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DEL AÑO 15 AL AÑO 17: EL FINAL DE UN REINADO
DEL AÑO 15 AL AÑO 17: EL FINAL DE UN REINADO
A finales del año 14 o a principios del 15, Akenatón asocia a su trono a un hombre que lleva el nombre de Smenker, «El ka de Ra está firmemente establecido». Se observara que se trata de nuevo de una referencia a Ra, no a Atón.
Como hemos visto la corregencia era un fenómeno relativamente frecuente, el mismo akhenaton fue corregente con su padre. En el tiempo que Ajnatón, aparecen hasta dos corregentes al unísono entre los cuales parece existir una mujer.
Como hemos visto la corregencia era un fenómeno relativamente frecuente, el mismo akhenaton fue corregente con su padre. En el tiempo que Ajnatón, aparecen hasta dos corregentes al unísono entre los cuales parece existir una mujer.
Evidentemente,
el simple hecho de que una mujer alcance la posición de rey ya es de por sí una
especie de atentado mitológico, puesto que por definición el arquetipo mítico
del Rey en Egipto, corresponde exclusivamente a un hombre. Por eso sólo
encontramos a cinco mujeres ejerciendo de rey en toda la larga y milenaria
historia de Egipto. Uno de los corregentes de Ajnatón es uno de estos casos, y
el mejor de los candidatos posibles es la propia esposa del rey: Nefertiti. El
otro corregente sería el enigmático Smenjkare. Ambos pudieron actuar en calidad
de reyes durante unos pocos años antes de que finalizara el propio reinado de
Ajnatón y su relevo por Tutanjamón, probablemente hijo suyo. Lo que sí es una
certeza, es que durante los últimos años de reinado de Ajnatón, una mujer
recibía el tratamiento de rey
La corregencia durará alrededor de tres años, hasta la desaparición de Akenatón.
¿Quién era? ¿Un hijo de Amenofis III y de una esposa secundaria, o un hermano de Tutankatón, el hijo de Kia? No disponemos de ningún dato que precise su origen. No se da ninguna indicación ni sobre su familia ni sobre sus padres.
Hay quien sostiene tambien, que la corregente pudiera ser la propia Nefertiti, que alcanzaría así el papel de faraona, aquí la podemos ver en dos funciones reservadas al faraón, en la primera está ejecutando a un enemigo,
en la segunda aparece dirigiendo una batalla
Hay quien sostiene tambien, que la corregente pudiera ser la propia Nefertiti, que alcanzaría así el papel de faraona, aquí la podemos ver en dos funciones reservadas al faraón, en la primera está ejecutando a un enemigo,
en la segunda aparece dirigiendo una batalla
El papel exacto de Mery-Atón, la primogénita de la pareja real, plantea asimismo muchos problemas. En ciertos relieves, su nombre aparece grabado por encima del de Kia, incluso del de Nefertiti. En el año 15, se la ve cumpliendo los actos culturales en compañía de su padre. ¿Es ella quien habita «la casa de la favorita»? ¿Se puede considerar que no sólo sucedió a su madre en sus funciones religiosas, sino que reinó sola después de la muerte de Akenatón?.
Se cree que Smenker y Mery-Atón fueron matrimonio. Una tumba de Al-Amarna parece mostrarles juntos, en tanto que soberanos reinantes. Puesto que Akenatón está ausente de la escena, ¿se puede admitir que ha muerto y que nos encontramos en presencia de sus sucesores?
En el año 16, mientras que Akenatón vivía todavía, su corregente visitó probablemente Tebas. ¿Por qué ese viaje? Sin duda para preparar el retorno de la corte real a Tebas. 0 Akenatón está muy enfermo o ha muerto ya.
Había llegado la hora de poner fin a la experiencia atoniana, y de hacerlo sin tropiezos especiales. El traslado de la corte, de los ministerios y de los altos funcionarios exigía tomar disposiciones administrativas. Es de imaginar que la tarea fuese atribuida a un corregente. Una vez terminada, desaparece de la escena.
En el año 16, el ejército egipcio interviene en Siria del norte por orden de Akenatón. El faraón continúa gobernando. Juzgando que los hititas van demasiado lejos, se decide por fin a reaccionar.
