación de los hijos de Clodoveo fue recibido con honores por los críticos y artistas, incluso por el propio rey Leopoldo de Bélgica.

Los primeros trabajos


Los temas merovingios fueron los temas favoritos del pintor, por lo menos hasta mediados de los años 1860. Es quizás en esta serie donde se encuentra el sentimiento más profundo y el más fuerte espíritu de romántico. Sin embargo los temas merovingios no tienen un atractivo internacional más amplio, por lo que pasó a los temas de la vida en el antiguo Egipto, que eran más populares. En estas escenas de la vida franca y de Egipto Alma-Tadema gastó mucha energía y muchas horas de investigación. En 1862, Alma-Tadema dejó el estudio de Leys y comenzó su propia carrera, estableciéndose como uno de los más importantes artistas europeos de tema clásico.





En el 1863 se alteró el curso de la vida personal y profesional de Alma-Tadema: el 3 de enero su madre inválida murió, y el 24 de septiembre se casó, en el Ayuntamiento de Amberes, con Marie-Pauline Gressin, la hija de Eugene Gressin, un periodista de ascendencia real. No se sabe nada de su encuentro y poco de Pauline pues Alma-Tadema no habló casi nunca de ella después de su muerte en 1869. Su imagen aparece en una serie de aceites, a pesar de que pintó su retrato sólo tres veces, los más notables aparecen en “mi estudio” (1867). 





La pareja tuvo tres hijos. Su hijo mayor sólo vivió unos pocos meses pues muere de viruela. Sus dos hijas, Laurence (1864-1940) y Anna (1867-1943), ambas tenían inclinaciones artísticas: la primera en la literatura, la segunda en el arte de la pintura.




Alma-Tadema y su esposa pasaron su luna de miel en Florencia, Roma, Nápoles y Pompeya. Esta, su primera visita a Italia, desarrolló su interés en la representación de la vida cotidiana en las antiguas Grecia y Roma, sobre todo en esto último encontró nueva inspiración en las ruinas de Pompeya, que le fascinaron y que inspiran muchos de sus trabajos en las próximas décadas.




Durante el verano de 1864, conoció a Ernest Gambart, el marchante de arte más influyente del siglo XIX. Gambart estaba muy impresionado con el trabajo de Tadema, que era por aquel entonces la pintura: los jugadores de ajedrez de Egipto (1865). El concesionario reconoce al mismo tiempo los dones inusuales del joven pintor: le dio el encargo de veinticuatro imágenes e hizo arreglos para que tres de las pinturas de Tadema se mostrasen en Londres. 
En 1865, se trasladó Tadema a Bruselas, donde fue nombrado caballero de la Orden de Leopoldo I.




El 28 de mayo de 1869, después de años de mala salud, Pauline murió en Schaerbeek, en Bélgica, a la edad de treinta y dos, de la viruela. Su muerte le dejó desconsolado y deprimido. Dejó de pintar durante casi cuatro meses. Su hermana Artje, que vivía con la familia, ayudando con las dos hijas que entonces tenían cinco y dos años asumió el papel de ama de casa y se quedó con la familia hasta 1873 cuando se casó.
Durante el verano Tadema comenzó a sufrir de un problema de salud que los médicos en Bruselas fueron incapaces de diagnosticar. Gambart  le aconsejó que fuera a Inglaterra para otra opinión médica. Poco después de su llegada a Londres en diciembre de 1869, Alma-Tadema fue invitado a la casa del pintor Ford Madox Brown. 





Allí conoció a los diecisiete años de edad Laura Theresa Epps y se enamoró de ella a primera vista.

Traslado a Inglaterra

El estallido de la Guerra Franco-Prusiana en julio de 1870 obligó a Alma-Tadema a dejar el continente y mudarse a Londres. Su admiración por Laura Epps jugo un gran papel en su traslado a Inglaterra y Gambart consideró que la medida sería ventajosa para la carrera del artista. Al exponer sus razones para la mudanza, Tadema simplemente dijo: "Perdí a mi primera esposa, una dama francesa, con quien me casé en 1863, en 1869, pero siempre había tenido una gran predilección por Londres, el único lugar donde, hasta entonces me había reunido con los compradores, me decidí a abandonar el continente e ir a instalarme en Inglaterra, donde he encontrado un verdadero hogar."





Con sus hijas pequeñas y Artje, su hermana, Alma-Tadema llegó a Londres a principios de septiembre de 1870. El pintor no perdió tiempo en ponerse en contacto con Laura, y se acordó que él podría darle clases de pintura. Durante una de estas, le propuso matrimonio. Como él tenía entonces treinta y cuatro años y Laura sólo dieciocho años, su padre se opuso inicialmente a la idea. El Dr. Epps accedió finalmente a un acuerdo con la condición de que debían esperar hasta que se conocieran mejor. Se casaron en julio de 1871. Laura, bajo su nombre de casada (Alma-Tadema), también se ganó una gran reputación como artista, y aparece en numerosos lienzos de Alma-Tadema después de su matrimonio (las mujeres de Anfisa (1887) es un ejemplo notable). 






