Sinan tuvo la suerte de trabajar para un sultán con una
gran sensibilidad para el arte, pues Solimán fue, además de un apasionado de la
arquitectura, un gran poeta:
“Riqueza y poder es lo que todos consideran como la mejor suerte,
Pero en esta vida un poco de salud es lo mejor.
Aquello que los hombres llaman gobierno es lucha mundana y batalla constante;
El más alto trono está en la alabanza de Dios, la más feliz de las condiciones”.
“Riqueza y poder es lo que todos consideran como la mejor suerte,
Pero en esta vida un poco de salud es lo mejor.
Aquello que los hombres llaman gobierno es lucha mundana y batalla constante;
El más alto trono está en la alabanza de Dios, la más feliz de las condiciones”.
El europocentrismo es una enfermedad muy grave que sufren algunos científicos
y estudiosos europeos, incluso muchos de norteamericanos, sin duda contagiados por
aquellos. Ésta grave enfermedad consiste en creer que todo – o casi todo- lo
importante, bello, trascendente que ha realizado la humanidad, pongamos desde
el año cero en adelante, tiene su origen en la civilización occidental. Si se
concede cierta importancia a las culturas africanas o asiáticas anteriores a
esa época, es por razones evidentes, pues mientras en Egipto se construían
pirámides, en el continente europeo aún pintábamos las paredes de nuestros
refugios rocosos y cuando aquí aparecen las primeras ciudades, allí se han
sucedido imperios fastuosos.
Pero a partir del surgimiento de Roma, la historia y evolución de las sociedades extraeuropeas desaparece misteriosamente, incluso en los libros de historia con los que enseñamos a nuestros hijos.
Éste "defecto" nos ha impedido conocer, el pensamiento creativo, la obra de cientos, miles de
personalidades que destacan en otras culturas y ámbitos civilizatorios, como es
el caso del gran arquitecto otomano al que hoy quiero dedicar éstas páginas.
Mimar Koca Sinan ibn Abd al-Mannan (Turco otomán قوجه معمار سنان آغا ), o sencillamente Mimar Sinan (el
arquitecto Sinan), (nacido el 15 de abril de 1489 a Kayseri , en Anatolia, (Turquía) - muerto el 17 de julio de 1588 en Estambul) es un arquitecto otomán de origen armenio, creador de la arquitectura
clásica otomana, que integró las
tradiciones orientales y bizantinas .
Sinan, heredero a la
vez de los grandes constructores que fueron los Turcos selyúcidas entre los XI - XII siglos,
de la escuela de Bursa (XIVe - XVe siglos)
- periodo de formación de las mezquitas otomanas - y de las Bizantinas, bajo la
influencia del descubrimiento de Santa-Sofía ,
buscará superar estos modelos.
A diferencia de lo
que sucede en las iglesias cristianas, en la mezquita, aparte de las lecturas del
Corán y los sermones del viernes sobre asuntos morales, políticos y sociales, la
única actividad es la oración personal. Esto sólo requiere un
espacio protegido del sol y la lluvia, donde los fieles pueden rezar juntos.
La única necesidad específica
es un mihrab, un nicho en la pared del lado que mira
hacia La Meca a la que se dirigen las oraciones y la plataforma
elevada desde la que se dirigen los sermones, y un lugar para las abluciones. El
minarete, desde donde el muecín llama a los fieles a
la oración cinco veces al día, se convirtió en un
elemento esencial de la mezquita desde los primeros tiempos.
La primera mezquita del Islam fué la propia casa de Mahoma en Medina, modelo inicial del que derivarían muchas otras, especialmente en el norte de África i Al-Andalus.
Una consideración importante en
el diseño de las mezquitas es la prohibición de imágenes
que representan seres humanos o animales, que fue considerado como idolatría. Mientras
que las iglesias cristianas fueron adornadoscon esculturas, pinturas y vitrales sobre
temas religiosos, los edificios religiosos islámicos se
enriquecieron sólo con decoraciones abstractas y la caligrafía.
Con Sinan asistimos a
la instauración de nuevas reglas arquitectónicas, que se traducirán por la
transformación progresiva del volumen cubico en volumen semiesférico cortado en
facetas. Poco a poco, en las numerosas mezquitas que ha construido, gracias a
un juego de contra-cúpulas cada vez más sofisticadas, Sinan consigue obtener un
espacio interior muy luminoso haciendo cada vez más retroceder las columnas
hacia la periferia. La escuela de Estambul marca el apogeo de la arquitectura otomana.
El exterior deviene una sabia disposición de volúmenes destinados a crear un
efecto de silueta, como se ve con la Süleimaniye en Estambul. En el interior las
decoraciones de cerámica, geométricas o florales devienen cada vez más elaboradas.
La importancia de Mimar
Sinan, como arquitecto imperial que tuvo la felicidad de disponer recursos
prácticamente ilimitados para expresar su talento, proviene en primer lugar de
las pruebas que ha intentado a lo largo de su vida para aproximarse a la
perfección, y de las numerosas innovaciones que ha aportado en los métodos de
construcción, y mantiene, por otro lado, al hecho que tiene, por su ingenio, haber
llevado la arquitectura otomana « clásica » a su apogeo y por haber considerable
y durablemente influido en los arquitectos que le han sucedido.
Tenía a sus órdenes
un extenso departamento gubernamental y formó a muchos ayudantes que más
adelante se distinguieron, como el arquitecto de la mezquita azul, Sedefhar
Mehmet Aga.
A menudo, se le compara con Michelangelo, su contemporáneo en Occidente. La categoría de Miguel Ángel y sus planes para la Basílica de San Pedro de Roma se conocían bien en Estambul, para que el sultán Bayaceto II le había encargado (junto con Leonardo da Vinci) un puente sobre el Cuerno de Oro en 1502.
Su formación como
ingeniero militar hizo que su planteamiento respecto la arquitectura fuera más
empírico que no teórico, pero se puede decir lo mismo de los grandes
arquitectos del Renacimiento en Occidente como Brunelleschi y Michelangelo.
Al principio de la carrera de Sinan, la arquitectura otomana era sobre todo pragmática. Los edificios eran repeticiones de otras anteriores y se basaban en planos rudimentarios. Eran más un conjunto de parches que una concepción única. Un arquitecto podía hacer un borrador de un nuevo edificio, y cualquier ayudado o capataz sabían qué hacer, porque evitaban las ideas originales. Además, los arquitectos utilizaban un margen de seguridad exagerado a sus diseños, lo que suponía un derroche de material y trabajo. Sinan lo cambió gradualmente. Transformó las prácticas arquitectónicas establecidas, ensanchando y transformando las tradiciones, añadiendo innovaciones, intentando acercarse a la perfección.
Al principio de la carrera de Sinan, la arquitectura otomana era sobre todo pragmática. Los edificios eran repeticiones de otras anteriores y se basaban en planos rudimentarios. Eran más un conjunto de parches que una concepción única. Un arquitecto podía hacer un borrador de un nuevo edificio, y cualquier ayudado o capataz sabían qué hacer, porque evitaban las ideas originales. Además, los arquitectos utilizaban un margen de seguridad exagerado a sus diseños, lo que suponía un derroche de material y trabajo. Sinan lo cambió gradualmente. Transformó las prácticas arquitectónicas establecidas, ensanchando y transformando las tradiciones, añadiendo innovaciones, intentando acercarse a la perfección.
Sinan supo aliar en la
nobleza serena del clasicismo otomano una imaginación creadora de una riqueza
inigualable, que permitió producir, durante una vida casi centenaria que se
desarrolló bajo varios Sultanes, un gran número de obras maestras. Sus trabajos
son una síntesis de lo que responde a las necesidades de la época con todo lo
positivo de las experiencias del pasado. La arquitectura otomana, que ve
acabarse con lucidez este proceso de síntesis,
pasó con Sinan, más allá de la fase de investigación en el periodo
clásico. La utilización mera y clara de la cúpula, elemento de más entidad de
su arquitectura monumental, y del sistema de soportes relacionado con ella, así
como la transformación de la cúpula en el núcleo de la arquitectura monumental
es una de las mayores contribuciónes de la arquitectura otomana a la
arquitectura mundial.
Las tres obras mayores
de Mimar Sinan son la mezquita Şehzade Mehmet a Estambul que es considerada
como un trabajo de aprendizaje, la mezquita Süleymaniye igualmente a Estambul que está considerada
principalmente como un trabajo de albañilería y de ingeniería, y la mezquita Selimiye a Edirne consideraba como su obra
maestra como arquitecto. Más adelante nos detendremos detalladamente en el
estudio de éstas y otras construcciones.
Nos dice Jean Paul Roux, uno de los mayores expertos en la cultura otomana: "La mezquita otomana,
tal como la concibe Sinan, es a la vez montaña cósmica e imagen del
universo. El cuadrado de suelo representa la tierra, la enorme cúpula la bóveda
celeste, y los minaretes evocan los cuatro elementos (aire, tierra, agua y
fuego), tambien los cuatro puntos cardinales, los cuatro pilares que abundan en
las representaciones arquetípicas, uniendo las dos partes del cosmos. No
está diseñada para que los creyentes se estén moviendo hacia la Meca, fijando
la vista en horizontal como en tantas mezquitas norteafricanas, pero se ven
obligados a dirigir su mirada hacia el cielo. Impulsados por
las olas formadas por las cúpulas secundarias que se superponen las unas a las
otras, así mismo, subrayan éste deseo de elevación, las flechas de los
minaretes en erupción de la tierra, generalmente terminados en forma de piràmide
cónica, las curvas ascensionales de los arcos enormes. Y las innumerables
ventanas a menudo con vidrieras multicolores que perforan las paredes, dándoles
una apariencia casi inmaterial, irreal hasta el punto que las mismas paredes se
convierten en cortinas translúcidas, inundando la habitación con la luz del
cielo".
El padre de la Turquía
moderna Atatürk ha pedido emprender estudios
científicos con relación a la obra de Mimar Sinan, y de elevarle una estatua.
Su nombre ha sido dado a la Academia de Bellas Artes del Estado en 1982 y a la Universidad que contiene esta
academia recientemente fundada.
Una
juventud militar
En su juventud, el año de 1512, en virtud de un nuevo decreto,
entrado en vigor poco después de la subida al trono del sultan Sélim IerYavuz,
que desarrolla el sistema del « devşirme »,
instaurado por Murat Ier (un
sistema de reclutamiento de jóvenes chicos cristianos que tienen entre ocho y
diecisiete años aproximadamente, y que van a ser convertidos al Islam y deben una fidelidad absoluta
al sultán), Sinan, aunque sea un poco más mayor, es traído en Estambul y alistado a
la fuerza en el ejército. Ha sido recibido en el Cuerpo de los “reclutas”,
que forma los soldados para el ejército. Se opina que es allí donde se ha
iniciado en el arte y a la técnica de construcción de estructuras.
Lo circuncidaron al
convertirse al Islam. Como ya tenía más de veintiún y un años, no lo
admitieron en el Colegio Imperial Enderun del Palacio de Topkapi y lo enviaron
a una escuela auxiliar. Posiblemente, allí le dieron el nombre islámico
Sinan. Al principio aprendió el oficio de carpintero y matemáticas, pero
gracias a sus cualidades intelectuales y ambición, pronto hacía de ayudante de
los arquitectos principales y recibió instrucción como arquitecto.
Al cabo de tres años era arquitecto e ingeniero.
Al cabo de tres años era arquitecto e ingeniero.
Se convirtió en un maestro arquero, mientras que al mismo tiempo, como arquitecto, aprendía los puntos débiles de las estructuras cuando las atacaba con cañones.
Después de un periodo de formación rigurosa, pasa de la caballería al cuerpo de los técnicos, deviene ingeniero militar, participio en las numerosas campañas de Sélim Ier y de Solimán Ier el Magnífico (1494-1566), y comienza a construir puentes y fortificaciones.