Incluso es posible que las tropas del general Horemheb hayan atacado Karkemish. La campaña militar tuvo efectos beneficiosos para la seguridad de Egipto. Si los hititas habían trazado proyectos de invasión, renunciaron a ellos al comprobar que los soldados del faraón estaban dispuestos a combatir.
Fue el último acto oficial conocido del reinado de Akenatón.
LA MUERTE DE AKENATON Y SU SUCESIÓN
Akenatón murió apaciblemente en su capital durante el verano de 1359 a. de C. Aunque la fecha sea muy discutible, es en cambio probable que el esposo de Nefertiti regresase a la luz divina de la que había nacido sin que estallase ningún disturbio en Aketatón.
Akenatón fue probablemente enterrado en la tumba real de Aketatón, que albergaba ya los cuerpos de Meket-Atón y Nefertiti. Por lo demás, sorprende el hecho de que ni los textos ni las escenas se referían al fallecimiento de la reina.
Después de tres años de corregencia, Smenker desaparece del primer plano de la escena.
Aparece en la historia entonces un nuevo personaje, el joven Tutankatón, «Símbolo viviente de Atón», que probablemente tenía una decena de años. Había vivido en la ciudad del sol, donde gozaba, al parecer, de la protección de Nefertiti. Fue ese niño el que se convirtió en el nuevo faraón, con el nombre de Tutankamón, «Símbolo viviente de Amón». El acto mágico se realiza ahora en sentido inverso. Akenatón había modificado su nombre, abandonando a Amón en favor de Atón. El nuevo rey abandona a Atón en favor de Amón, puesto que residirá en Tebas, después de haber sido coronado en Karnak.
¿Quién eligió a Tutankamón como sucesor de la «pareja» Akenatón-Smenker? No lo sabemos, tal vez el mismo Akenatón. 0 quizá un colegio de sabios, que habían adivinado en el niño capacidades para el gobierno. Pudo ocurrir incluso que Nefertiti, como «Gran esposa real», designase a Tutankamón antes de morir.
El retorno a Tebas y al culto de Amón no se efectuó con brusquedad. Una estela de Berlín muestra a Tutankatón, antes de su cambio de nombre, en adoración delante de Amón-Ra. No imaginemos, pues, una querella de dioses, una revancha acerba de Amón sobre Atón. La transición, correctamente preparada tanto en Aketatón como en Tebas, siguió un proceso ritual, que terminó por la restauración de los antiguos cultos.
No obstante, un célebre edicto parece lanzar las más graves acusaciones contra Akenatón:
Los templos de los dioses han pasado por tiempos detestables. Sus patios se habían convertido en caminos por los que todos podían pasan El país estaba agotado por las plagas, y los dioses eran descuidados. Su Majestad [es decir, el nuevo rey, Tutankamón] buscó lo que podía ser útil a Amón... Los dioses habían vuelto la espalda al país: los dioses y las diosas no acudían cuando se les pedía consejo.
¿Realidad histórica o fantasía? Ni una cosa ni otra. Los santuarios de los dioses tradicionales no fueron destruidos ni sufrieron ninguna degradación durante el reinado de Akenatón y los breves años de la experiencia atoniana. Pero a la muerte de un rey, peligra siempre el equilibrio de las Dos Tierras. El país atraviesa por un periodo de caos. Es como si un viento destructor soplase sobre Egipto. Para rechazar el peligro, una sola solución: que un nuevo rey suba al trono. Gracias al advenimiento de Tutankamón y de acuerdo con el proceso simbólico habitual, se expulsa el desorden del país, que vuelve de nuevo a los tiempos primordiales, a la edad de oro.
El clero tebano no emprendió ninguna guerra contra los adoradores de Atón. Al fin y al cabo, Tutankamón había formado parte de ellos. El soberano cuyo reinado señala el retorno de Amón como dios del Imperio había vivido en la ciudad de Atón.
«Aquellos cuyo nombre es conocido», dicho de otro modo, los miembros estimados de las ricas e influyentes familias tebanas, recuperaron los puestos de responsabilidad en la administración civil y religiosa. Los hombres elevados a funciones capitales por Akenatón retornaron a su anonimato.