Este segundo matrimonio fue duradero y feliz, aunque sin hijos, y Laura se convirtió en la madrastra de Ana y Laurence.

Pintor victoriano


Después de su llegada a Inglaterra, donde fue a pasar el resto de su vida, la carrera de Alma-Tadema fue un éxito continuo. Se convirtió en uno de los artistas más famosos y más bien pagados de su tiempo, reconocido y recompensado. En 1871 había conocido y  era amigo de la mayoría de los grandes pintores prerrafaelitas y fue en parte debido a su influencia que el artista iluminó su paleta, varió sus matices, y aligeró su pincelada.
En 1872, Alma-Tadema organizó sus cuadros en un sistema de identificación mediante la inclusión de un número de opus con su firma y la asignación de su número a los cuadros anteriores. Retrato de mi hermana, Artje, pintado en 1851, está numerado como opus I, mientras que dos meses antes de su muerte, completó los preparativos en el Coliseo como opus CCCCVIII (408). Tal sistema haría más difícil que las falsificaciones se pudieran hacer pasar por originales.



Este mismo año, él y su esposa hicieron un viaje en el continente que duró cinco meses y medio, que los llevó a través de Bruselas, Alemania e Italia. En Italia fueron a las antiguas ruinas de nuevo, esta vez compró varias fotografías, la mayoría de las ruinas, que comenzaron su inmensa colección de folios con material de archivo suficiente para la documentación en la realización de obras en el futuro. En enero de 1876, alquiló un estudio en Roma. La familia regresó a Londres en abril, visitando el Salón de París en su camino de regreso.




Entre los más importantes de sus cuadros durante este período fue una audiencia con Agripa (1876), por el que un admirador se ofreció a pagar una suma considerable. El 19 de junio de 1879, Alma-Tadema fue reconocido como Académico, lo que se convirtió, según sus propias palabras “en  su premio más importante personalmente”. Tres años más tarde una gran retrospectiva de toda su obra fue organizada en la Galería Grosvenor en Londres, incluyendo 185 de sus cuadros.
En 1883 regresó a Roma y, sobre todo a Pompeya, donde nuevas excavaciones han tenido lugar desde su última visita. Pasó una cantidad significativa de tiempo para estudiar el sitio, va allí a diario. Estas excursiones le dieron un amplio conocimiento de la materia cuando él comenzó a fomentar su interés por la vida cotidiana romana. A veces, sin embargo, incorporó tantos objetos en sus pinturas que algunos dijeron que se parecían a catálogos de museos.
Entre las obras de este periodo son: Un Paraíso Terrenal (1891), 



Rivales inconscientes (1893) 





Primavera (1894), 









El Coliseo (1896) 



y Las Termas de Caracalla (1899). 












A pesar de que la fama de Alma-Tadema se apoya en sus cuadros situados en la Antigüedad, también pintó retratos, paisajes y acuarelas, e hizo algunos grabados de sí mismo.

Personalidad

Pese a todo el encanto tranquilo y la vastísima erudición de sus pinturas, Alma-Tadema conservó durante toda su vida un sentido juvenil de la travesura. Él era un niño en sus constantes  chistes y sus repentinos estallidos de mal genio, que podían desaparecer  repentinamente en la sonrisa más atractiva.
En su vida personal, Alma-Tadema fue extrovertido y tenía una personalidad muy cálida. Él tenía la mayoría de las características de un niño, junto con los rasgos admirables de un profesional consumado. 



Era un perfeccionista, se mantuvo en todos los aspectos de forma diligente, si bien era un trabajador algo obsesivo y pedante. Excelente hombre de negocios, y uno de los más ricos de los artistas del siglo XIX. Alma-Tadema era tan firme en asuntos de dinero como con la calidad de su trabajo.
Como hombre, Lawrence Alma-Tadema fue un caballero robusto, corpulento, chusco y amante de la diversión. No había ni un indicio de conducta inadecuada, ni rumores sobre su vida personal, eso sí era un amante alegre del vino, las mujeres y las fiestas. Al escritor neerlandés Louis Couperus le anonadó su comportamiento burgués cuando lo conoció.


Últimos años

La actividad de Alma-Tadema se redujo con el tiempo, debido en parte a la mala salud, pero también a su obsesión por decorar su nuevo hogar donde se trasladó en 1883. Sin embargo, él continuó exhibiendo a lo largo de la década de 1880 y aún, en la siguiente, recibiendo una cantidad abundante de elogios a lo largo del camino, incluyendo la medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1889, la elección de un miembro honorario de la Sociedad de la Universidad de Oxford 1890, la Gran Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Bruselas de 1897. 