Ha participado en la guerra santa
y la victoria de Çaldiran (1514) sobre la dinastía chiita de los Persas séfévides, llegados
al poder en 1501, que permitió la anexión
del este de Anatolia (Arménie,
región de Diyarbakir),
después en la expedición a Egipto entre
los años 1515-1517, durante la cual los Turcos atropellan a los Mamelucos en la batalla de Marj Dabiq cerca
de Alepo, en Siria. De regreso a Estambul, entra en el
prestigioso Cuerpo de los “jenízaros” ( turco « yeniçeri »,
que significa « nuevo soldado »).
Los Jenízaros
Los
jenízaros, fueron un cuerpo de soldados de infantería creados por el Sultán
Murad o Amurath I en 1330 ya que tenía derecho no sólo a un quinto del botín de
guerra de los territorios conquistados o sometidos, sino también a un quinto de
los cautivos.
Por aquel entonces, el incipiente imperio otomano solo contaba con las tropas de los diferentes señores (al estilo occidental de vasallaje) y, debido a ello, el Sultán muchas veces no podía confiar en la lealtad o moral de sus tropas.
Aparte de esto, los cambios militares que se estaban dando (introducción de las armas de fuego, inutilidad cada vez mayor de los grandes cuerpos de caballería, necesidad de organizar y especializar las grandes masas de infantería, sobre todo en los asedios) hicieron que se instaurara este cuerpo caracterizado por un innovador encuadramiento en regimientos de infantería que se recogían en cuarteles aparte del resto del ejército y eran dirigidos por un mando supremo especial, el yeri Ceni hagaïs, o agá.
Por aquel entonces, el incipiente imperio otomano solo contaba con las tropas de los diferentes señores (al estilo occidental de vasallaje) y, debido a ello, el Sultán muchas veces no podía confiar en la lealtad o moral de sus tropas.
Aparte de esto, los cambios militares que se estaban dando (introducción de las armas de fuego, inutilidad cada vez mayor de los grandes cuerpos de caballería, necesidad de organizar y especializar las grandes masas de infantería, sobre todo en los asedios) hicieron que se instaurara este cuerpo caracterizado por un innovador encuadramiento en regimientos de infantería que se recogían en cuarteles aparte del resto del ejército y eran dirigidos por un mando supremo especial, el yeri Ceni hagaïs, o agá.
Los jenízaros eran, inicialmente, esclavos o súbditos de las regiones
yugoslavas, griegas, albanesas y húngaras y por tanto, mayoritariamente
cristianos; constituían lo que se podría llamar el ejercito imperial
permanente, luego, en caso de guerra, se llamaba a las tropas de las tribus,
clanes, etc... y también la guardia imperial: los sipahis (al estilo de los
pretorianos romanos, pero a caballo; Estos últimos tenían un origen similar al
de los jenízaros). Aparte el hecho de que ningún combatiente libre (que tuviera
cualquier otra opción) consentiría ser un soldado de infantería, considerando
el arriesgado destino que le era asignado (Luego, cuando comenzaron a ser un
cuerpo de “elite” las cosas cambiaron e incluso los nobles trataban de que
alguno de sus hijos pasara a formar parte del cuerpo, el cual empezó a ganar
peso político en el Imperio).
En el 1380 el Sultán Selim I tuvo la idea de incrementar sus filas como resultado de un impuesto en forma humana denominada “devshirmeh”; mediante la incorporación a filas de hombres seleccionados inicialmente al azar y posteriormente según unos criterios cada vez más severos.
Los pueblos cristianos sometidos a ello consideraban un honor (y también era una fuente de riqueza, ya que un jenízaro estaba muy bien pagado) el que sus jóvenes fuesen seleccionados para el cuerpo.
En el 1380 el Sultán Selim I tuvo la idea de incrementar sus filas como resultado de un impuesto en forma humana denominada “devshirmeh”; mediante la incorporación a filas de hombres seleccionados inicialmente al azar y posteriormente según unos criterios cada vez más severos.
Los pueblos cristianos sometidos a ello consideraban un honor (y también era una fuente de riqueza, ya que un jenízaro estaba muy bien pagado) el que sus jóvenes fuesen seleccionados para el cuerpo.
Los jenízaros eran adiestrados bajo una disciplina estricta con duros
entrenamientos físicos, enseñanzas del empleo de armas de la época y tácticas
militares así como una impecable educación (aprendían diversos idiomas,
literatura, contabilidad, etc.) y en condiciones prácticamente monásticas en
las escuelas Acemi Oğlanı. En dichas escuelas de instrucción se esperaba que
permanecieran célibes y fueron alentados a convertirse al Islam, lo que la
mayoría hizo.
El armamento que empleaban pasó de las hondas, arcos y flechas a las ballestas, mosquetes y pistolas, estaban animados por un selecto espíritu de grupo, con emblemas y banderas propios, y disfrutaban, además, de un “fondo” de pensiones para los ancianos y los inválidos, tenían como emblema una marmita, símbolo de la abundante alimentación que recibían.
Eran conocidos por su ferocidad y su fanatismo. Eran tales su prestigio y sus privilegios que, desde el siglo XVI (1680), fueron muchos los que se inventaron todo tipo de argucias para alistarse en sus filas e incluso terminó permitiéndose el alistamiento en sus filas de los propios turcos, y no era raro encontrarse incluso con hijos de la nobleza entre sus filas, a partir de esa fecha, y hasta su disolución en 1826, comenzó su lenta decadencia como organización militar de élite y se inicia su cada vez mayor intervención en las intrigas palaciegas y la los asuntos de la politica, llegando en ocasiones a la insurrección armada directa y al derrocamiento del Sultán (y entronamiento de un Sultán alternativo).
El armamento que empleaban pasó de las hondas, arcos y flechas a las ballestas, mosquetes y pistolas, estaban animados por un selecto espíritu de grupo, con emblemas y banderas propios, y disfrutaban, además, de un “fondo” de pensiones para los ancianos y los inválidos, tenían como emblema una marmita, símbolo de la abundante alimentación que recibían.
Eran conocidos por su ferocidad y su fanatismo. Eran tales su prestigio y sus privilegios que, desde el siglo XVI (1680), fueron muchos los que se inventaron todo tipo de argucias para alistarse en sus filas e incluso terminó permitiéndose el alistamiento en sus filas de los propios turcos, y no era raro encontrarse incluso con hijos de la nobleza entre sus filas, a partir de esa fecha, y hasta su disolución en 1826, comenzó su lenta decadencia como organización militar de élite y se inicia su cada vez mayor intervención en las intrigas palaciegas y la los asuntos de la politica, llegando en ocasiones a la insurrección armada directa y al derrocamiento del Sultán (y entronamiento de un Sultán alternativo).
Durante todo este periodo fueron de hecho uno de los
más importantes grupos de presión y opinión, ya que tenían al Sultán en sus
manos. (también en esto se aprecian muchas similitudes con la guardia
pretoriana romana).
En la práctica (inicialmente al menos, luego solamente en teoría), los Jenízaros pertenecieron al sultán. A diferencia de los musulmanes libres, les estaba expresamente prohibido dejarse crecer la barba, permitiéndoseles tan sólo el uso de bigote (Estas normas tuvieron que modificarse al irse permitiendo la entrada en el cuerpo a los de ascendencia turca e incluso a los hijos de la nobleza, que eran hombres libres). Se les inculcó desde un primer momento que consideraran al Cuerpo de Jenízaros como su casa y familia y al sultán como su padre real, de facto. Sólo aquellos que demostraron ser lo suficientemente fuertes durante el periodo de instrucción alcanzaron el rango de un jenízaro verdadero, normalmente a la edad de veinticuatro a veinticinco años. El regimiento heredaba las propiedades de los Jenízaros fallecidos.
El número de integrantes de las tropas jenízaras varió según la época desde 100 a más de 200.000. La Guardia jenízara estaba organizada en orta (equivalente en turco para regimiemto). El sultán era el comandante supremo de los Jenízaros de forma nominal, pero el Cuerpo realmente era organizado y comandado por el ağa (comandante).
En la práctica (inicialmente al menos, luego solamente en teoría), los Jenízaros pertenecieron al sultán. A diferencia de los musulmanes libres, les estaba expresamente prohibido dejarse crecer la barba, permitiéndoseles tan sólo el uso de bigote (Estas normas tuvieron que modificarse al irse permitiendo la entrada en el cuerpo a los de ascendencia turca e incluso a los hijos de la nobleza, que eran hombres libres). Se les inculcó desde un primer momento que consideraran al Cuerpo de Jenízaros como su casa y familia y al sultán como su padre real, de facto. Sólo aquellos que demostraron ser lo suficientemente fuertes durante el periodo de instrucción alcanzaron el rango de un jenízaro verdadero, normalmente a la edad de veinticuatro a veinticinco años. El regimiento heredaba las propiedades de los Jenízaros fallecidos.
El número de integrantes de las tropas jenízaras varió según la época desde 100 a más de 200.000. La Guardia jenízara estaba organizada en orta (equivalente en turco para regimiemto). El sultán era el comandante supremo de los Jenízaros de forma nominal, pero el Cuerpo realmente era organizado y comandado por el ağa (comandante).
La Guardia jenízara se dividía en tres categorías:
· Cemaat (tropas fronterizas), con 101 ortas
· Beyliks o beuluks (la guardia personal del sultán), con sesenta y un orta
· Sekban o seirnen, con treinta y cuatro ortas
Además existían también treinta y cuatro orta integrados por los acemi (aprendices). En un principio los Jenízaros podría ascender de rango tan sólo dentro de su propio orta y sólo por criterios de antigüedad y jerarquía. Cambiaban de unidad tan sólo para asumir el mando de otra.
La nueva milicia fue consagrada y denominada por un derviche famoso Hacı Bektaş-ı Veli, el cual, de pie al frente de sus filas, extendía la manga de su vestido sobre la cabeza del soldado más adelantado, y dispensaba su bendición con las palabras siguientes: “Que sean llamados jenízaros [yingi-cheri, o “nuevos soldados”]; que sus rostros estén siempre brillantes; sus manos victoriosas; sus espadas afiladas; que sus espadas vuelen siempre sobre las cabezas de sus enemigos; y allá adonde vayan, que vuelvan con una cara blanca.” La cara blanca y negra son expresiones comunes y proverbiales de alabanza y condena en la lengua turca. Ese fue el origen de esas soberbias tropas, el terror de las batallas.
Los Jenízaros pronto aprendieron a seguir los dictados del santo derviche que había bendecido a las primeras tropas.
· Cemaat (tropas fronterizas), con 101 ortas
· Beyliks o beuluks (la guardia personal del sultán), con sesenta y un orta
· Sekban o seirnen, con treinta y cuatro ortas
Además existían también treinta y cuatro orta integrados por los acemi (aprendices). En un principio los Jenízaros podría ascender de rango tan sólo dentro de su propio orta y sólo por criterios de antigüedad y jerarquía. Cambiaban de unidad tan sólo para asumir el mando de otra.
La nueva milicia fue consagrada y denominada por un derviche famoso Hacı Bektaş-ı Veli, el cual, de pie al frente de sus filas, extendía la manga de su vestido sobre la cabeza del soldado más adelantado, y dispensaba su bendición con las palabras siguientes: “Que sean llamados jenízaros [yingi-cheri, o “nuevos soldados”]; que sus rostros estén siempre brillantes; sus manos victoriosas; sus espadas afiladas; que sus espadas vuelen siempre sobre las cabezas de sus enemigos; y allá adonde vayan, que vuelvan con una cara blanca.” La cara blanca y negra son expresiones comunes y proverbiales de alabanza y condena en la lengua turca. Ese fue el origen de esas soberbias tropas, el terror de las batallas.
Los Jenízaros pronto aprendieron a seguir los dictados del santo derviche que había bendecido a las primeras tropas.