Existe otra prueba de la paz civil y religiosa que reinó entre la capital de Akenatón y Tebas. Al morir Tutankamón tras algunos años de reinado, era de esperar que el nuevo faraón fuese un tebano que no hubiese participado para nada en la experiencia atoniana.
Y sin embargo, se produce exactamente lo contrario. El hombre que sube al trono es Ay, el confidente más íntimo de Akenatón, el cortesano en cuya tumba se había grabado el «gran himno» a Atón.
Ciertos eruditos ven en Ay el ejemplo perfecto del oportunista que supo adaptarse a las situaciones más difíciles y que, tras disfrutar de los favores de Akenatón, se conquistó también los favores de los tebanos. Diabólicamente hábil, tramó intrigas lo bastante sólidas para que su renombre amarniano no se opusiese a su toma de poder.
Se trata de una versión muy modernista y muy política, en el mal sentido de la palabra, una visión que no comparto. Ya de edad y hombre experimentado, Ay estaba considerado como un sabio, ya que había respetado durante «su carrera» la ley de Maat. Sucesor de un hombre muy joven, Ay carecía ya de ambiciones personales.
Conciliador, ponderado, con un perfecto conocimiento de la administración y de la corte, el reinado de Ay, que duró alrededor de dos años, fue breve y apacible.
El general Horemheb estuvo primero al lado de Tutankamón, luego junto a Ay. A la muerte de este último, subirá al trono, prolongando el linaje amarniano.
Después de haber guerreado en Asia bajo las órdenes de Akenatón, al que había servido fielmente, Horemheb aparece como un «hombre fuerte», que había tenido tiempo para entrenarse en la práctica del poder. Sin embargo, no se comporta como un militar, sino como un jurista. Promulga un importante decreto reformando unas leyes retrógradas, convertidas en caducas e injustas.
Probablemente casado con una hermana de Nefertiti, Horemheb no demuestra ninguna hostilidad con respecto a su antiguo señor. Nombra gran sacerdote de Ra en Heliópolis a un antiguo dignatario amarniano, manteniendo así la tradición solar.
Si bien es exacto que se vinculó directamente el reinado de Horemheb al de Amenofis III, borrando de la historia a Akenatón, Tutankamón y Ay, hemos de precisar que lo hicieron los analistas ramesidas, muchos años más tarde.
Horemheb adoptó una actitud intransigente frente a los hititas, pero no emprendió ninguna guerra, aunque hizo ejecutar a uno de los hijos del rey hitita, que se dirigía a Egipto para casarse con Ankhesenpa-Atón, hija de Akenatón y Nefertiti y viuda de Tutankamón, la cual, al solicitar su matrimonio con un extranjero, había cometido un acto de traición.
Como se ve, la sucesión de Akenatón se desarrolló sin violencia. No hubo ni guerra civil ni enfrentamiento entre los partidarios de uno y otro dios. E incluso fueron allegados del rey difunto los que reinaron en Egipto durante varios años.
DESAPARICIÓN DE UNA CAPITAL
Una vez que Akenatón y Nefertiti desaparecieron, la experiencia atoniana había finalizado. La nueva capital había cumplido ya su misión. La existencia en Tebas de un templo del corregente Smenker demuestra que el retorno de la corte real a la antigua capital estaba programado.
Todos los templos atonianos permanecieron abiertos todavía durante tres años después de la muerte de Akenatón. Los colegios de sacerdotes continuaron sirviendo al dios solar. Durante diez años como mínimo, se celebró el culto de Atón en Tebas, en Menfis y en Heliópolis, las tres principales ciudades teológicas de Egipto.
Cierto que la situación religiosa había cambiado. Atón volvía a ser una divinidad como las demás. El dios del Imperio era de nuevo Amón. El nombre del faraón ya no estaba mágicamente protegido por Atón, sino por Amón: Tutankamón. También la gran esposa real ha modificado su nombre, cambiando Ankhesenpa-Atón, «La que vive para Atón», por Ankhesenpa-Amón, «La que vive para Amón».