En 1899 fue nombrado caballero en Inglaterra, siendo el artista octavo del continente en recibir ese honor. No sólo ayudará con la organización de la sección británica de la Exposición Universal de 1900 en París, sino que también exhibió dos obras con las que ganó el Gran Premio de Diploma. También colaboró ​​en la Feria Mundial de St. Louis de 1904, donde su obra estuvo muy bien representada y recibida.
Durante este tiempo, Alma-Tadema fue muy activo con el diseño de decorados de teatro y en la producción y diseño de trajes de muchas obras teatrales. También extendió sus fronteras artísticas y comenzó a diseñar muebles, a menudo el modelo de motivos pompeyanos o egipcio, ilustraciones, textiles, y los marcos de sus cuadros. Sus intereses diversos resaltan su inmenso talento. Cada una de estas hazañas fueron utilizadas en sus pinturas, que a menudo incorporan algunos de sus muebles en la composición, y que han usado muchos de sus propios diseños para la ropa de sus sujetos de sexo femenino. 



A través de su último período de creatividad Alma-Tadema siguió produciendo pinturas, que repiten la fórmula de éxito de las mujeres en terrazas de mármol con vistas al mar, como en mis favoritos de plata (1903). Entre 1906 y su muerte seis años después, Alma-Tadema ira pintando menos, pero todavía se producen pinturas ambiciosas como El Hallazgo de Moisés (1904) que comentaremos más adelante.




El 15 de agosto 1909 la esposa Alma-Tadema, Laura, murió a la edad de cincuenta y siete. El viudo desconsolado sobrevivió a su segunda esposa menos de tres años. Su última gran composición fue preparación en el Coliseum (1912). En el verano de 1912, Alma Tadema fue acompañado por su hija Anna a Kaiserhof Spa, Wiesbaden, Alemania, donde iba a someterse a un tratamiento de úlceras del estómago. Allí murió el 28 de junio de 1912 a la edad de setenta y seis. 



Fue enterrado en una cripta en la catedral de St. Paul en Londres. (tomado de Alma-Tadema.org)
En 1912 moría Alma-Tadema, justo cuando en Gran Bretaña se apreciaba un cambio de gusto estético. La batalla entre la Academia y los pintores postimpresionistas se decantaba hacia estos últimos. La obra de nuestro pintor pasó de ser elogiada a convertirse en el símbolo denostado del antiguo orden. Entre las décadas de 1920 y 1960 la reputación de la pintura victoriana decayó. Sirva de ejemplo que cuadros como El hallazgo de Moises (1904) no halló comprador en estos años. Tras su muerte lego a sus dos hijas solteras una vasta colección de pinturas y su enmarmolado estudio. El estudio fue menospreciado durante el siglo XX, pero volvió a tener interés con el cambio de siglo.


Temáticamente. 


Escenas de verosimilitud arqueológica que representan dos tipos de composiciones:
Las más simples, son figuras femeninas de cuerpo entero en primer plano tomadas en un momento intrascendente dentro de su domus. Es, por tanto, el género costumbrista holandés de mujeres captadas en el interior de su vivienda, pero ambientado en la antigüedad grecorromana. A veces a través de una puerta o de una ventana hay un destello de luz natural que deja ver el cielo (En el peristilo, 1865).






Un buen ejemplo de éste estilo que tanto nos recuerda a Vermeer, comparemos la obra de Ama Tadema





con la de Vermeer:


otro interior de Alba-Tadema



Es, por tanto, el género costumbrista holandés de mujeres captadas en el interior de su vivienda, pero ambientado en la antigüedad grecorromana. A veces a través de una puerta o de una ventana hay un destello de luz natural que deja ver el cielo.
Otras obras son más complejas y podemos ver escenas de grupo narrando momentos de la vida cotidiana de los romanos acomodados (Entrada a un teatro, 1865) 




o algún episodio histórico en absoluto idealizado (Proclamación del emperador Claudio, 1867). 





Hay también cuadros seriales. El éxito de la Tienda de un armero romano de 1866 











le lleva repetir el motivo con una gallería de pintura y con otras de escultura y de cerámica, pintando varias versiones en años siguientes. También le inspira la historia personal de los poetas latinos (Albius Tibullus en casa de Dellia, 1867). 




Todavía, de vez en cuando, sigue trabajando sobre temas egipcios.
Desde su llegada a Londres su estilo se definió por completo.
Se centró en la Antigüedad romana básicamente como temática de sus cuadros. A diferencia de otros pintores academicistas que prefirieron un mundo griego idealizado, Alma-Tadema prefirió tratar momentos, anécdotas, de la sociedad romana más hedonista y opulenta:  sus ritos religiosos, sus fiestas, los rituales de cortejo entre amantes, los baños,  personajes y anécdotas... Pero poniendo siempre como protagonista a la mujer, a la que también representa calma en la intimidad de sus domus.




Sus obras son composiciones que beben en muchas fuentes literarias y arqueológicas. Se puede decir que Alma-Tadema es un pintor que hizo una pintura popular que atrae a través de los sentidos, pero a su vez  también buscó crear una complicidad con un público selecto y erudito. Solo esta minoría es capaz de descubrir los detalles que dan veracidad a sus cuadros: la reconstrucción arqueológica e histórica de la escena, la sátira o la ironía que hay en alguna imagen aparentemente banal o la inspiración en una poesía de Catulo,Horacio o Juvenal.
Sus cuadros son un goce sensual  por el dominio que tiene en la plasmación de las texturas y de la calidad de los objetos. Es el maestro de los mármoles, de las flores, de las telas lujosas, de las cráteras de plata, de la piel delicada...
Sus colores son brillantes y armónicos, de una belleza cromática ideal.