De este modo la orden sufí Bektaşı y sus
derviches se convirtieron en una especie de capellanes para la Guardia
Jenízara. En este aspecto así como sus similitudes en su vida aislada, los
Jenízaros se asemejan a las ordenes monasticas cristianas de monjes-guerreros
como los Templarios o los Hospitalarios.
Inicialmente se mantienen por incorporaciones constantes de la porción del sultán sobre los cautivos, y por levas, cada cinco años, de los hijos de los súbditos cristianos. Pequeñas bandas de soldados, cada una con un jefe, y cada una provista con un firman específico, van de un sitio a otro. Cuando llegan, el protogeros reunía a los habitantes con sus hijos. El capitán de los soldados tiene derecho a llevarse a todos los jóvenes que se distinguen por su belleza o fuerza, actividad o talento, mayores de siete años. Los lleva a la corte del gran señor, un tributo, por así decir, de parte de sus súbditos. Los cautivos cogidos en la guerra por los pashas, y presentados por ellos al sultán, incluyen a polacos, bohemios, rusos, italianos y alemanes.
Inicialmente se mantienen por incorporaciones constantes de la porción del sultán sobre los cautivos, y por levas, cada cinco años, de los hijos de los súbditos cristianos. Pequeñas bandas de soldados, cada una con un jefe, y cada una provista con un firman específico, van de un sitio a otro. Cuando llegan, el protogeros reunía a los habitantes con sus hijos. El capitán de los soldados tiene derecho a llevarse a todos los jóvenes que se distinguen por su belleza o fuerza, actividad o talento, mayores de siete años. Los lleva a la corte del gran señor, un tributo, por así decir, de parte de sus súbditos. Los cautivos cogidos en la guerra por los pashas, y presentados por ellos al sultán, incluyen a polacos, bohemios, rusos, italianos y alemanes.
Estos reclutas son divididos en dos clases. Los de una de ellas son enviados a Anatolia, donde son adiestrados en el trabajo agrícola, y son instruidos en la fé musulmana; o son mantenidos junto al serrallo, adonde transportan leña y agua, y son empleados en los jardines, en los barcos o en los edificios públicos, siempre bajo la dirección de un capataz, que les obliga a trabajar con un bastón. Los otros, en los que se aprecian rasgos de carácter más elevado, son puestos en uno de los cuatro serrallos de Adrianópolis o Gálata, o en los de Constantinopla, el viejo o el nuevo. Aquí son vestidos con ropa ligera con lino o con tejido de Salónica, con gorros de tejido de Prusa. Cada mañana acuden maestros, que permanecen con ellos hasta la tarde, y les enseñan a leer y a escribir. Los que realizan los trabajos más duros son transformados en jenízaros. Los que son educados en los serrallos serán sipahis (La variante jenízara pero montada, que sirven de “Guardia de corps” al Sultán) o alcanzarán los más altos puestos como funcionarios del Estado (ministros, recaudadores, visires), aunque siempre seguirán siendo esclavos y, como tales, totalmente sometidos a la voluntad del Sultad.
Ambas clases están bajo una estricta disciplina. La primera especialmente está acostumbrada a la privación de comida, bebida y vestido cómodo, y al trabajo duro. Son ejercitados en disparar con el arco y el arcabuz durante el día, y pasan la noche en una sala alargada e iluminada, con un vigilante, que camina arriba y abajo y no deja que ninguno alborote. Cuando son recibidos en el cuerpo de los jenízaros, son instalados en cuarteles como claustros, donde las diferentes odas u ortas viven tan completamente en común que los dignatarios militares son llamados desde sus comedores. Aquí no sólo los jóvenes continúan obedeciendo a los mayores en silencio y respeto, sino que todos son gobernados tan estrictamente que ninguno puede pasar la noche fuera, y quien es castigado tiene que besar la mano del que le castiga.
Los más jóvenes, en los serrallos, no tienen menos disciplina, cada diez bajo el mando de un preceptor inexorable. Son empleados en ejercicios semejantes, pero igualmente en el estudio. El gran señor les permitía dejar el serrallo a los tres años. Los que optaban por permanecer, ascendían, según su edad al servicio inmediato de su amo, de cámara en cámara, y a una mayor paga, hasta que alcanzaban, quizás, uno de los cuatro puestos importantes de la cámara más privada, desde donde se abría el camino a la dignidad de beglerbeg, o de capitán deiri (esto es, almirante), o incluso de visir. Aquellos, al contrario, que sacan partido de este permiso, entran, cada uno según su rango previo, en los cuatro primeros cuerpos de los sipahis pagados (Cuerpo de caballería de élite comparabe al de los jenízaros), que están al servicio inmediato del sultán, y en los cuales confía más que en sus demás guardias personales.
La gran novedad de este cuerpo fue su ordenamiento en regimientos (ortas) y su gran poder de fuego, así como su entrenamiento intensivo y su carácter de permanente.
Decadencia y extinción
Los éxitos militares
del imperio otomano desde fines del siglo XV
habían aumentado el prestigio de los jenízaros entre la elite otomana, pero
paulatinamente habían dado a este cuerpo militar mayor poder político e
influencia ante el sultán. Tras los triunfos bélicos del siglo XVI,
los jenízaros habían acumulado gran cantidad de riqueza y botín, relajando
su disciplina militar
y permitiéndose su entrada en actividades ajenas a la milicia.
La importancia militar
de los jenízaros les dio a su vez una creciente influencia política, la cual
utilizaron a partir de fines del siglo XVI para exigir concesiones y privilegios al
sultán, bajo amenaza de derrocarlo. En tanto los jenízaros eran la guardia
personal del sultán y su familia, así como la guarnición militar de Estambul, sultanes, aristócratas y visires trataban de
atraerse el favor de los jenízaros mediante sobornos e
intrigas, lo cual afectó la disciplina y eficiencia de todo el cuerpo.
Estimulados por este poder, los jefes jenízaros lograron que en 1648 el sistema
de devşirme fuese
abolido, para que sólo los jenízaros ya reclutados pudieran transmitir sus
empleos y privilegios a sus hijos, lo cual dañó más todavía el real poder
militar de todo el cuerpo.
Tras
décadas de ineficiencia en combate y abusos de influencia política, mezclados
con indisciplina y ambición, los jenízaros se habían convertido en un problema
para el gobierno del sultán, pero su poder militar los hacía aún temibles para
la aristocracia
otomana, en tanto los jenízaros podían promover revueltas palaciegas para
deponer o nombrar sultanes, a imitación de la corrupción ocurrida en la guardia pretoriana de Roma.
Finalmente, en 1826, los jenízaros fueron
disueltos y desbandados violentamente por el sultán Mahmud II en
el llamado Incidente Afortunado, que suprimió por la
fuerza a esta tropa. En 1826, tras la humillante derrota en la Guerra de independencia de Grecia,
el sultán Mahmut II emitió un edicto informando que
se estaba constituyendo un nuevo ejército, llamado Nizam-ı Cedid,
organizado y entrenado con técnicas europeas, y basado en reclutas de etnia turca. Parece
ser que la intención de Mahmut II era provocar una sublevación de
los jenízaros,
que jamás aceptarían la formación de una nueva tropa de élite.
La fecha de publicación del edicto fue el 11 de junio de 1826, siendo recibido con
gran oposición de los jenízaros. Tal como Mahmut II y sus ministros habían
previsto, las tropas de jenízaros de Estambul,
las principales del Imperio Otomano, se sublevaron en las calles de la capital,
siendo reducidas por tropas de caballería sipahi. Las
tropas leales al gobierno, mejor armadas y entrenadas, debelaron la revuelta de
los jenízaros y bombardearon sus cuarteles con nutrido fuego de artillería moderna,
matando a cerca de 4,000 jenízaros rebeldes tras tres días de lucha. Otros
miles más fueron masacrados por las tropas del Nizam-ı Cedid en
las calles.
El 16 de junio, tras exterminar a los últimos
jefes jenízaros, el sultán ordenó la expropiación de
los bienes de los jenízaros y disolvió oficialmente este cuerpo, privando a sus
miembros de todo rango y equipo militar, y exiliando a los sobrevivientes a
provincias lejanas del Imperio. Gran cantidad de jenízaros lograron sobrevivir
a la revuelta, escondidos de las autoridades y migrando discretamente a otros
oficios.
Con Soliman Kanuni( 6 de
noviembre de 1494 - 6/7 de septiembre de 1566)conocido en Occidente como
Solimán el Magnífico fue Sultán otomano de 1520 a 1566, el Imperio Otomano llegó a su máximo esplendor, convirtiéndose en la primera potencia del mundo de su tiempo. Nació en Trabzon
(Trebisonda, Turquía). Era hijo de Selim I Yavuz y contrajo matrimonio con tres
esposas, una de las cuales, Roxelana, de origen extranjero como la mayoría de
las esposas de los sultanes otomanos, fue muy célebre en las cortes europeas de
la época, así como por su influencia en la corte de la Sublime Puerta. Tuvo
asimismo ocho hijos (Selim de su matrimonio con Roxelana, Bayezid, Abdullah,
Murad, Mehmed, Mahmud, Cihangir y Mustafa) y dos hijas, Mihriman Sultan y Raziye Sultan. Durante su reinado, el Imperio
Otomano se convirtió en una de las más grandes potencias y alcanzó la
cúspide de su poder.
Solimán lideró personalmente la Armada otomana cuando conquistaba Belgrado, Rodas y la mayoría de Hungría, así como el asedio de Viena y los territorios anexionados del Norte de África, como Marruecos y la mayoría del Oriente Medio. Los otomanos tuvieron una breve preponderancia en el mar Mediterráneo, mar Rojo y el golfo Pérsico. El Imperio continuó expandiéndose casi un siglo después de su muerte.
Durante su reinado, el Imperio fue liberal con las ciencias y las artes, acogiendo a filósofos. El propio Solimán fue mencionado como uno de los más notables poetas del Islam.
Solimán lideró personalmente la Armada otomana cuando conquistaba Belgrado, Rodas y la mayoría de Hungría, así como el asedio de Viena y los territorios anexionados del Norte de África, como Marruecos y la mayoría del Oriente Medio. Los otomanos tuvieron una breve preponderancia en el mar Mediterráneo, mar Rojo y el golfo Pérsico. El Imperio continuó expandiéndose casi un siglo después de su muerte.
Durante su reinado, el Imperio fue liberal con las ciencias y las artes, acogiendo a filósofos. El propio Solimán fue mencionado como uno de los más notables poetas del Islam.
Primeros años
Soliman nació en Trabzon, en la actual Turquía, seguramente el 6 de noviembre de 1494. A los 7 años fue enviado a estudiar ciencias, literatura, teología y tácticas militares en las escuelas del Palacio Topkapi en Estambul. De joven trabaría amistad con Pargali Ibrahim Pasha, un esclavo que más tarde sería uno de sus consejeros de mayor confianza.
A los 17 años fue nombrado gobernador de Estambul, y más tarde de Sarukhan (Manisa) con un breve periodo en Edirne (Adrianópolis). En el periodo que pasó en Manisa hasta su coronación, el sultán ganó experiencia en la administración. Atormentado por los bandidos, Soliman restauró la ley y el orden en la provincia, proceso durante el que adquirió la experiencia legislativa que más tarde le daría el nombre de Kanuni o legislador.
A los 26 años de edad, Soliman heredó el título de califa tras la muerte de su padre Selim I (1515-20) y empezó a gobernar el poderoso Imperio Otomano, que siguió expandiendo hasta su muerte, 46 años más tarde.
Logros militares: Conquistas en Europa
Tras suceder a su padre, Solimán emprendió una serie de conquistas militares, empezando por reprimir una revuelta del gobernador de Damasco en 1521. Solimán hizo preparativos para la conquista de Belgrado al Reino de Hungría—algo en lo que su bisabuelo Mehmed II había fracasado. Su captura fue muy importante para eliminar a los húngaros, que tras las derrotas de los serbios, búlgaros y los bizantinos eran la única fuerza de importancia que podía bloquear su expansión por Europa. Solimán rodeó Belgrado y empezó a bombardearla gravemente desde una mejana ubicada en el Danubio. Con una guarnición de apenas setecientos hombres y sin recibir ayuda de Hungría, Belgrado cayó en agosto de 1521.