Por lo tanto, es completamente inexacto afirmar que se inició una oleada de persecuciones contra la memoria de la pareja solar y contra los adoradores de Atón inmediatamente después de la desaparición de Akenatón. No existía una secta atoniana situada al margen de la sociedad egipcia, ni una minoría militante en favor de esta divinidad. La religión egipcia no funcionaba en términos de creencias o de relaciones de fuerza entre dos convicciones. Atón había sido el genio de un reinado, no la expresión de una verdad revelada de una vez para siempre.
Si se cerraron los templos de Atón unos años después de la desaparición de la pareja real, se debió a que habían perdido su razón de ser. Atón, Akenatón y Nefertiti habían formado una tríada divina, reemplazando el Panteón tradicional de las antiguas divinidades. Desvanecida la tríada, el conjunto de los demás cultos recobró su plena actividad.
Se ha acusado con frecuencia a Horemheb de haber destruido Aketatón y de haber traicionado a su antiguo señor, haciendo pasar a Akenatón por un herético y un mal rey. La verdad difiere mucho de esta versión imaginaria de los acontecimientos.
Una vez que subió al trono, es decir, unos diez años después de la muerte de Akenatón, Horemheb, como todo faraón de la XVIII Dinastía al acceder al poder supremo, empezó por cumplir sus funciones de maestro de obras. Emprendió una serie de grandes trabajos en Karnak, en especial la construcción del noveno pilono. De acuerdo con la tradición, utilizó elementos arquitectónicos de los reinados anteriores para incluirlos en sus propios monumentos, elementos que, en su caso, le serán proporcionados por las piedras de los templos atonianos de Karnak.
Por lo tanto, los templos construidos en Tebas por Akenatón fueron desmontados y cortados en bloques, uno por uno, con gran orden y método. No se trató de una destrucción incontrolada, perpetrada por fanáticos y excitados, sino de un desmantelamiento ritual, que se efectuó con todo cuidado. A continuación, los bloques -los talatates, a los que nos hemos referido con frecuencia- fueron introducidos en el interior del segundo y el noveno pilonos, en capas sucesivas, constituyendo así un relleno eficaz.
Desgraciadamente, los arqueólogos que descubrieron los bloques no comprendieron su significado. De lo contrario, se hubieran dado cuenta de que los antiguos egipcios los habían colocado en el orden inverso al que habían sido desmontados. Por lo tanto, no tomándolos al azar, sino ajustándose a la lógica del sistema, les hubiera sido fácil reconstruir las paredes que formaban anteriormente.
En el nombre de Horemheb se incluye el de dios Horus, cuyo protegido era. Horemheb residió con tanta frecuencia en Menfis - donde se había excavado la primera tumba, la correspondiente a su rango de general- como en Tebas. No inició ninguna persecución ni contra Akenatón ni contra Atón, pero sí practicó una «política» arquitectónica conforme con la tradición faraónica.
¿Y qué fue de Aketatón, la capital creada por la pareja solar?
Al comienzo del reinado de Tutankamón, la ciudad estaba todavía habitada, aunque su actividad había empezado ya a reducirse. El traslado de los ministerios y de las distintas administraciones exigió sin duda varios meses. Según Redford, se puede calcular que la ciudad de Atón no fue abandonada definitivamente por lo menos hasta tres años después de la muerte de Akenatón.
Los notables y los altos funcionarios fueron los primeros en partir. Los artesanos y los obreros, los últimos. Y luego, llegó el último día, el último amanecer en una capital moribunda, de la que salía el último convoy. Los viajeros subieron a bordo de los barcos, dirigiéndose unos hacia el norte, en dirección a Menfis, otros hacia el sur, en dirección a Tebas.
Se había dado definitivamente la vuelta a una página de la historia egipcia.
¿Akenatón el maldito?
Según algunos autores, unos cincuenta años después de la muerte del rey, surge una poderosa corriente contraria a Akenatón, que le convierte en un «perverso», un «criminal». Se suprime su nombre de los documentos oficiales, haciéndolo desaparecer también a martillazos de los monumentos en que estaba grabado. Al mismo tiempo, se arrasa por completo la ciudad del sol.
El examen atento de la documentación induce a matizar el análisis. Cierto que dos ilustres faraones de la XIX Dinastía, Seti I y Ramsés II tomaron la iniciativa de reducir a la nada la experiencia atoniana. Pero se trata, subrayémoslo bien, de una toma de posición por parte del faraón, no de un levantamiento popular o de una manifestación masiva en contra de Atón.