Aquellos cuadros ambientados en parajes con fondos de mar y cielos azules, que pudieran ser del golfo de Nápoles,  nos muestran un dominio de la luz comparable al de Joaquín Sorolla.
Algunas de sus composiciones son muy atrevidas, especialmente me gustan las de las mujeres que se asoman a un vacío buscando con la mirada a algo o a alguien fuera del cuadro.

La mujer en la obra de Alma-Tadema (Tomado de MARÍA JOSÉ FRAILE)

La pintura prerrafaelista ha estado considerada por muchos críticos, y gran parte de la sociedad, como un arte meramente romántico calificado a su vez de cursi, protagonizado por magos y hechiceros, héroes legendarios y frágiles. A pesar de ello, la dura crítica también ha reconocido, por otro lado, que el gran valor estético de los cuadros prerrafaelistas no tiene parangón en el arte victoriano. Desde hace pocos años, el arte de los pintores prerrafaelistas ha comenzado a tener mayor difusión en las galerías y museos de Europa y Latinoamérica, gracias al patrocinio realizado por el Reino Unido.



A través de sus cuadros se intentan dar mensajes morales y didácticos, entre los que destaca la lucha por el decoro victoriano. En definitiva, este arte es un reflejo de la lucha social que intenta eludir los traumas de la Revolución industrial, y por el que los artistas se sumergen en un mundo idílico y disfrazan la realidad con bellas metáforas. Los artistas se vuelcan en el mundo medieval y clásico, en las ciudades legendarias, en un mundo dominado por la estética femenina y la figura de la mujer, elemento este último que se toma como tema principal de todos sus cuadros.



Las pinturas de Alma-Tadema más conocidas son las que se adentran en el mundo romano y griego. De ellos toma la predilección por el mármol, material al que hizo un gran homenaje en todos sus lienzos. Tadema es el elogio del mármol, de ahí que sus críticos le llamaran jocosamente el pintor “marmolilloso”, haciendo un juego de palabras con mármol y maravilloso de la sutileza, la poética pictórica y la serenidad. 




Sus ambientes están creados para acoger a sus personajes femeninos. El paisaje se adapta con su calidad y cromatismo a los cuerpos y rostros de sus mujeres. Fue un gran conocedor y apasionado de la cultura clásica. Su admiración por Pompeya, cuyas ruinas fue a visitar, se refleja en los muros de sus espacios pintados, en los que aparecen numerosas escenas que se pueden constatar artísticamente. Su aportación al mundo plástico del Reino Unido (considerado en vida como el más grande de los pintores de la época victoriana) le valió el reconocimiento de Sir en el año 1899, a pesar de su origen holandés.

Ideal femenino


El universo plástico de transparentes colores de los cuadros de Sir Lawrence se enriquece con las posturas, gestos y delicados rostros de sus mujeres. Las mujeres de Sir Lawrence distan mucho de las de sus colegas prerrafaelistas, Tadema juega con los sutiles ritmos de las manos y con el ritmo de los estilizados cuerpos. Sus mujeres están llenas de luz y en ellas se representa el ideal clásico de la belleza.
A través de la plasticidad de la pintura, Tadema recrea a sus mujeres con similares características que las esculturas de la Grecia Clásica y postclásica. Los mismos peinados de Afrodita o Ariadna, los mismos tratamientos de la piel remarcando la tersura, el frescor y la firmeza.




Las mujeres de Tadema se divierten, sonríen y escuchan complacientes. Las escenas están repletas de luz y los movimientos de sus cuerpos se representan con la misma delicadeza que se refleja en las flores que esmaltan el entorno.
El mundo femenino recreado por Alma Tadema es cándido, ingenuo, sugerente y sensual. Los cuerpos se modelan con suavidad, y los velos crean una sinfonía plástica con la transparencia de luces, eludiendo en todo momento las sombras.

La mujer burguesa


En un momento en que surgía el movimiento feminista por el que se pedía el derecho al voto de la mujer, se producía la Revolución Industrial y la mayor parte de la población vivía hacinada en casas insalubres, las pinturas de Alma-Tadema representan un rayo de luz a las miserias de una sociedad luchadora. Tadema se alejó de las inmundicias, su realismo pictórico se aleja mucho del realismo contemporáneo.
Tadema representa a la mujer burguesa, culta, delicada, cultivada y sensible al arte, la música. Una mujer divertida, amena, de rostro agradable. Tadema goza representando a la mujer joven, de piel tersa, y se centra en las miradas y los rostros sonrosados. La riqueza de ropajes, de telas vaporosas, sedas casi transparentes, adornados con flores frescas dan el toque de distinción que en aquellos momentos distinguían a las grandes damas.