El camino a Hungría y Austria se abrió ante él; sin embargo, Solimán distrajo su atención hacia la isla mediterránea de Rodas, cuya proximidad a Asia Menor y el Levante le había causado muchos problemas al Imperio. En el verano de 1522, aprovechando la ventaja de la flota que había heredado de su padre, lideró personalmente unos 400 barcos y 100 000 hombres desde Asia Menor a la isla. Tras el sitio de Rodas de cinco meses, en los que se produjeron brutales encuentros, Rodas capituló y Solimán permitió a los Caballeros de Rodas que partiesen, tras lo que establecieron su nueva base en Malta.
Tras el deterioro de las relaciones entre Hungría y el Imperio Otomano, Solimán retomó su campaña en Europa Oriental y el 29 de agosto de 1526 derrotó a Luis II de Hungría (1516-26) en la Batalla de Mohács. La resistencia húngara se desplomó y el Imperio Otomano pasó a ser la potencia más fuerte de Europa Oriental. Tras encontrar el cuerpo inerte de Luis II, Solimán dijo haberlo lamentado.
Tras el hundimiento del reino húngaro afloró una lucha de poder. Algunos nobles húngaros propusieron que Fernando I de Habsburgo (1503–64), gobernador de la vecina Austria y unido a la familia de Luis II por lazos de sangre, fuera el rey de Hungría, citando acuerdos previos de que los Habsburgo ocuparían el trono húngaro si Luis muriese sin herederos. Sin embargo, otros nobles preferían al noble John Zápolya, que contaba con el apoyo de Solimán, y que no fue reconocido por las potencias europeas cristianas. Se desató un conflicto a tres bandas cuando Fernando trató de imponer su dominio sobre tanta parte de Hungría como fuese posible, lo que resultó en la división del reino en 1541: Solimán reclamó la mayor parte de la moderna Hungría, conocida como Gran Llanura Húngara y tras eliminar la amenaza de Stephen Maylad situó a la familia Zápolya en el gobierno de Transilvania como estado vasallo de su imperio. Fernando reclamó la Hungría Real, que incluía la actual Eslovaquia, Croacia Occidental y los territorios adyacentes, fijando temporalmente la frontera entre los Habsburgo y los Otomanos.
Bajo el mando de Carlos V y su hermano Fernando, archiduque de Austria, los Habsburgo ocuparon Buda y tomaron Hungría. En 1529 Solimán marchó una vez más por el valle del Danubio, reocupó Buda en el otoño siguiente y sitió Viena. Fue la expedición más ambiciosa del Imperio Otomano y el apogeo de su expansión occidental. Con una guarnición reforzada de 20 000 hombres los Austrias le infringieron su primera derrota y plantaron las semillas de la rivalidad entre los otomanos y los Habsburgo, que perduró hasta el siglo XX. Solimán trató de conquistar Viena por segunda vez en 1532, cosechando un nuevo fracaso antes de alcanzar Viena. En ambos casos las expediciones otomanas fueron azotadas por el mal tiempo (que les forzó a dejar atrás equipamiento esencial para los sitios) y se resintieron de tener líneas de suministros muy débiles.
A pesar de la derrota Solimán aseguró al Imperio Otomano un papel de importancia en el panorama político de Europa.
Conquistas en Asia
Tras afianzar las fronteras europeas desvió su atención a la amenaza perenne que representaba el Sha de la dinastía Safavid de Persia. Hubo dos acontecimientos concretos que precipitaron el recrudecimiento de la tensión. En primer lugar el Sha Tahmasp hizo que asesinasen al gobernador de Bagdad, leal a Soliman, y que fuese reemplazado con un partidario del Sha. En segundo lugar, el gobernador de Bitlis había jurado fidelidad a los safavides. En 1533 Soliman ordenó a su Gran Visir Igrahim Pasha que liderase un ejército que retomó Bitlis y ocupó Tabriz sin resistencia alguna. Tras unirse a Ibrahim en 1534 Soliman se internó en Persia, donde se encontró con que el Sha sacrificaba territorio en lugar de enfrentarse en combate, lo que resultaba en el debilitamiento de las huestes otomanas al cruzar estas duras regiones. El año siguiente, Soliman e Ibrahim hicieron una gran entrada en Bagdad, ciudad que rindió su comandante, lo que afianzó a Soliman como líder del mundo islámico y legítimo sucesor de los califas abasíes.
Tratando de derrotar al Sha de una vez por todas, Soliman se embarcó en una segunda campaña entre 1548 y 1549. Como en la vez anterior, el Sha Tahmasp I evitó la confrontación con el ejército otomano y procedió a retirarse, exponiendo al ejército otomano al duro invierno del Cáucaso.Soliman abandonó la campaña con las recompensas temporales de Tabriz y Azerbaiyán, la presencia en la provincia de Van y algunos fuertes en Georgia.
En 1553 acometió su tercera y última campaña contra el Sha. Tras perder inicialmente territorios en el Erzurm frente al hijo del Sha, Soliman contraatacó y recapturó Erzurum, cruzando el Éufrates y devastando partes de Persia. El ejército del Sha prosiguió su estrategia de evitar a los otomanos hasta que se llegase a un estancamiento en el que ningún ejército podía ganar. En 1554 se firmó un acuerdo por el cual Soliman concluiría sus campañas asiáticas, se devolvería Tabriz pero aseguraría Bagdad, Mesopotamia inferior, las desembocaduras del Éufrates y el Tigris y parte del Golfo Pérsico. el Shah también prometió cesar todas las incursiones en territorio Otomano.
Soliman se alió con Francisco I de Francia en su lucha con el emperador Carlos V, a quien combatieron en el Mediterráneo (1543). La flota otomana del corsario Jeireddín Barbarroja salió victoriosa en Argel, Túnez y Trípoli (1551). Fracasó en apoderarse de la isla de Malta (1565). En 1535, arrebató Bagdad, Mosul y Tabriz a los persas safávidas e impuso su autoridad en todo el litoral del Yemen hasta Adén y Mascate(1538). Con ello, dominaba todo el mundo árabe con la excepción de Marruecos y algunos emiratos del Golfo Pérsico.
Murió de peste, como muchos soldados de su ejército, durante el sitio de la ciudad húngara rebelde de Szigetvar, cuando la plaza estaba por capitular.
Tras afianzar las fronteras europeas desvió su atención a la amenaza perenne que representaba el Sha de la dinastía Safavid de Persia. Hubo dos acontecimientos concretos que precipitaron el recrudecimiento de la tensión. En primer lugar el Sha Tahmasp hizo que asesinasen al gobernador de Bagdad, leal a Soliman, y que fuese reemplazado con un partidario del Sha. En segundo lugar, el gobernador de Bitlis había jurado fidelidad a los safavides. En 1533 Soliman ordenó a su Gran Visir Igrahim Pasha que liderase un ejército que retomó Bitlis y ocupó Tabriz sin resistencia alguna. Tras unirse a Ibrahim en 1534 Soliman se internó en Persia, donde se encontró con que el Sha sacrificaba territorio en lugar de enfrentarse en combate, lo que resultaba en el debilitamiento de las huestes otomanas al cruzar estas duras regiones. El año siguiente, Soliman e Ibrahim hicieron una gran entrada en Bagdad, ciudad que rindió su comandante, lo que afianzó a Soliman como líder del mundo islámico y legítimo sucesor de los califas abasíes.
Tratando de derrotar al Sha de una vez por todas, Soliman se embarcó en una segunda campaña entre 1548 y 1549. Como en la vez anterior, el Sha Tahmasp I evitó la confrontación con el ejército otomano y procedió a retirarse, exponiendo al ejército otomano al duro invierno del Cáucaso.Soliman abandonó la campaña con las recompensas temporales de Tabriz y Azerbaiyán, la presencia en la provincia de Van y algunos fuertes en Georgia.
En 1553 acometió su tercera y última campaña contra el Sha. Tras perder inicialmente territorios en el Erzurm frente al hijo del Sha, Soliman contraatacó y recapturó Erzurum, cruzando el Éufrates y devastando partes de Persia. El ejército del Sha prosiguió su estrategia de evitar a los otomanos hasta que se llegase a un estancamiento en el que ningún ejército podía ganar. En 1554 se firmó un acuerdo por el cual Soliman concluiría sus campañas asiáticas, se devolvería Tabriz pero aseguraría Bagdad, Mesopotamia inferior, las desembocaduras del Éufrates y el Tigris y parte del Golfo Pérsico. el Shah también prometió cesar todas las incursiones en territorio Otomano.
Soliman se alió con Francisco I de Francia en su lucha con el emperador Carlos V, a quien combatieron en el Mediterráneo (1543). La flota otomana del corsario Jeireddín Barbarroja salió victoriosa en Argel, Túnez y Trípoli (1551). Fracasó en apoderarse de la isla de Malta (1565). En 1535, arrebató Bagdad, Mosul y Tabriz a los persas safávidas e impuso su autoridad en todo el litoral del Yemen hasta Adén y Mascate(1538). Con ello, dominaba todo el mundo árabe con la excepción de Marruecos y algunos emiratos del Golfo Pérsico.
Murió de peste, como muchos soldados de su ejército, durante el sitio de la ciudad húngara rebelde de Szigetvar, cuando la plaza estaba por capitular.
Mediterráneo y Norte de África
Tras consolidar sus conquistas en tierra, Soliman recibió la noticia de que la fortaleza de Koron había caido ante Andrea Doria, almirante de Carlos V. La presencia española en el Mediterráneo Oriental preocupaba a Soliman, pues la consideraba un indicativo de la intención de Carlos V de discutir el dominio otomano de la región. Tras reconocer la necesidad de reforzar el papel de la flota turca en el Mediterráneo, Soliman nombró al excepcional comandante Khair ad Din, conocido en Europa como Barbarroja.
Una vez nombrado alimrante en jefe, Barbarroja recibió el encargo de reconstruir la flota otomana hasta igualar el poderío naval del resto de potencias mediterráneas juntas. En 1535 Carlos V obtuvo una importante victoria contra los Otomanos en Túnez, pero en 1536 Francisco I de Francia se alió con Soliman contra Carlos V. En 1538 la flota española salió derrotada de la Batalla de Preveza de manos de Barbarroja, lo que aseguró el Mediterráneo oriental durante 33 años.
Al este de Marruecos se anexionó grandes extensiones de terreno norteafricano. Los estados berberiscos de Tripolitania, Túnez y Argelia pasaron a ser provincias autónomas del Imperio, y fueron el escenario del conflicto entre Soliman y Carlos V, cuyo intento de expulsar a los turcos fracasó en 1541. La piratería llevada a cabo desde estos estados pasó a ser parte de las guerras entre los otomanos y España, y la expansión otomana se vio asociada con el dominio naval durante un breve perioso de tiempo.
Las naves otomanas controlaban también el Mar Rojo y el Golfo Pérsico hasta 1554, cuando su flota cayó derrotada por la del Imperio Portugués. Los portugueses seguirían batallando contra las fuerzas de Soliman por el control de Aden, actual Yemen.
Francisco I firmó un tratado de paz con Carlos V en 1538, sin embargo se alió nuevamente con Soliman en 1542. En 1543 Carlos se alió con Enrique VIII de Inglaterra y forzó a Francisco a firmar la Tregua de Crepy-en-Laonnois. Carlos firmó un humillante tratado con Soliman para darse un respiro por los enormes gastos de la guerra.