El asunto parece todavía más extraño si se piensa sobre todo que Ramsés II lleva en su nombre el de la divinidad solar por excelencia, Ra. Lo mismo que había hecho Horemheb, Ramsés II elimina a Akenatón, Tutankamón y Ay de los anales reales,
Lista de los faraones de Egipto en el templo de Seti I, en el lugar de la raya roja faltarían los nombres de Akhenaton, Tutankamon y Ay, como si Horemheb hubiera sucedido directamente a Amenofis III, pese a haber sido uno de los personajes más destacados de la experiencia amarniana. La acción de los ramesidas no debe ser considerada como un movimiento de odio en contra de un Akenatón maldito, sino como una disposición simbólica normal, inscrita en la norma faraónica.
Lista de los faraones de Egipto en el templo de Seti I, en el lugar de la raya roja faltarían los nombres de Akhenaton, Tutankamon y Ay, como si Horemheb hubiera sucedido directamente a Amenofis III, pese a haber sido uno de los personajes más destacados de la experiencia amarniana. La acción de los ramesidas no debe ser considerada como un movimiento de odio en contra de un Akenatón maldito, sino como una disposición simbólica normal, inscrita en la norma faraónica.
¿UNA POSTERIDAD BIBLICA?
La experiencia espiritual de Akenatón y los textos de la época amarniana suscitaron más de una vez el asombro de los científicos cristianos que estudiaron el periodo, ¿Cabe pensar que, en cierto sentido, la fe de Akenatón fue una prefiguración del futuro cristianismo, una visión tan profunda de la unicidad divina que se tradujo forzosamente en el monoteísmo?
Deberíamos explicar que en realidad la religión atoniana no fue nunca monoteísta en sentido estricto, sino más bien un henoteísmo, es decir: El henoteísmo o monolatría (del griego: heis, henos "un" y theos "dios") es la creencia religiosa según la cual se reconoce la existencia de varios dioses, pero sólo uno de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del fiel. Históricamente, el henoteísmo ha aparecido en pueblos politeístas que, por ciertas circunstancias de carácter espiritual, han alcanzado el monoteísmo. De esta manera el henoteísta no es un politeísta ni un monoteísta en sentido estricto. El henoteísmo comparte con el politeísmo la creencia en varios dioses, aunque no los considera tan dignos de veneración como el dios propio del henoteísta. Y comparte con el monoteísmo la creencia de que sólo un único dios es merecedor de adoración, aunque no niega frontalmente la existencia de otros dioses.
Deberíamos explicar que en realidad la religión atoniana no fue nunca monoteísta en sentido estricto, sino más bien un henoteísmo, es decir: El henoteísmo o monolatría (del griego: heis, henos "un" y theos "dios") es la creencia religiosa según la cual se reconoce la existencia de varios dioses, pero sólo uno de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del fiel. Históricamente, el henoteísmo ha aparecido en pueblos politeístas que, por ciertas circunstancias de carácter espiritual, han alcanzado el monoteísmo. De esta manera el henoteísta no es un politeísta ni un monoteísta en sentido estricto. El henoteísmo comparte con el politeísmo la creencia en varios dioses, aunque no los considera tan dignos de veneración como el dios propio del henoteísta. Y comparte con el monoteísmo la creencia de que sólo un único dios es merecedor de adoración, aunque no niega frontalmente la existencia de otros dioses.
Existe evidencia de que el judaísmo fue henoteísta en sus comienzos, para luego evolucionar hacia el monoteísmo estricto cerca del siglo VII A.C
Tal vez la experiencia atoniana ejerció su influencia, a distancia, sobre el cristianismo naciente. En este caso, habría que suponer una transmisión de ideas y de símbolos, lo cual es perfectamente plausible.
Un papiro de Oxirrinco registra estas palabras de Cristo:
Tal vez la experiencia atoniana ejerció su influencia, a distancia, sobre el cristianismo naciente. En este caso, habría que suponer una transmisión de ideas y de símbolos, lo cual es perfectamente plausible.
Un papiro de Oxirrinco registra estas palabras de Cristo:
¿Preguntáis quiénes son los que nos conducen al Reino?