La pintura de Sir Lawrence Alma-Tadema es refinada, sensual, sugerente y, ante todo, femenina, digna de ser recuperada del olvido en la que cayó tras su muerte.
Su pintura tiene cierta relación con el Prerrafaelismo, corriente inglesa desarrollada en la época victoriana, pero más que en las formas, en el fondo. A través de sus cuadros se intentan lanzar mensajes morales y didácticos, como por ejemplo la lucha por el decoro victoriano. 




En plena Revolución Industrial, estos artistas intentan disimular la cruda realidad social mediante la creación de hermosas metáforas, y pintan idílicos paisajes y situaciones del mundo medieval y clásico, tomando como elemento clave la figura femenina. 

Comentario de algunas de sus obras:






Phidias Showing the Frieze of the Parthenon 

La vida artística del mundo clásico, los coleccionistas, los artistas o la propia vida cotidiana serán las temáticas preferidas por Alma-Tadema para sus composiciones. En esta ocasión, nos presenta -tomando como fuente las "Vidas" de Plutarco- el momento de la exhibición del recién concluido friso de las Panateneas del Partenón por parte del escultor Fidias a Pericles y su amante, Aspasia. Tadema envuelve la escena en una luz dorada y nos muestra a los diferentes tipos vestidos a la moda ateniense: en la zona de la derecha Pericles y su hetaira y Fidias en el centro de la composición, mientras que en la izquierda observamos a un hombre de espaldas y a una mujer de perfil. Los altorrelieves del friso están coloreados, en relación con la polémica establecida en esos momentos entre los especialistas sobre la policromía en las estatuas griegas. El exquisito dibujo y el ambiente creado por el pintor británico resultan muy atractivos a pesar de las críticas recibidas, ya que los especialistas contemporáneos consideraron que Alma-Tadema trasladaba las costumbres victorianas a los escenarios clásicos, comparando esta escena con una exposición de aquellos momentos



El Encuentro de Antonio y Cleopatra: año 41 a. C. (1883) y El hallazgo de Moisés (1904). 
Nunca mejor dicho lo de valor, puesto que ambos han sido subastados recientemente en Sotheby´s (mayo de 2011 y noviembre de 2010, respectivamente) alcanzando una cotización mareante. En los dos casos el precio de salida fueron de 3 a 5 millones de dólares y después de una puja muy competida se pagó por el primero 29,2 millones y por el segundo ¡35,9 millones de dólares! Un record en subasta para una pinturadel siglo XIX no impresionista.
La historia de El hallazgo de Moisés, 1904. El valor de un cuadro.




El precio monetario de una obra es un índice del valor de la misma, aunque como siempre digo algo vale lo que estés dispuesto a pagar por ello y este cuadro es buen  ejemplo de la valoración histórica que ha tenido este artista y de lo relativo que es el valor de una obra.
El hallazgo de Moisés, que ya hemos dicho fue vendido en noviembre de 2010 por 35,9 millones de dólares, fue encargado por John Aird en 1904 y pagó por él  5.250 libras, algo más de lo habitual porque se empeñó en que la modelo de la hija del faraón fuera su propia hija. No le costó más caro porque entre Tadema y él existía una amistad y, en cierta manera, porque él también contribuyó a la creación del cuadro. Aird era ingeniero y en 1902 terminó de construir su obra más importante, la primera presa deAssuam. Con motivo de la inauguración invitó a su amigo Alma-Tadema a Egipto. De este viaje salió la idea del cuadro y, por supuesto, la luz desbordante y el ambiente recreado. John Airdera un amante de la pintura inglesa del XIX, que ya poseía por esas fechas otro cuadro muy significativo de Tadema, Las Rosasde Heliogábalo, y una buena colección de cuadros de pintores tan reconocidos y cotizados a comienzos de siglo XX como Leighton,Poynter, Dicksee y Waterhouse.  Apenas treinta años después (1935), sus descendientes no apreciaban la obra y la mal vendieron a Christie´s por sólo 820 libras.