En 1544, cuando España le declaró la guerra a Francia, el rey francés le pidió ayuda a Soliman, que envió una flota liderada por Barbarroja que salió victoriosa ante los españoles y consiguió recuperar Nápoles. Soliman le dio el título de Beyler Bey (Commandante de comandantes). Un resultado de esta alianza fue la encarnizada lucha entre Dragut y Andrea Doria, que dejó el Mediterráneo Norte y el Sur en manos musulmanas.
Cuando los caballeros de la Orden de Malta se reasentaron en el Reino de Malta en 1630 sus acciones contra los navíos musulmanes despertaron la ira del emperador otomano, que mandó otro gran ejército para desalojarles.
En 1565 invadieron Malta, empezando con el Sitio de Malta, que empezó el 18 de mayo y acabó el 8 de septiembre, y está representado en los frescos de Matteo Perez d'Aleccio. Al principio la batalla parecía una réplica de lo ocurrido en Rodas con la mayoría de las ciudades destruidas y la mitad de los Caballeros muertos en combate, pero las fuerzas españolas acudieron en su ayuda, lo que resultó en la pérdida de 30 000 soldados otomanos.
Tras estos acontecimientos Soliman volvió a concentrarse en Hungría de nuevo. Murió de un ataque durante la Batalla de Szigetvár en Szigetvár, Hungría, (5 o 6 de septiembre de 1566).
Tras consolidar sus conquistas en tierra, Soliman recibió la noticia de que la fortaleza de Koron había caido ante Andrea Doria, almirante de Carlos V. La presencia española en el Mediterráneo Oriental preocupaba a Soliman, pues la consideraba un indicativo de la intención de Carlos V de discutir el dominio otomano de la región. Tras reconocer la necesidad de reforzar el papel de la flota turca en el Mediterráneo, Soliman nombró al excepcional comandante Khair ad Din, conocido en Europa como Barbarroja.
Una vez nombrado alimrante en jefe, Barbarroja recibió el encargo de reconstruir la flota otomana hasta igualar el poderío naval del resto de potencias mediterráneas juntas. En 1535 Carlos V obtuvo una importante victoria contra los Otomanos en Túnez, pero en 1536 Francisco I de Francia se alió con Soliman contra Carlos V. En 1538 la flota española salió derrotada de la Batalla de Preveza de manos de Barbarroja, lo que aseguró el Mediterráneo oriental durante 33 años.
Al este de Marruecos se anexionó grandes extensiones de terreno norteafricano. Los estados berberiscos de Tripolitania, Túnez y Argelia pasaron a ser provincias autónomas del Imperio, y fueron el escenario del conflicto entre Soliman y Carlos V, cuyo intento de expulsar a los turcos fracasó en 1541. La piratería llevada a cabo desde estos estados pasó a ser parte de las guerras entre los otomanos y España, y la expansión otomana se vio asociada con el dominio naval durante un breve perioso de tiempo.
Las naves otomanas controlaban también el Mar Rojo y el Golfo Pérsico hasta 1554, cuando su flota cayó derrotada por la del Imperio Portugués. Los portugueses seguirían batallando contra las fuerzas de Soliman por el control de Aden, actual Yemen.
Francisco I firmó un tratado de paz con Carlos V en 1538, sin embargo se alió nuevamente con Soliman en 1542. En 1543 Carlos se alió con Enrique VIII de Inglaterra y forzó a Francisco a firmar la Tregua de Crepy-en-Laonnois. Carlos firmó un humillante tratado con Soliman para darse un respiro por los enormes gastos de la guerra.
En 1544, cuando España le declaró la guerra a Francia, el rey francés le pidió ayuda a Soliman, que envió una flota liderada por Barbarroja que salió victoriosa ante los españoles y consiguió recuperar Nápoles. Soliman le dio el título de Beyler Bey (Commandante de comandantes). Un resultado de esta alianza fue la encarnizada lucha entre Dragut y Andrea Doria, que dejó el Mediterráneo Norte y el Sur en manos musulmanas.
Cuando los caballeros de la Orden de Malta se reasentaron en el Reino de Malta en 1630 sus acciones contra los navíos musulmanes despertaron la ira del emperador otomano, que mandó otro gran ejército para desalojarles.
En 1565 invadieron Malta, empezando con el Sitio de Malta, que empezó el 18 de mayo y acabó el 8 de septiembre, y está representado en los frescos de Matteo Perez d'Aleccio. Al principio la batalla parecía una réplica de lo ocurrido en Rodas con la mayoría de las ciudades destruidas y la mitad de los Caballeros muertos en combate, pero las fuerzas españolas acudieron en su ayuda, lo que resultó en la pérdida de 30 000 soldados otomanos.
Tras estos acontecimientos Soliman volvió a concentrarse en Hungría de nuevo. Murió de un ataque durante la Batalla de Szigetvár en Szigetvár, Hungría, (5 o 6 de septiembre de 1566).
Labor administrativa
Aunque el Sultán Soliman fue conocido como el Magnifico en Occidente, en su Imperio se le llamó Kanuni o «el legislador». Como anota Kinross, «No sólo fue un gran estratega, un hombre de espada, como su padre y su abuelo habían sido antes que él. Se distinguía de ellos en que era también un hombre de pluma. Fue un gran legislador, que destacaba ante los ojos de su gente como un soberano inteligente y un magnánimo exponente de la justicia» La ley del imperio se basaba en la Shari'ah, que, al ser la ley divina del islam, estaba fuera de la jurisdicción del Sultán. Pero un área de la legislación, conocida como el Kanuns (legislación canónica) dependía del deseo del sultán. La Kanuns cubría áreas como la ley criminal, la tenencia de tierras y la tasación. En este contexto Soliman trató de reformar la legislación para adaptarla a un imperio cambiante.
Soliman le prestó particular atención a la apremiante situación de los Rayas, cristianos que trabajaban la tierra de los Sipahis. Siu Kanune Raya, o «Código de los Rayas», reformó los impuestos y las tasas a pagar por los Rayas, elevando su estatus hasta el punto en el que los cristianos emigraban a los territorios turcos para beneficiarse de las reformas. Además, Soliman promulgó nuevas legislaciones criminales, prescribiendo un conjunto de multas para ofensas específicas, así como reduciendo los casos que se castigaban con la muerte o la mutilación. En el área de la tasación, las tasas se imponían a varios bienes y productos, como animales, minas, productos del comercio, importación y deberes de exportación. Además de las tasas, los oficiales que habían perdido su reputación era probable que perdieran sus propiedades a manos del sultán.
La educación fue otra área importante para el Sultán. Las escuelas religiosas adjuntas a las mezquitas obtenían sus fondos de fundaciones religiosas, lo que proporcionaba una educación casi gratis para los muchachos musulmanes, en lo que el Imperio Otomano aventajaba a los países cristianos de la época.
En la capital incrementó el número de mektebs (escuelas primarias) a catorce. En ellas se enseñaba a los niños a leer, escribir y los principios del islam. Los niños que deseaban recibir más educación podían entrar en una de las ocho madrazas, que les instruían en gramática, sintaxis, lógica, metafísica, filosofía, estilística, geometría, astronomía y astrología. Las madrazas proporcionaban una educación de categoría universitaria, cuyos graduados podían ser imanes o profesores. Los centros educativos solían ser uno de tantos edificios que rodeaban las mezquitas. Otros de estos edificios eran las bibliotecas, reflectorios, fuentes, cocinas y hospitales públicos.
Soliman fue reconocido como un gobernante justo, que eligió a sus subordinados de acuerdo a su mérito en lugar de por su estatus social o popularidad. El embajador austríaco, Ghiselain de Busbecq, escribió sobre él, «al realizar nombramientos el sultán no presta atención a pretensión alguna por cuestiones de riqueza o rango, ni toma en consideración las recomendaciones de la popularidad; considera cada caso por sus propios méritos y examina cuidadosamente el carácter, la capacidad y la disposición del hombre de cuya promoción se trata». Con Soliman, las leyes Kanun llegaron a su forma final y el código de las leyes pasó a llamarse kanun-i Osmanli, o «leyes otomanas».
Legado
Cuando murió Soliman, el imperio otomano, con su potencia militar sin rival, riqueza y extensión, era la mayor potencia mundial.
Las conquistas de Soliman pusieron bajo el control del imperio a las principales ciudades musulmanas (La Meca, Medina, Jerusalén, Damasco y Bagdad), muchas provincias balcánicas (llegando hasta las actuales Croacia y Austria) y la mayor parte del norte de África. Su expansión por Europa dio a los turcos otomanos una fuerte presencia en la balanza europea del poder. Es más, tal fue el temor que se percibía hacia el imperio otomano durante el reinado de Soliman que el embajador Busbeck avisó de la inminente conquista de Europa: «En el bando turco están los recursos de un poderoso imperio, una fuerza inigualable, la habituación a la victoria, la resistencia, unidad, disciplina, frugalidad y vigilancia ... ¿Podemos dudar cuál será el resultado? Cuando los turcos se hayan asentado en Persia, volarán a nuestras gargantas apoyados por el poderío de todo Oriente; cuán poco preparados estamos, no temo decir».
El legado de Soliman no fue únicamente en el ámbito militar. El viajero francés Jean de Thévenot, un siglo después, es testigo de la «fuerte base agrícola del país, el bienestar de los campesinos, la abundancia de alimentos básicos, y la preeminencia de la organización en el gobierno de Soliman». Las reformas administrativas y legales que le dieron el nombre de Dador de Leyes garantizaron la supervivencia del imperio mucho después de su muerte, un logro que «necesitó muchas generaciones de herederos decadentes para deshacerlo».
Mediante su mecenazgo personal, Soliman también presidió la Edad de Oro del imperio otomano, lo que representa el cénit de los logros culturales de los turcos otomanos en el ámbito de la arquitectura, literatura, arte, teología y filosofía. Hoy el horizonte del Bósforo, y de muchas ciudades de la Turquía moderna y la antigua provincia otomana, todavía son adornados con la obras arquitectónicas de Mimar Sinan. Uno de ellos, la Mezquita de Süleymaniye, es el último lugar de descanso de Soliman y Hurrem Sultan: están enterrados en mausoleos adjuntos a la mezquita.
Aunque el Sultán Soliman fue conocido como el Magnifico en Occidente, en su Imperio se le llamó Kanuni o «el legislador». Como anota Kinross, «No sólo fue un gran estratega, un hombre de espada, como su padre y su abuelo habían sido antes que él. Se distinguía de ellos en que era también un hombre de pluma. Fue un gran legislador, que destacaba ante los ojos de su gente como un soberano inteligente y un magnánimo exponente de la justicia» La ley del imperio se basaba en la Shari'ah, que, al ser la ley divina del islam, estaba fuera de la jurisdicción del Sultán. Pero un área de la legislación, conocida como el Kanuns (legislación canónica) dependía del deseo del sultán. La Kanuns cubría áreas como la ley criminal, la tenencia de tierras y la tasación. En este contexto Soliman trató de reformar la legislación para adaptarla a un imperio cambiante.
Soliman le prestó particular atención a la apremiante situación de los Rayas, cristianos que trabajaban la tierra de los Sipahis. Siu Kanune Raya, o «Código de los Rayas», reformó los impuestos y las tasas a pagar por los Rayas, elevando su estatus hasta el punto en el que los cristianos emigraban a los territorios turcos para beneficiarse de las reformas. Además, Soliman promulgó nuevas legislaciones criminales, prescribiendo un conjunto de multas para ofensas específicas, así como reduciendo los casos que se castigaban con la muerte o la mutilación. En el área de la tasación, las tasas se imponían a varios bienes y productos, como animales, minas, productos del comercio, importación y deberes de exportación. Además de las tasas, los oficiales que habían perdido su reputación era probable que perdieran sus propiedades a manos del sultán.
La educación fue otra área importante para el Sultán. Las escuelas religiosas adjuntas a las mezquitas obtenían sus fondos de fundaciones religiosas, lo que proporcionaba una educación casi gratis para los muchachos musulmanes, en lo que el Imperio Otomano aventajaba a los países cristianos de la época.