¿Preguntáis si el Reino está en los cielos? Las aves del aire, y todas las bestias que hay bajo tierra y sobre tierra, y los peces del mar, son ellos los que os conducen, y el Reino de los cielos está en vosotros.
Extraño eco de los textos amarnianos, a decir verdad.
En sus palabras, Cristo no cede a un naturalismo sentimental, sino que enseña a sus discípulos que los secretos de la divinidad están insertos en la naturaleza. Observándola, comulgando con ella, el hombre descubre que el secreto de la vida se halla oculto en su propio corazón. Toda la enseñanza de Akenatón converge hacia esa toma de conciencia. Se podrían citar otros textos cristianos inspirados, más o menos directamente, por el pensamiento de Akenatón.
1 Bendice, alma mía, a Jehová.
Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido;
Te has vestido de gloria y de magnificencia.
Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido;
Te has vestido de gloria y de magnificencia.
2 El que se cubre de luz como de vestidura,
Que extiende los cielos como una cortina,
Que extiende los cielos como una cortina,
3 Que establece sus aposentos entre las aguas,
El que pone las nubes por su carroza,
El que anda sobre las alas del viento;
El que pone las nubes por su carroza,
El que anda sobre las alas del viento;
4 El que hace a los vientos sus mensajeros,
Y a las flamas de fuego sus ministros.
Y a las flamas de fuego sus ministros.
5 El fundó la tierra sobre sus cimientos;
No será jamás removida.
No será jamás removida.
6 Con el abismo, como con vestido, la cubriste;
Sobre los montes estaban las aguas.
Sobre los montes estaban las aguas.
7 A tu reprensión huyeron;
Al sonido de tu trueno se apresuraron;
Al sonido de tu trueno se apresuraron;
8 Subieron los montes, descendieron los valles,
Al lugar que tú les fundaste.
Al lugar que tú les fundaste.
9 Les pusiste término, el cual no traspasarán,
Ni volverán a cubrir la tierra.
Ni volverán a cubrir la tierra.
10 Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos;
Van entre los montes;
Van entre los montes;
11 Dan de beber a todas las bestias del campo;
Mitigan su sed los asnos monteses.
Mitigan su sed los asnos monteses.
12 A sus orillas habitan las aves de los cielos;
Cantan entre las ramas.
Cantan entre las ramas.
13 El riega los montes desde sus aposentos;
Del fruto de sus obras se sacia la tierra.
Del fruto de sus obras se sacia la tierra.
14 El hace producir el heno para las bestias,
Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra,
Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra,
15 Y el vino que alegra el corazón del hombre,
El aceite que hace brillar el rostro,
Y el pan que sustenta la vida del hombre.
El aceite que hace brillar el rostro,
Y el pan que sustenta la vida del hombre.
16 Se llenan de savia los árboles de Jehová,
Los cedros del Líbano que él plantó.
Los cedros del Líbano que él plantó.
17 Allí anidan las aves;
En las hayas hace su casa la cig:ueña.
En las hayas hace su casa la cig:ueña.
18 Los montes altos para las cabras monteses;
Las peñas, madrigueras para los conejos.
Las peñas, madrigueras para los conejos.
19 Hizo la luna para los tiempos;
El sol conoce su ocaso.
El sol conoce su ocaso.
20 Pones las tinieblas, y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
En ella corretean todas las bestias de la selva.
21 Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
Y para buscar de Dios su comida.
22 Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas.
Y se echan en sus cuevas.
23 Sale el hombre a su labor,
Y a su labranza hasta la tarde.
Y a su labranza hasta la tarde.
24 !!Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios.
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios.
25 He allí el grande y anchuroso mar,
En donde se mueven seres innumerables,
Seres pequeños y grandes.
En donde se mueven seres innumerables,
Seres pequeños y grandes.
26 Allí andan las naves;
Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
27 Todos ellos esperan en ti,
Para que les des su comida a su tiempo.
Para que les des su comida a su tiempo.
28 Les das, recogen;
Abres tu mano, se sacian de bien.
Abres tu mano, se sacian de bien.
29 Escondes tu rostro, se turban;
Les quitas el hálito, dejan de ser,
Y vuelven al polvo.