Las rosas de Heliogábalo, 1888. Un cuadro que necesariamente hay que poner en relación con los dos analizados.
Durante muchos años se perdió la pista del cuadro y corre una leyenda de que un estudioso lo encontró tirado en un callejón, porque había sido adquirido por alguien que sólo quería el marco y que se deshizo del óleo de esa manera. El caso es que en la década de los 60 volvió a estar en el mercado y que fue adquirido a precio de ganga, 7000 dólares,  por Allan Funt, productor detelevisión y otro coleccionista de Tadema que llegó a tener hasta 32 obras de este pintor. En 1973 un Funt, arruinado ydesesperado, puso a la venta toda su colección y obtuvo por El Hallazgo 50.000 dólares. A partir de entonces, empezó a subir en los mercados la consideración y la cotización de la pintura del XIX. En 1995 fue revendido en Christi´s por 2.750.000 dólares, el precio más alto pagado hasta ese momento por una pintura deesta época, lo que ha sido pulverizado 15 años más tarde en Sotheby´s por los 35.922.500 dólares, más de siete veces de la estimación de partida de la subasta, que se pagaron por el mismo cuadro. ¿Hay alguna lógica para que este cuadro no valiera nada entre los años 20 a los 60 y  que medio siglo después cueste una fortuna?
Pero ya está bien de hablar de dinero y hablemos de arte.
El hallazgo de Moisés, óleo sobre lienzo, 137,7 x 213,4 cm., es sin duda una de las obras maestras de Alma-Tadema, realizada entre 1902 y 1904, fecha ésta que podemos considerar el momento cumbre de su carrera. El reconocimiento del pintor en Gran Bretaña era incuestionable, el mismo rey Eduardo VII, que había visitado su taller, le otorgó ese año la prestigiosa  Orden del Mérito junto a Holman Hunt y a G. F. Watts. También expuso con gran éxito en Estados Unidos.
El lienzo cuenta un tema narrado en la Biblia, aunque en este caso con muchas licencias pictóricas del pintor. Según el Exodo, 2:6 la hija del faraón encuentra a un niño entre los juncos de la orilla del Nilo. Ese niño era Moisés, hijo de una familia judía que lo abandonó allí para evitar la muerte ordenada de todos los varones recién nacidos de este pueblo. La hija del faraón decidió, contraviniendo la norma adoptarlo como su hijo. Pero..., qué tenemos en el cuadro, que la hija del faraón exhibe al niño y convierte el descubrimiento en una procesión religiosa, donderecrear una escenografía teatral muy a su gusto. Este es finalmente su atractivo, la fascinación por una escena bella y colorista. Si la obra nos resulta familiar es porque esta imagen impregnó el universo icónico de algunos directores de las superproducciones de Hollywood de tema egipcio, en concreto me recuerda a momentos de Los Diez Mandamientos de Cecil B.DeMille.
La actriz Anne Baxter. Escenas de la película "Los diez mandamientos" deCecil B. DeMille (1956)



La interpretación fantasiosa que hace del hecho se compensa condetalles arqueológicos y de ambientación que hacen muy creíble la escena y parece que asistimos  a una escena de la princesa entrando en los jardines de su palacio..
·    Los pies de la escultura o el jarrón que enmarcan la composición tienen la inscripción jeroglífica en cartucho deRamses II, lo que identifica el momento histórico.
·    La hija del faraón es llevada en una litera, tal como se representaba a los dioses conducidos en procesión por los sacerotes en la pintura egipcia.
·     El escabel bajo sus pies está adornado con imágenes deenemigos vencidos, como es habitual en el mobiliario real.
·         Las vestimentas y los objetos y adornos son adecuados.
·     Los lotos que cuelgan de la canastilla y las flores azules (delfinios) y frutas (higos) están inspirados en la vegetación del Nilo.



La escena se desarrolla al aire libre en una mañana entre luminosa al fondo y brumosa en primer plano junto al río.  En la otra orilla una multitud se afana acarreando jarrones que llenan con el agua del río. Un templo y las pirámides de Gizeh terminan por ubicarnos la escena en Menfis.
Rasgo muy típico de la obra de Tadema es la yuxtaposición que hace de la belleza femenina. En muchos de sus cuadros busca contraponer una modelo pelirroja y otra morena, que en este caso portan al niño. Los servidores masculinos son de tez oscura, lo que contrasta con la piel blanca de las mujeres, respetando el simbolismo del color utilizado en la representación de los sexos en el Antiguo Egipto. 




También es muy típico del pintor el recrearse en la calidad de la materia pétrea: en los cuadros con temas romanos o griegos impresionan sus mármoles, pero en esta ocasión, para adaptarse a la realidad arqueológica, se recrea en el granito de colores y la caliza.





El Encuentro de Antonio y Cleopatra: año 41 a. C., 1883. Óleo sobre tabla, 65,5 x 92,3 cm.

Entre 1883 y 1888 Alma-Tadema centró su atención en grandes lienzos que pudieran venderse a precios elevados. Se estaba construyendo una casa en uno de los mejores barrios de Londres y los trabajos estaban resultando bastante caros. Para la mayoría de estas obras eligió temas históricos y El Encuentro de Antonio y Cleopatra es tal vez el mejor de ellos.
Representa uno de los momentos más icónicos de la historia romano-egipcia, el primer encuentro de Antonio y Cleopatra en el puerto de Tarso, Cilicia. Para ello no recurre a los textos clásicos y sí como hacían los prerrafaelistas a la descripción literaria que hace Enobarbo, oficial que acompaña a Antonio, del encuentro en la obra Antonio y Cleopatra de Shakespeare. La reina de Egipto seduce al triunviro romano por medio de una escenografía muy sensual. En el relato se dice que la popa del barco era como el oro y esa es la sensación que da con los cortinajes dorados; también que de la barcaza de Cleopatra provenía un perfume embriagador y esto se sugiere al espectador a través de los incensarios que soplan los sirvientes y de las guirnaldas de rosas.