En la capital incrementó el número de mektebs (escuelas primarias) a catorce. En ellas se enseñaba a los niños a leer, escribir y los principios del islam. Los niños que deseaban recibir más educación podían entrar en una de las ocho madrazas, que les instruían en gramática, sintaxis, lógica, metafísica, filosofía, estilística, geometría, astronomía y astrología. Las madrazas proporcionaban una educación de categoría universitaria, cuyos graduados podían ser imanes o profesores. Los centros educativos solían ser uno de tantos edificios que rodeaban las mezquitas. Otros de estos edificios eran las bibliotecas, reflectorios, fuentes, cocinas y hospitales públicos.
Soliman fue reconocido como un gobernante justo, que eligió a sus subordinados de acuerdo a su mérito en lugar de por su estatus social o popularidad. El embajador austríaco, Ghiselain de Busbecq, escribió sobre él, «al realizar nombramientos el sultán no presta atención a pretensión alguna por cuestiones de riqueza o rango, ni toma en consideración las recomendaciones de la popularidad; considera cada caso por sus propios méritos y examina cuidadosamente el carácter, la capacidad y la disposición del hombre de cuya promoción se trata». Con Soliman, las leyes Kanun llegaron a su forma final y el código de las leyes pasó a llamarse kanun-i Osmanli, o «leyes otomanas».
Legado
Cuando murió Soliman, el imperio otomano, con su potencia militar sin rival, riqueza y extensión, era la mayor potencia mundial.
Las conquistas de Soliman pusieron bajo el control del imperio a las principales ciudades musulmanas (La Meca, Medina, Jerusalén, Damasco y Bagdad), muchas provincias balcánicas (llegando hasta las actuales Croacia y Austria) y la mayor parte del norte de África. Su expansión por Europa dio a los turcos otomanos una fuerte presencia en la balanza europea del poder. Es más, tal fue el temor que se percibía hacia el imperio otomano durante el reinado de Soliman que el embajador Busbeck avisó de la inminente conquista de Europa: «En el bando turco están los recursos de un poderoso imperio, una fuerza inigualable, la habituación a la victoria, la resistencia, unidad, disciplina, frugalidad y vigilancia ... ¿Podemos dudar cuál será el resultado? Cuando los turcos se hayan asentado en Persia, volarán a nuestras gargantas apoyados por el poderío de todo Oriente; cuán poco preparados estamos, no temo decir».
El legado de Soliman no fue únicamente en el ámbito militar. El viajero francés Jean de Thévenot, un siglo después, es testigo de la «fuerte base agrícola del país, el bienestar de los campesinos, la abundancia de alimentos básicos, y la preeminencia de la organización en el gobierno de Soliman». Las reformas administrativas y legales que le dieron el nombre de Dador de Leyes garantizaron la supervivencia del imperio mucho después de su muerte, un logro que «necesitó muchas generaciones de herederos decadentes para deshacerlo».
Mediante su mecenazgo personal, Soliman también presidió la Edad de Oro del imperio otomano, lo que representa el cénit de los logros culturales de los turcos otomanos en el ámbito de la arquitectura, literatura, arte, teología y filosofía. Hoy el horizonte del Bósforo, y de muchas ciudades de la Turquía moderna y la antigua provincia otomana, todavía son adornados con la obras arquitectónicas de Mimar Sinan. Uno de ellos, la Mezquita de Süleymaniye, es el último lugar de descanso de Soliman y Hurrem Sultan: están enterrados en mausoleos adjuntos a la mezquita.
Ahora volvamos a la
biografía de nuestro personaje.
En la época de Solimán, después
de haber participado en la expedición de Belgrado 1521, y en la de Rodas 1526, obtiene el grado de oficial. Después
de la batalla de
Mohács 1526,
deviene el jefe de los técnicos. Participará todavía en la expedición de
Viena 1529, de Alemania entre los
años 1529-1532 y en las de Irak, de Bagdad y de
Tabriz entre los años 1532-1535.
Descubrimiento de la arquitectura
Con el paso de los años, y
forjando su experiencia sobre el terreno,
Sinan ha devenido arquitecto. Sus primeros edificios son militares (puentes
y fortificaciones), pero luego dirige la construcción de numerosas mezquitas y
de varios edificios públicos.
Entre las primeras labores
civiles que ha construido, se citará 1528-1529, el puente Coban Mustafa Pacha, en Svilengrad Bulgaria,
o más tarde la mezquita de Hüsrev Pacha (Hüsrev Paşha Camii) de Alepo, Siria, 1536-1537.
Para sus mezquitas, Sinan se
inspira a menudo de la arquitectura de la Catedral Santa-Sofía, para
crear edificios en los cuales la cúpula central pareciera ligera y cuyos
espacios interiores serían bañados de luz. Ha utilizado sistemas que permiten
apuntalar los edificios en el exterior con el fin de guardar el interior
abierto. Ha construido a menudo sus mezquitas como una parte de un complejo que
comprende escuelas, baños, una casa de recepción de niños huérfanos y un hospital.
En 1539, después de la muerte del principal
arquitecto Acem Ali, arquitecto de la
mezquita Yavuz Selim (Yavuz Selim Camii) de Estambul (la mezquita que Solimán
hizo construir, sobre la quinto cerro, sobre las ruinas del palacio bizantino
Bonos, en honor de su padre Sélim Ier1520-1522), Mimar Koca Sinan que hasta entonces
había sido discípulo de Acem Alí, es nombrado « Mimarbasi », jefe de
los arquitectos imperiales, cargo que conservará bajo tres sultanes : Solimán
el Magnífico, Selim II y
Murad III.
Cuando Çelebi Lutfi
Pasha llegó a Gran Visir en 1539, nombró Sinan, que ya había servido a sus
órdenes, Arquitecto de Estambul. Este fue el inicio de una carrera
notable. Estaba encargado de supervisar las construcciones y el transporte
de material dentro del imperio otomano. También era responsable del diseño
y la construcción de obras públicas, como carreteras, conducciones de agua y
puentes. A lo largo de los años, convirtió su cargo en Arquitecto
Imperial, con un departamento gubernamental totalmente organizado, con más
poder que el el ministro que el supervisaba. Se convirtió en la cabeza de
todo un grupo de Arquitectos de la Corte, formando un equipo de ayudantes y
alumnos.
En el momento de este nombramiento, no era ya joven (50 años), pero le quedará todavía una cincuentena de años de aventuras creedoras, que conducirán a la arquitectura otomana hacia nuevas cumbres.
En el momento de este nombramiento, no era ya joven (50 años), pero le quedará todavía una cincuentena de años de aventuras creedoras, que conducirán a la arquitectura otomana hacia nuevas cumbres.
La primera mezquita construida
después de su nombramiento - la mezquita Haseki Sultán (Haseki Sultán Camii),
édificada para la favorita de Solimán, la sultana Roxelane - conserva
una organización del espacio muy tradicional, no que revela ninguna innovación
particular. En cambio, el proyecto siguiente, la mezquita Mihrimah (Mihrimah
Camii) (1540-1548) a Usküdar, sobre el cual ha
comenzado a trabajar inmediatamente después de Haseki, representa un novedad a
todo lo anterior, ya que entre otras innovaciones, ha construido tres semi-cúpulas
que rodean la cúpula principal.
La
mezquita Şehzade Mehmet (Estambul)
Incluso antes de haber acabado
esa construcción, Sinan empezó el proyecto de la mezquita
Şehzade Mehmet (Şehzade Mehmet Camii) (1543-1548), o mezquita del Príncipe
Mehmet, construida entre 1544 y
1548 , para conmemorar la memoria de uno de los hijos preferidos de Solimán,
el príncipe heredero Mehmet, víctima de los celos de Roxelane, la esposa del sultán.
Esta mezquita fue el verdadero
primer encargo arquitectónico de Sinan, su primera construcción de entidad y su
primera obra de importáncia. Fue construida de manera que fuera a dar
sobre el mar de
Marmara y sobre el Cuerno de Oro. Mimar Sinan
dio prueba, en la concepción, de una audacia que contribuyó grandemente a la
evolución de la arquitectura otomana. Como la mayoría de las otras mezquitas
que él edificó después, la Şehzade, que el mismo consideraba como una obra de
aprendizaje, es construida sobre un plan cuadrado y superado de una cúpula
central elevada por cuatro columnas y sostenida por cuatro semi-cúpulas y otras
más pequeñas cúpulas subsidiarias. La mezquita es el centro de un complejo - el
primero construido por Sinan - que comprendía una escuela religiosa, una
imprenta, una escuela, un asilo y la tumba de Şehzade.
Cuando se observa esta estructura, se puede opinar que ha tenido que visitar, durante la campaña iraquí, la mezquita de Fatih Pasha (Fatih Paşha Camii) a Diyarbakir (Sudeste de Turquía), construida entre 1518 y 1522 para Biyikli Mehmet Pasha, el conquistador (fatih) de la ciudad en 1515, que posee igualmente una gran cúpula que descansa sobre pesados pilares y sostenida por cuatro semi-cúpulas. Eso ha tenido que influir en los planes de la Şehzade, aunque el aspecto general de ésta lleva la marca de Sinan.
Se ignora las razones para las
cuales Sinan volvió a continuación a planes más cercanos de los de Hagia Sophia
tras de aquellos muy audaces que había desarrollado para la Şehzade.
El cementerio en el parque en
torno a la mezquita reúne una serie de magníficos mausoleos imperiales, tal vez
los más bellos que se encuentran en la ciudad. Dos son particularmente a
retener : el del príncipe Mehmet y el del yerno de Solimán, Rüstem Pacha.
Para Solimán, Sinan construyó,
entre 1550 y 1557 , la
mezquita Süleymaniye (Süleymaniye
Camii) de Estambul,
mantenida por los poetas turcos como la sublime expresión del « esplendor
y de la alegría ». Esta mezquita « selatin » (plural de
« sultan ») - se llama así las mezquitas con varios minaretes únicamente
construidas por los sultanes o sus familias - es indiscutiblemente una de sus
más grandes aciertos y es considerada como la más bellas de las mezquitas imperiales
de Estambul.
Cada detalle contribuye a volverla excepcional: sus proporciones armónicas - las dimensiones interiores de la mezquita son de 70 m de longitud por 61 m de ancha - ; la luz que penetra por las 138 ventanas ; la cúpula en cascada - de 27,5 m de diámetro y de 47,75 m de altura desde el suelo hasta la llave de vuelta -, perforada por 32 ventanas, soportada en sus lados por semi-cúpulas. La mezquita está dotada de un pórtico cuadrado coronado de 28 cúpulas soportadas por 24 columnas monolíticas antiguas (2 en Porfirio, 10 en mármol blanco y 12 granito). Al centro del patio se encuentra un şadırvan (fuente de las abluciones).
Cada detalle contribuye a volverla excepcional: sus proporciones armónicas - las dimensiones interiores de la mezquita son de 70 m de longitud por 61 m de ancha - ; la luz que penetra por las 138 ventanas ; la cúpula en cascada - de 27,5 m de diámetro y de 47,75 m de altura desde el suelo hasta la llave de vuelta -, perforada por 32 ventanas, soportada en sus lados por semi-cúpulas. La mezquita está dotada de un pórtico cuadrado coronado de 28 cúpulas soportadas por 24 columnas monolíticas antiguas (2 en Porfirio, 10 en mármol blanco y 12 granito). Al centro del patio se encuentra un şadırvan (fuente de las abluciones).
La silueta de la Süleymaniye con
sus cuatro minaretes afilados rodeados de diez balcones (que indican que Solimán
era el cuarto sultán otomano de Estambul y el décimo de la dinastía otomana), domina
la línea de horizonte del margen occidental del Cuerno de Oro. Es una de las
construcciones más significativas de la arquitectura otomana. Sinan reitera el
sistema de soportes que había utilizado ya en la construcción de la mezquita
Bayezid en Estambul. Aquí, ha sostenido la cúpula, con cuatro pilares, y por las
semi-cúpulas en dirección del mihrab de
entrada (el mihrab es una ábside que indica la dirección de La Meca). Las cúpulas y las semi-cúpulas
transmiten sus pesos harmoniosamente a las demás.
