dimarts, 3 de gener del 2012

FERNANDO SÁENZ PEDROSA: LA BÚSQUEDA DE LA PERFECCIÓN







Fernando Sáenz Pedrosa nació en Palencia en 1947. Desde muy joven se hizo evidente su gran talento como dibujante, a los 18 años se inscribió en la prestigiosa Escuela de Arquitectura de Madrid. Entre los años 1965 y 1970 sus estudios como dibujante y pintor se hicieron más prolíficos. Desde sus estudios de arquitectura fue capaz de madurar su habilidad en el dibujo y combinarlo con la pintura. Después de cinco años de estudios, decidió dedicar enteramente su vida a la pintura.





Los ríos trucheros del norte de la provincia palentina, sus corrientes, sus remansos, sus vegas feraces, se ven primorosamente reflejados en los cuadros de Sáenz Pedrosa, un pintor capaz de reflejar en sus obras la belleza de la naturaleza hasta en sus últimos detalles. Confiesa el artista que no tiene preferencias a la hora de pintar: «Yo -asegura- pinto todo lo que me gusta, pero por los ríos tengo una inclinación especial que viene de muy lejos, de cuando de niño acompañaba a mi padre a sus orillas para practicar la pesca, por eso entre mis trabajos destaca la presencia de los ríos palentinos». Asegura Pedrosa que para pintar la transparencia del agua hay que poner «mucho esmero y unas buenas dosis de técnica pictórica». El agua deslizándose entre las piedras de una brava corriente de montaña es todo un espectáculo en los cuadros del pintor palentino que, además, añade personajes a sus fieles representaciones de la naturaleza. 








La habilidad de Pedrosa como hiperrealista es incomparable. Igual que un arquitecto construye la escena con los fundamentos del dibujo, con el color da vida a sus figuras, sin revelar las delicadas pinceladas. Artista que sabe captar la expresión humana y las emociones de forma natural. El espectador que se sitúa ante una de sus obras, es capaz de apreciar la atmósfera del momento, como si el mundo se hubiese detenido en ese único, eterno instante. Pedrosa tiene el don de la creación de unas imágenes siempre tiernas,  utiliza los detalles, la perfección de sus formas y el tratamiento de la luz, para capturar unos momentos llenos de vitalidad.





Hay muchas formas diferentes de disfrutar de la naturaleza, de conocerla, de vivirla. Una de ellas es a través de la pintura de los grandes paisajistas. Ellos nos guían por los lugares más hermosos en esos momentos mágicos en los que la luz los convierte en irreales, en fantásticos. 





Pero en la obra de Sáenz Pedrosa hay más, hay maravillosos paisajes costumbristas en los que el artista inmortaliza las labores agrícolas de la otra parte de la provincia palentina, los campos de mies que la identifican a las tierras de Castilla y en los que se muestra tan virtuoso como en sus magníficas representaciones del agua en los ríos y en el mar.


















Fernando Sáenz Pedrosa es uno de esos pintores que impresionan al primer golpe de vista. Su obra, dotada de realismo y variedad temática, entra fácilmente por los ojos, pero es interiormente donde nos hace sentir esa realidad plena, vibrante y fresca.











Los oleos de este arquitecto, con vocación claramente pintora es el universo donde recrea su percepción de la vida. Palentino de nacimiento refleja en su obra los paisajes y estampas propias de su tierra. Esas aguas claras, con reflejos de luz recorriendo el lecho de los ríos, bodegones de composición clásica con sus luces y sombras, paisajes costumbristas de su tierra así como la figura infantil en medio de ambientes plenos de luz y naturaleza componen el universo donde nos transporta su obra. Una obra clara, pura y llena de vida, una obra fiel reflejo de la realidad al más puro estilo de la fotografía.


















Existe cierta dificultad en identificar las obras de Fernando respecto a las de su hermano menor Javier, ambos se han orientado hacia el hiperrealismo y comparten una aproximación temática, además en la red, suele denominárselos únicamente por el apellido Sáenz Pedrosa, lo cual añade más confusión. Ruego pues a los autores o a los conocedores de sus obras respectivas, se dignen disculpar cualquier error de identificación que se haya producido. Si me lo hacen notar inmediatamente procederé a rectificar.








En esos escenarios privilegiados aparecen mujeres, niños pastores, seres anónimos que aportan una nota de vida, incluso de misterio, en colaboración con los efectos lumínicos y con la indudable belleza de una naturaleza milagrosamente pura.


































El espectador, asombrado por la perfección de la pintura de Pedrosa, puede preguntarse cuál es su forma de trabajar: «Como amante de la naturaleza, doy grandes paseos por los montes, por las riberas de los ríos, por la orilla del mar e, incluso, por las duras estepas castellanas, aunque prefiero los escenarios en los que el agua sea protagonista. Cuando veo un lugar que me impresiona, hago apuntes y también varias fotografías. Con esa documentación y con el poso que han dejado en mi memoria las impresiones recibidas, trabajo en el estudio. Cada cuadro me cuesta muchísimas horas de dedicación».










Sáenz Pedrosa es, pues, un pintor de los antiguos, de esos que a veces mandan rosas, cuyas obras producen en el espectador la emoción del acercamiento a la naturaleza, a la belleza natural en estado puro.
Os adjunto una presentación con muchas de las pinturas del extraordinario pintor palentino, acompañadas con la música de Joan Manel Serrat sobre el poema de Antonio Machado "Cantares".


Como siempre espero que os sea útil e interesante.