La escena está repleta de detalles arqueológicos veraces, dehecho, se sabe la procedencia de donde sacó algunos de ellos por fotografías y bocetos que se conservan del archivo del pintor:
·     Las armas, las armaduras y los trirremes romanos son una delas más acertadas reconstrucciones del material y los usos militares de finales de la República.
·         En costado del barco hay un cartucho donde está inscrito el nombre jeroglífico de la reina Cleopatra.
·    Los instrumentos musicales, la flauta y el sistro (especie desonajero) que portan las esclavas, son representados en numerosos convites funerarios de las tumbas tebanas;
·         Los adornos de las criadas con pluma de avestruz y lapislázuli.
·   Los incensarios, brazaletes y  pelucas de los sirvientes provienen de los tesoros del Louvre obtenidas en excavaciones del Egipto romano;



·         
    El trono de marfil tiene como detalle a unos babuinos que sostiene el popular amuleto o wedjet de Horus que protege contra el mal.
·         Cleopatra viste con gasas y una piel de leopardo y porta unos finísimos báculos y mayales, símbolos del poder de los faraonesde Egipto, así como una diadema con el Ureus en forma deCobra que simboliza su poder en el Bajo Egipto.



Alma-Tadema elige para representar un momento sutil del encuentro de los que serán famosos amantes. Antonio todavía no conoce a Cleopatra, pero ha oído hablar de ella y desprecia el poder magnético que ha causado en otros romanos. La ha convocado a Tarso para que se presente ante él como aliada tributaria de Roma y porque necesita su ayuda tras la guerra civil que ha sacudido a Roma. Cleopatra, que considera esto indigno para ella y para su reino, acude a regañadientes porque necesita a los romanos para estabilizar su trono pero pone como condición no desembarcar, considerando que estando en su nave, la entrevista se desarrollaría en tierra de Egipto. Por el camino Cleopatra urde un plan para servirse del arrogante romano. Antonio navega hasta la barcaza del encuentro y según se acerca va quedando más impresionado por el lujo de la barcaza, tal es así, que  se levanta para mirar con asombro y curiosidad a la reina que apenas se deja ver en el interior del baldaquino.





La reina mira de reojo al espectador para hacernos cómplices deeste juego de seducción y adopta una pose de lánguida y voluptuosa. Algunos detalles del cubículo son un guiño acerca delo que pretende. El más explícito es el bordado de la cortina con  motivos de tela de araña, una metáfora de lo que pretendeCleopatra: atrapar a Antonio. También los hay más intelectuales como el detalle de la cabeza/capitel que sostiene la estructura, que es del dios Bes, dios de la música y protector de la casa real, pero a su vez asimilado en la Baja Época egipcia con el amor sexual y los placeres libertinos. La seducción está conseguida y Antonio caerá en su tela de araña, marchando con ella a Alejandría donde llevará una vida escandalosa de placeres.



Además de por las calidades técnicas evidentes, este cuadro me sorprende y agrada sobremanera por el interesante juego compositivo que realiza entre primeros, segundos y terceros planos, perspectiva y luz. Utiliza las líneas para guiarnos a travésde la escena, dejando que cada detalle nos guíe al siguiente nivel y otra vez volvamos para atrás. Los sirvientes, que son los personajes más cercanos, están inclinados hacia Cleopatra, que recoge sinuosamente el foco de atención del primer plano. La mirada de su sirvienta nubia nos guía con ayuda de la falúa romana hacia el lado opuesto, donde rebota nuestra vista contra el muro de remos. Las diagonales de la trirreme nos introducen denuevo en la ventana interior del cuadro donde Antonio y su acompañante son los protagonistas del segundo plano. Espero que con la línea que he trazado sobre el cuadro se entienda. La luz y las gamas de colores también sirven para entrar y salir o acercarnos y alejarnos en el cuadro, consiguiendo un efecto muy cinematográfico.


EL DESCUBRIMIENTO DE LA VENUS ESQUILINA Y SU REPERCUSIÓN EN LA PINTURA DE FINALES DELSIGLO XIX. (Tomado de  algargosarte)

En 1874 fue descubierta en la colina Esquilina de Roma una estatua de un desnudo femenino, que se identificó con el deVenus, y que inmediatamente pasó al acervo iconográfico delmundo clásico y a ejercer una notable influencia sobre la pinturade final de siglo.
Cuatro vistas de la Venus Esquilina.




El descubrimiento arqueológico. La "Venus".
La obra fue encontrada en un lugar que se supone fue uno de los jardines imperiales, los Horti Lamiani, que ya había sido un gran yacimiento arqueológico desde el siglo XVI. Aquí se sacó a la luz también una variante del Laoconte y del Discóbolo y el busto deCómodo con los atributos de Hércules. La escultura pasó a lacolección del Museo Capitolino donde se exhibe hoy en día.