La Süleymaniye Y su complejo
representan una organización urbana en una vasta zona que comprende una escuela
coránica (darülkurra), un hospital, un baño público (hammam), un
hospicio, seis colegios de teología, comedores populares, tiendas, y los
mausoleos (türbe) del sultán Solimán y de su esposa Roxelane (la
sultane Hürrem). Todo este conjunto armónico constituye el ejemplo más
significativo de las concepciones urbanísticas de los Turcos, que atribuyen una
naturaleza social a las construcciones religiosas. Este edificio está ubicado
sobre uno de los cerros de Estambul dando sobre Haliç (el Cuerno de oro).
La construcción de la mezquita de Süleymaniye, a la cual todos los artistas de
la época (como por ejemplo, Ahmet Karahisar y su alumno Hasan Çelebi para las
ornamentaciones calligraficas) han contribuido, ha sido realizada teniendo en cuenta
más bien el aspecto global que los detalles.
Sinan, que ahora dirigía un
departamento imponente con un gran número de ayudantes, terminó esta
enorme tarea en siete años. Antes de la Süleymaniye, no
se había construido ninguna mezquita con tejadossemicúbiques. Sacó la
idea para el diseño del tejado semicúbica de Santa
Sofía. Gracias a esta obra, Sinan destacó para siempre por
encima del anonimato de sus predecesores. Sinan debía conocer las ideas del
arquitecto renacentista Leone Battista Alberti (que había estudiado “De
Architectura” del arquitecto e ingeniero romano Vitruvio), porque
él también buscaba la construcción de la iglesia ideal, que
reflejara armonía por la perfección de la geometría dentro
de la arquitectura. Pero, al contrario de sus equivalentes occidentales, Sinan
estaba más interesado en la simplificación que en el
enriquecimiento. Intentó obtener el volumen máximo bajo
una sola cúpula central. La cúpula está basada en el
círculo, la figura geométrica perfecta que representa, de
una manera abstracta, un Dios perfecto.
Sinan utilizó relaciones geométricas sutiles, utilizando múltiplos
de dos al calcular las razones y proporciones de sus edificios. Sin embargo,
en una etapa posterior, también usó divisiones de tres o
razones de dos a tres en las anchuras y proporciones de
las cúpulas, como la mezquita Sokullu Mehmet Pasha de Kadirga.
Mientras estaba concentrado en la construcción de la mezquita de Solimán, Sinan (o más bien sus subordinados, bajo su supervisión) dibujó los planos y dio instrucciones concretas para muchos otros edificios. Pero es bastante probable que al mismo tiempo supervisara la construcción de los encargos provinciales.
Mientras estaba concentrado en la construcción de la mezquita de Solimán, Sinan (o más bien sus subordinados, bajo su supervisión) dibujó los planos y dio instrucciones concretas para muchos otros edificios. Pero es bastante probable que al mismo tiempo supervisara la construcción de los encargos provinciales.
Ha reinterpretado, en esta
construcción, el estilo de la catedral Santa-Sofía. Su
realización ha durado siete años, lo que demuestra el ingenio de Sinan en
la organización tanto como en aquel de la arquitectura. El cuaderno de cuentas
de esta construcción, que ilumina la época, ha llegado hasta nosotros y da
preciosas indicaciones sobre los métodos laborales del arquitecto.
De 1560 a 1564 ,
construyó para el Gran Visir Rüstem
Pacha, esposo de la hija preferida de Solimán el Magnífico, Mihrimah, la
Mezquita de Rüstem
Pacha (Rüstem Paşha Camii) a Estambul , en el
barrio de Eminönü, en el extremo de la vieja Constantinopla. Es pequeña y soberbiamente
proporcionada.
Es una obra excepcional, una auténtica pequeña joya del arte otomano, se encuentra encima de una arcada de tiendas y se desploma sobre las calles bordeadas de caravansérais, cuya construcción se remonta a veces a los tiempos bizantinos. Su plan clásico tiene una forma rectangular, una cúpula central apoyada en cuatro semi-cúpulas y cinco cúpulas pequeñas.
Preciosas cerámicas de Iznik (Nicea) recubren el interior de la mezquita.
Es una obra excepcional, una auténtica pequeña joya del arte otomano, se encuentra encima de una arcada de tiendas y se desploma sobre las calles bordeadas de caravansérais, cuya construcción se remonta a veces a los tiempos bizantinos. Su plan clásico tiene una forma rectangular, una cúpula central apoyada en cuatro semi-cúpulas y cinco cúpulas pequeñas.
Preciosas cerámicas de Iznik (Nicea) recubren el interior de la mezquita.
La mezquita de Atik Valide (Üsküdar)
Sinan concibió igualmente un complejo (Külliyesi) en torno a una mezquita para Nurbanu Valida Sultán, la esposa véneciana de Selim II y madre de Murad III (1574-1595). La mezquita de Atik Valide (Atik Valida Camii) o mezquita de la sultana-madre, ha sido construida entre 1570 y 1579 , en el barrio de Üsküdar, en la parte asiática de Estambul. Es uno de los más bellos éxitos del arquitecto en Estambul, después del complejo de Solimán el Magnífico (Süleymaniye külliyesi). La mezquita está ubicada en el centro de este complejo que comprende uno monasterio de derviches , una universidad, una escuela primaria, un seminario, una escuela coránica (darülkurra), un comedor popular (imaret), un hospital, un caravansérail (hoy transformado en prisión), una biblioteca y un hammam. Eso subraya el rol social de la mezquita que, para los Otomanos, no sirve sólo al rezo, sino que es también un lugar de vida, de comercio y de intercambios.
El patio de la mezquita, ubicada
en torno a los lados norte y oeste, es particularmente bien proporcionada con
sus pórticos y sus columnas en mármol. Posee cuatro puertas que dan acceso al
centro, a la fuente prevista para las abluciones (şadırvan), rodeada,
hoy en dia, de plátanos y de cipreses centenarios. Las decoraciones más
significativas se encuentran dentro del santuario. Están constituidas sobre
todo por pinturas de motivos florales, sobre muros cubiertos de azulejos de
loza decorada, sobre todo cerca del minber.
El mihrab esta recubierto
de cerámica de Iznik (Nicea).
La puerta en bosque y los postigos de la sala de rezo son decorados
incrustaciones de marfil sculpté y de nacre.
Él mismo, como dice en su autobiografía "Tezkiretü'l Bunyan", consideraba que su obra maestra era la mezquita Selimiye de Edirne. Liberándose de las limitaciones de la arquitectura otomana tradicional, esta mezquita marca el apogeo de la obra de Sinan y de toda la arquitectura otomana clásica. Mientras se construía, tenía en mente la dicha de los arquitectos de "No se puede hacer una cúpula más grande que la de Santa Sofía y mucho menos los musulmanes", que fue su motivación principal. Cuando se completó, Sinan reivindicó que tenía la cúpula más grande del mundo, dejando atrás Santa Sofía.
De hecho, la altura de la cúpula desde el nivel del suelo era más baja, y el diámetro era apenas mayor (medio metro) que Santa Sofía, que se había hecho mil años antes. Sin embargo, medido desde su base, la cúpula de Selimiye es más alta. Sinan tenía más de 80 años cuando el edificio se acabó. En esta mezquita logró finalmente su objetivo de crear el interior bajo cúpula óptimo completamente unificado: un triunfo del espacio que domina el interior. Esta vez usó una cúpula central octogonal (31.28 m de ancho y 42 de altura), que se aguanta por ocho pilastras elefantinas de mármol y granito. Estos soportes no tienen capiteles pero tienen trompas o consolas en lo alto, que hacen el efecto óptico que los arcos parece que crezcan íntegramente de las pilastras. Colocando las galerías laterales lejos, logró aumentar el efecto tridimensional. La multitud de ventanas en las paredes llenan el interior de luz. Las semicúpula que hacen de contrafuerte están colocadas en los cuatro vértices del cuadrado de bajo la cúpula.
El peso y las tensiones internas quedan escondidos, produciendo un efecto aireado y elegante que pocas veces se ve bajo una cúpula central. Los cuatro minaretes (de 83 metros) de las esquinas de la sala de oraciones son los más altos del mundo musulmán, acentuando la forma vertical de esta mezquita que ya domina la ciudad
Puede ser interesante recordar
aquí las proporciones de las grandes cúpulas existentes en tiempos de nuestro
arquitecto que sin duda le sirvieron de acicate y motivación:
El Panteón
de Agripa construido en la época del imperio romano entre los años 123-125 de
N.E. El diámetro de la cúpula es de 43,44 m, la mayor de todas
las construidas hasta la aparición de la arquitectura del hierro.
Antemio
de Tralles e Isidoro de Mileto, construyeron bajo el Imperio Bizantino, entre
los años 523 y 537 la Basílica de Santa Sofía, cuya cúpula de 31 metros de
diámetro dominó los cielos de Constantinopla durante mes de mil años.
El genial Brunelleschi, el primero de los grandes arquitectos del Renacimiento italiano, construyó entre los años 1420-1461, la cúpula de Santa Maria dei Fiore de 41 m de diámetro interior.
Nuestro
protagonista situó la de la Mezquita Selimiye, en 1575 con un diámetro 35,95 m,
superando así la de Santa Sofía.
Finalmente
el proyecto del “divino” Miguel Ángel Buonarrotti, finalizado 24 años después
de su muerte en el 1584, llevó la cúpula de la Basílica de San Pedro, a un diámetro interno de 41,47 m.
La cúpula de la Mezquita
Selimiye, está sostenida por ocho pilares, y da la impresión, gracias al espacio
que recobra, que el interior de la mezquita es más vasto de lo que es en
realidad. La cúpula determina igualmente la visión de las líneas principales de
la fachada exterior de la mezquita. Las demás construcciones del complejo son
posteriores al plan de la mezquita. Retiene igualmente la atención,
desde la primera vista, por sus cuatro minaretes, teniendo cada uno tres serefe de
tamaño igual. Estos minaretes, contribuyen al aspecto elegante que adquiere la
mezquita vista de lejos, fueron instalados sobre los cuatro lados de la plataforma
cuadrada, sobre la cual se eleva la mezquita, en torno a la cúpula.
Con la Selimiye, Sinan muestra todo su ingenio, su capacidad de visión y de resolución con , pero también el talento de interpretar la herencia recibida de Anatolia, única en el mundo. Esta mezquita, aunque no es su última obra, es considerada, con toda la razón, como la obra maestra que realiza la síntesis de la arquitectura otomana de la época clásica. Fija las reglas de esta última, por su estructura, el tratamiento del espacio, sus proporciones y sus decoraciones.
Con la Selimiye, Sinan muestra todo su ingenio, su capacidad de visión y de resolución con , pero también el talento de interpretar la herencia recibida de Anatolia, única en el mundo. Esta mezquita, aunque no es su última obra, es considerada, con toda la razón, como la obra maestra que realiza la síntesis de la arquitectura otomana de la época clásica. Fija las reglas de esta última, por su estructura, el tratamiento del espacio, sus proporciones y sus decoraciones.
Es entre 1572 y 1577 que Sinan edifica,
sobre la pendiente escarpada de un terreno accidentado ubicado cerca de
la Mezquita azul (Sultanahmet
Camii), la mezquita de Sokullu Mehmet Pacha (Sokullu Mehmet Pacha Camii)
para el Gran Visir Sokullu
Mehmet Pacha. Es considerada como una de los más bellos ejemplos de
la arquitectura otomana del XVIe siglo y
otra de las obras maestras de Sinan.