Les quitas el hálito, dejan de ser,
Y vuelven al polvo.
30 Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.
Y renuevas la faz de la tierra.
31 Sea la gloria de Jehová para siempre;
Alégrese Jehová en sus obras.
Alégrese Jehová en sus obras.
32 El mira a la tierra, y ella tiembla;
Toca los montes, y humean.
Toca los montes, y humean.
33 A Jehová cantaré en mi vida;
A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
34 Dulce será mi meditación en él;
Yo me regocijaré en Jehová.
Yo me regocijaré en Jehová.
35 Sean consumidos de la tierra los pecadores,
Y los impíos dejen de ser.
Bendice, alma mía, a Jehová.
Aleluya.
Y los impíos dejen de ser.
Bendice, alma mía, a Jehová.
Aleluya.
Algunas de sus partes son incluso traducciones del gran himno de Atón. Al principio de su obra, el salmista pide a Yahvé que le bendiga «vestido de fasto y de esplendor, envuelto en luz como en un manto». Ese Dios resplandeciente toma a los vientos como mensajeros, instala a la tierra sobre sus bases y la hace inquebrantable. Él establece la armonía en el universo, como un gran dios creador del Egipto antiguo. Yahvé, como Atón, impone límites precisos a su obra, a fin de que las fuerzas naturales sean las componentes de una obra maestra de belleza y rigor.
El salmista compone después estos versos, que no sorprenderán a los lectores que conocen ya el gran himno de Atón:
Haces brotar las fuentes en los barrancos.
Las aguas avanzan en medio de las montañas,
abrevan todas las bestias del campo,
los onagros calman en ella su sed,
el ave de los cielos se posa junto a ellas,
bajo el follaje, eleva su voz.
Desde tus altas cámaras, abrevas las montañas.
La tierra se sacia con el fruto de tus obras.
Tú haces crecer la hierba para el ganado,
y las plantas para el uso de los humanos. (…)
(…)
El [Yahvé] hizo la luna para marcar los tiempos,
el sol conoce su poniente.
Tú traes la tiniebla, y es la noche,
todos los animales de los bosques se agitan,
los cachorros del león rugen tras la presa
y reclaman a Dios su comida.
Cuando sale el sol, se retiran
y van a acostarse en sus guaridas;
el hombre sale para la labor,
a hacer su trabajo hasta el ocaso.
¡Cuán numerosas son tus obras, Yahvé!
Todas las hiciste con sabiduría,
la tierra está llena de tu riqueza...
(...)
Si ocultas tu rostro, se espantan,
si apartas tu aliento, expiran,
a su polvo retornan.
Si envías tu aliento, son creados,
tú renuevas la faz de la tierra.
El autor de este salmo conocía muy bien la espiritualidad amarniana y juzgó su ideal digno de ser registrado en un texto a la gloria de Yahvé. Así, a través de la Biblia, el pensamiento de Akenatón se convirtió en inmortal.
Se sabe con certeza que los escribas hebreos, tradujeron numerosos textos egipcios, especialmente las «sabidurías», conservando con frecuencia su fondo religioso.
¿Quién no conoce en sus grandes líneas la historia de Moisés, el prodigioso conductor de hombres que, a los ochenta años, osó enfrentarse a un faraón que reducía a la esclavitud a sus hermanos hebreos? El conflicto entre el líder de los hijos de Israel y el rey de Egipto, en el que intervinieron un gran número de actos de magia, terminó con el éxodo que permitió a los judíos salir de Egipto y partir en busca de la Tierra prometida. Moisés consiguió convencer a los hebreos, cuya condición social no era tan mala como afirma el polémico texto de la Biblia, para que se convirtiesen de nuevo en nómadas.
Moisés tuvo que emplear toda su autoridad para persuadir a sus hermanos de raza de que debían abandonar las «Dos Tierras» y lanzarse a la aventura. Por lo demás, sufrió muchas decepciones, agravadas por el hecho de que algunos proscritos y personajes dudosos vinieron a mezclarse con el clan hebreo.