La Venus Esquilina en todo su esplendor.
Sus brazos no se han encontrado, aunque los restos de la mano izquierda en la cabeza sugieren que tenía los brazos alzados y estaba atándose una cinta. Por el estilo se puede datar entre elsiglo II o I a. X., siendo ésta una copia romana de un original griego neoático. En el helenismo se difunde este tipo de figura erótica femenina: curva praxiteliana, torso musculado, pechos pequeños y muslos apretados. Una estatua sin cabeza y sin partede las piernas, que se conserva en el Louvre, confirma que era un prototipo habitual de desnudo femenino de la escultura griega.
Venus del tipo Esquilina del Museo del Louvre.




Se desconoce con exactitud a quien representa, aunque existen varias teorías:
  1. La diosa romana Venus, posiblemente en forma de VenusAnadiómena o saliendo del mar.
  2. Una simple bañista mortal en actitud de atarse una cintala cabello.
  3. La imagen idealizada de Cleopatra VII, la última de los soberanos de Egipto.
Venus como inspiración desde el Renacimiento.
Por todos es sabido que el Renacimiento y el Neoclasicismobuscaron la inspiración, cuando no la imitación del mundo clásico.  A falta de referencias de calidad en pintura, la escultura se convirtió en la clave para encontrar la esencia grecorromana. En la obra de Ghiberti, Botticelli o de Miguel Ángel palpitan los hallazgos arqueológicos del momento, aquellas piezas que sus mecenas atesoraban como coleccionistas. El descubrimiento dePompeya y Herculano en el siglo XVIII volvió a impulsar laemulación de estas obras.
Detalles del Nacimiento de Venus de Botticelli y de la Venus Capitolina.




La diosa Venus fue la representación más inspiradora desde elRenacimiento, tal vez porque era la excusa perfecta para larepresentación de un desnudo femenino en tiempos en los que éste era tabú. Desnudos bellísimos de Botticelli, Tiziano,Correggio, Rubens, Velázquez, Ingres... causaron escándalo, pero se toleraron al fin y al cabo, porque se trataba de recrear labelleza de una diosa de la Antigüedad.
Jean Auguste Dominique Ingres. Venus Anadyomene, 1848.



Lo que no se conoce tanto es que a finales del siglo XIX, coincidiendo con un nuevo empuje científico de la arqueología que puso al descubierto ciudades míticas en Grecia, Italia y Egipto, también hizo crecer el interés de los pintores por el mundo Antiguo y, por tanto, se produjo un nuevo renacer. Pero lasociedad comenzaba a transformarse y los pintores se hacían cada vez más atrevidos. Una buena prueba es la actitud provocadora de Eduard Manet al presentar en la década de los 60 dos cuadros de desnudos, Desayuno en la hierba y Olimpia, inspirados en cuadros del siglo XVI.
La Venus Esquilina y la pintura de finales de siglo XIX.
Como ya he comentado al comienzo,  en 1874 se produjo eldescubrimiento de la que conocemos como Venus Esquilina e inmediatamente tuvo una repercusión muy directa en los pintores.
Los pintores más académicos como William Adolphe Bouguereau interpretaron el tema en clave mitológica, como el Nacimiento deVenus (1879). La belleza y sensualidad de la diosa se perdona al amparo del tema y de la tradición. Esta obra triunfa en los Salones Académicos de París porque no pretendían representar una mujer "real".
William Adolphe Bouguereau, Nacimiento de Venus (1879).




Sin embargo, otros pintores también de técnica académica que larecrearon no tuvieron tanto reconocimiento e incluso les fue difícil vender su obra. La razón es que interpretaron la obra en clave humana.
Lawrence Alma Tadema, que fue el primero de los pintores en ver la obra en directo (invierno de 1875/76) y en pasarla al lienzo (1877), la concibió como una modelo que posa mientras que elescultor la contempla intentando captar su belleza. La obra provocó una célebre respuesta del obispo de Carlisle y denumerosas cartas a la prensa de rechazo, cuando la obra se exhibió en Líverpool en 1878. Estas son las palabras del obispo que reflejan la hipocresía de la sociedad victoriana del momento:"que un artista vivo exponga una representación de tamaño natural y casi fotográfica de una hermosa mujer desnuda es algo que golpea mi conciencia no artística como un acto malicioso".
Lawrence Alma-Tadema. La modelo de un escultor, 1877.




Edward Poynter tampoco tuvo mucha suerte cuando utilizó lamisma estatua como prototipo para el desnudo femenino deDiadumene (1884), la versión femenina de la obra griega masculina de la conocida obra de Policleto, en la que un atleta masculino se ataba una cinta en torno a la cabeza. La polémica contra el desnudo volvió a desatarse en las cartas al director deThe Times de Londres, aunque el pintor argumentara que sólo pretendía rendir un homenaje arqueológico a Policleto y a Praxiteles. En 1893 Poynter se vio obligado a cubrir la Diadumene, seguramente porque no encontraba comprador parala versión desnuda.
Edward Poynter, Diadumene (1884).






Me gustaría terminar con dos excelentes presentaciones sobre la obra de nuestro autor:






Bien como siempre espero que os haya sido útil e interesante,