Ha sido edificada sobre una
iglesia bizantina en ruinas, Haghia Anastasia,
ciertos elementos de la cual han sido recuperados. Es célebre por su
decoración interior, con bellas lozas de dominante azul, que cubren los pilares
en torno a la cúpula, los contornos de las ventanas y el mihrab (ábside que
indica la dirección de La Meca),
pero no asfixian la belleza del edificio.
En su interior, el visitante no puede evitar ser presa de admiración ante los
azules, verdes, purpuras y rojos de los elegantes dibujos de los azulejos de
loza de Iznik.
La cúpula central de la mezquita se
soporta con semi-cúpulas, según el ya conocido esquema clásico de las mezquitas
de Sinan, de las que Santa-Sofía había sido el modelo de inspiración.
El complejo ha compuesto, además
de la mezquita, de una escuela, de un monasterio de derviches (al posterior, un
poco desatado) y de una fuente a las abluciones.
El patio, cuyo acceso se hace por un pequeño túnel, está rodeada de pórticos con 30 pequeñas cúpulas. La mayoría de las columnas que dan soporte a las cúpulas son bizantinas. En el centro, la fuente en mármol es suntuosa. El interior de la mezquita está también decorado con lozas de Iznik (Nicea) y con pinturas que representan claveles y crisantemos. Las aventajadas vidrieras policromadas dan un ambiente coloreado al interior. El mihrab es absolutamente excepcional con sus numerosos azulejos de Iznik.
El patio, cuyo acceso se hace por un pequeño túnel, está rodeada de pórticos con 30 pequeñas cúpulas. La mayoría de las columnas que dan soporte a las cúpulas son bizantinas. En el centro, la fuente en mármol es suntuosa. El interior de la mezquita está también decorado con lozas de Iznik (Nicea) y con pinturas que representan claveles y crisantemos. Las aventajadas vidrieras policromadas dan un ambiente coloreado al interior. El mihrab es absolutamente excepcional con sus numerosos azulejos de Iznik.
El
Kırkçeşme (Estambul)
Sinan No se ha alegrado de
construir mezquitas. 1553,
ha sido a cargo de resolver el problema del agua a Estambul. Examinó los
aqueducs construidos en tiempos de los romanos, de los Bizantinos así
como aquellos construidos después de la conquista; y se puso en la investigación
de nuevas fuentes de agua. Los trabajos de construcción de las nuevas
instalaciones fueron iniciados 1554 y
terminados 1560.
Para eso, ha realizado una cobertura de cuarenta fuentes, que se ha llamado « Kırkçeşme », de una longitud además de 50 km, para la alimentación duquel ha tenido que construir diques fluviales, de los túneles, de los canales y dos aqueducs : los aqueducs de Uzunkemer y Egrikemer, cerca de Estambul. Este proyecto para el dominio del agua era sí de entidad a los ojos de Solimán que hay afectado un presupuesto de 43 millones en moneda de dinero, casi equivalente a lo que había sido gastado (53 millones) para el complejo de Süleymaniye.
Para eso, ha realizado una cobertura de cuarenta fuentes, que se ha llamado « Kırkçeşme », de una longitud además de 50 km, para la alimentación duquel ha tenido que construir diques fluviales, de los túneles, de los canales y dos aqueducs : los aqueducs de Uzunkemer y Egrikemer, cerca de Estambul. Este proyecto para el dominio del agua era sí de entidad a los ojos de Solimán que hay afectado un presupuesto de 43 millones en moneda de dinero, casi equivalente a lo que había sido gastado (53 millones) para el complejo de Süleymaniye.
Mimar Sinan Ha concedido tanto
importancia a sus puentes que a sus demás trabajos. Era orgulloso del puente de
« Büyükçekmece », de una longitud de 635,5 metros, que es también perfecto que
sólido. Es igualmente le que, entre demás, lanzó sobre el Cekmeçe, los
veintiocho arcos del puente de la vía imperial que conecta Edirne a Estambul, o
todavía construyó entre 1577 y
1578 el Puente de
Višegrad sobre la Drina,
en Bosnia y
Herzegovina.
Una
vejez activa
En 1580, él edificó la mezquita Chemsi Pacha
(Şemsi Paşha Camii) de Üsküdar, sobre el margen
asiático del Bósforo .
En 1584, la sultane Nur-u Banu, esposa del sultan Selim II y madre del Sultan Murad III hace construir en Estambul, sigue
un proyecto concebido por Mimar Sinan, el hammam de Çemberlitas, considerado
como uno de los de mayor entidad de la arquitectura otomana del XVIe siglo.
En 1586, a la edad respetable de 97 años,
emprende la construcción de sus dos últimas mezquitas : la mezquita Mesih
Mehmet Pacha (Mesih Mehmet Paşha Camii) y la mezquita Molla Tchelebi (Molla
Tchelebi Camii) de Findikli, que no podrá ver acabadas.
En total, durante su larga
carrera, Sinan y su equipo han realizado más 350 construcciones :
84 grandes mezquitas
52 « mescit » (pequeñas
mezquitas sin minarete o
salas de rezo),
57 « madrasas » (colegio
de teología)
7 « darülkurra » (coránicas),
22 mausoleos o turbés,
17 « imaret » (hospicios
o casas de recepción para los déshéredados),
20 caravansérais
35 palacios y manoirs.
6 tiendas
48 hammams (baños
públicos e instalaciones termales),
3 hospitales
7 acueductos
8 puentes
A pesar de la longitud
excepcional de su carrera, es difícil pretender que todas estas construcciones
han sido programadas y realizadas en totalidad por el mismo Sinan. Una parte de
éstas, cuya mayoría se encuentran en Estambul, han sido realizadas por sus
alumnos o por la organización de los arquitectos que dirigía, y se conformaba
de supervisar la concepción de las labores y los trabajos. Fuera de ésta lista,
hay que considerar así mismo, las muchas restauraciones –especialmente de
edificios bizantinos-, en las cuales ha participado.
Sinan Ha vivido
durante el periodo que ha constituido la edad de oro estatal otomana. Ha
realizado trabajos como primer arquitecto bajo lo reinado de tres soberanos,
respectivamente para: Solimán Ier el Magnífico, Selim II y Murad III. Su rol fue
considerable en la concepción y la construcción de numerosas obras maestras
arquitectónicas que simbolizan la potencia del Imperio. El estudio de su vida
revela la historia de un verdadero creador, nunca satisfecho de sus realizaciones,
constantemente dispuesto a la investigación de nuevas ideas e intentando sin
cesar de poner a punto los dispositivos innovadores. Su influencia ha
continuado haciéndose sentir mucho tiempo después de su muerte, y cada época ha
reconocido su importancia.
Al inicio de su
carrera como arquitecto, Sinan se encontró una arquitectura tradicional
establecida. Su formación como ingeniero militar le llevó a encarar la
arquitectura desde un punto de vista empírico, más que de un teórico. Comenzó a
experimentar con el diseño y la ingeniería de estructuras de una sola cúpula y
de múltiples. Intentó obtener una nueva pureza geométrica, una
racionalidad y una integridad espaciales en sus estructuras y diseños de
mezquitas. A lo largo de todo esto, demostró su creatividad y su deseo de
crear un espacio claro y unificado.
Empezó a desarrollar una serie de variaciones sobre las cúpulas, rodeándose de diferentes formas con semi-cúpulas, pilastras, paredes y diferentes juegos de galerías. Sus arcos y cúpulas son curvados, pero evitó los elementos curvilíneos al resto de los susceptibles diseños, transformando el círculo de la cúpula en un sistema rectangular, hexagonal o octagonal. Intentó obtener una armonía racional entre la composición piramidal exterior semicúpula, que culminan directamente en una sola cúpula, y el espacio interior donde esta cúpula central integra verticalmente el espacio en un todo unificado. Su genio reside en la organización de este espacio y en la resolución de las tensiones creadas por el diseño. Fue un innovador en el uso de la decoración y los motivos, combinándolos con las formas arquitectónicas en un todo. Acentuó el centro situado bajo la cúpula central llenándolo de luz gracias a las muchas ventanas. Juntó sus mezquitas de forma eficiente en complejas (külliye), al servicio de las necesidades de la comunidad como centro intelectual, comunitario, y para resolver las necesidades sociales y los problemas de salud de los fieles.
Cuando Sinan murió, la arquitectura otomana clásica había llegado a su apogeo. Ninguno de sus sucesores tenía suficiente talento para mejorar el diseño de la mezquita Selimiye y desarrollarlo aún más. Sus alumnos se retiraron hacia modelos más antiguos, como la mezquita Sehzade. La innovación se fue apagando, y comenzó el declive.
Empezó a desarrollar una serie de variaciones sobre las cúpulas, rodeándose de diferentes formas con semi-cúpulas, pilastras, paredes y diferentes juegos de galerías. Sus arcos y cúpulas son curvados, pero evitó los elementos curvilíneos al resto de los susceptibles diseños, transformando el círculo de la cúpula en un sistema rectangular, hexagonal o octagonal. Intentó obtener una armonía racional entre la composición piramidal exterior semicúpula, que culminan directamente en una sola cúpula, y el espacio interior donde esta cúpula central integra verticalmente el espacio en un todo unificado. Su genio reside en la organización de este espacio y en la resolución de las tensiones creadas por el diseño. Fue un innovador en el uso de la decoración y los motivos, combinándolos con las formas arquitectónicas en un todo. Acentuó el centro situado bajo la cúpula central llenándolo de luz gracias a las muchas ventanas. Juntó sus mezquitas de forma eficiente en complejas (külliye), al servicio de las necesidades de la comunidad como centro intelectual, comunitario, y para resolver las necesidades sociales y los problemas de salud de los fieles.
Cuando Sinan murió, la arquitectura otomana clásica había llegado a su apogeo. Ninguno de sus sucesores tenía suficiente talento para mejorar el diseño de la mezquita Selimiye y desarrollarlo aún más. Sus alumnos se retiraron hacia modelos más antiguos, como la mezquita Sehzade. La innovación se fue apagando, y comenzó el declive.
Durante sus cincuenta años en
el cargo de arquitecto imperial, se dice que Sinan construyó o
supervisar 476 edificios, de los cuales sobreviven todavía 196, según la
lista oficial de sus obras, la Tazkirat-en-Abniya. No es posible que
los diseñara todos personalmente, sino que se fiaba de
sus colaboradores. Atribuía el mérito y la
responsabilidad de su trabajo, ya que, como genísser, y, por tanto, esclavo del
sultán, su responsabilidadprimaria era hacia el sultán. En
su tiempo libre, también diseñó edificios para los funcionarios más importantes.Delegó a
sus ayudantes la construcción de edificios menos
importantes en las provincias.
Mimar Sinan Ha muerto
casi centenario, el 17 de julio de 1588 en Estambul. Está enterrado junto a su única esposa que le dio un hijo y dos hijas, en el
ángulo norte de la mezquita Süleymaniye, próximo a los mausoleos de Solimán y
de su mujer la Sultane Hürrem, más conocida bajo el nombre de Roxelane.
A continuación podéis ver una presentación con una buena parte de la obra de Sinan:
2 comentaris:
Hola.
Me ha gustado mucho el texto y me gustaría poder citar algunas partes en un trabajo que estoy haciendo sobre mi padre, que fue un escultor de Bosnia, mi país de origen, y cuyo trabajo estoy relacionando con la arquitectura otomana entre otros. Pero, dada la importancia del trabajo y que éste constituirá una tesis, me es necesario disponer de más datos sobre usted, como su nombre o profesión.
Muchas gracias.
Buenas tardes:
Lamento no haberle contestado con anterioridad, pues hasta hoy no había visto su comentario
Muchas gracias, evidentemente puede ud. citar parte o la totalidad de ésta entrada.
Era profesor de Historia y de historia del Arte en un instituto de Secundária (bachillerato), en cuanto a mi nombre puede Ud. poner Terraxaman.
Suerte con su Tesis...
Cordialmente
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