¿Cuándo se produjeron estos acontecimientos? Después de haber vacilado durante mucho tiempo, se admite generalmente hoy en día que el éxodo tuvo lugar hacia el año 1220 a. de C., es decir, durante el reinado de Merneptah,
hijo y sucesor de Ramsés II. La única posibilidad que resta sería situar el éxodo en 1290 a. de C. Cualquiera que sea la solución, está claro que Moisés llevó a cabo sus hazañas en el Egipto de los ramesidas, los «liquidadores» de la experiencia atoniana.
hijo y sucesor de Ramsés II. La única posibilidad que resta sería situar el éxodo en 1290 a. de C. Cualquiera que sea la solución, está claro que Moisés llevó a cabo sus hazañas en el Egipto de los ramesidas, los «liquidadores» de la experiencia atoniana.
Ahora bien, toda una tradición compara a Moisés con Akenatón, como si el primero hubiese recogido elementos de la herencia espiritual del segundo. Moisés, dice la Biblia, poseía toda la sabiduría de los egipcios, una sabiduría nada de despreciar, puesto que concernía a los misterios del cielo y de la tierra, las leyes de la creación, las ciencias sagradas enseñadas en el secreto de los templos. Moisés, cuyo nombre es egipcio, fue probablemente educado en la corte de Egipto. Según la leyenda, una princesa le salvó de las aguas y le adoptó legalmente. Hay que señalar, además, que, en el simbolismo egipcio, el «salvado de las aguas» es aquel que alcanza la inmortalidad.
Reivindicado por la tradición judía como el profeta que despertó la conciencia de los hebreos. Moisés es también, de acuerdo con la tradición faraónica, un sabio tributario de la ciencia egipcia. Dos papiros ramesidas hacen alusión a un extraño personaje, llamado Mosé. Muy influyente, tenía derecho a castigar a los funcionarios que cometían faltas y, detalle increíble, podía incluso destituir a un visir. Si Moisés y Mosé fueron el mismo hombre, podríamos preguntarnos si no hubo un faraón que tuvo como brazo derecho al futuro héroe del Éxodo.
Otro relato, en el que es difícil separar el folklore de la historia, revela que Moisés participó en una expedición victoriosa contra los etíopes. Fue él quien dominó la rebelión, y los informes elogiosos sobre él le valieron grandes honores. Este éxito se transformó en triunfo cuando el faraón decidió asociarse al poder, nombrándole corregente.
La tradición esotérica judía parece confirmar estos datos, por lo menos dentro del mundo simbólico. En efecto, según ella, Moisés fue a veces considerado al mismo tiempo como un dios y como un rey, en otras palabras, como un auténtico faraón. «Cuando Dios le hizo rey, Moisés recibió un nombre sagrado. Fue coronado de luz y se revistió con una túnica de claridad. Instalado en un trono celeste, se convirtió en depositario de un cetro de fuego divino.»
Convengamos en que no se puede evocar mejor el coronamiento simbólico de un faraón.
De todo esto hay que retener que Moisés, jefe guerrero y conductor de pueblos, debe mucho a la civilización y al pensamiento del Egipto antiguo. Íntimo de los grandes del reino, conocía desde el interior el gobierno de Egipto y supo servirse de sus competencias y de su influencia para sacar a los hebreos de Egipto.
Moisés, príncipe de los profetas, enseña personalmente la palabra que ha recibido de Dios. Verdadero maestro espiritual, comparte primero la revelación con el gran sacerdote, luego con sus dos hijos y, por fin, con los ancianos. Tras lo cual, se dirige al pueblo para comunicarle la sabiduría. Ahora bien, hemos visto la gran importancia que Akenatón concede a su papel de maestro espiritual, dedicando una gran parte de su tiempo a educar personalmente a su entorno.
Las relaciones con la divinidad son las mismas para Akenatón y Moisés, y ambos tienen la misma manera de ofrecer a los demás la revelación que se les ha comunicado.
Sin embargo, la comparación es artificial, ya que todo faraón, al estar en contacto directo con la potencia divina a la que representa en la tierra, es también un maestro espiritual para todo Egipto.
Se ha querido asimismo encontrar analogías entre Moisés y Akenatón en cuanto al fondo de su doctrina. Dios habló a Moisés para que propagase por el mundo una verdad precisa: «Yo soy el Dios único, me muestro a ti en mi esplendor único».
Hay autores que van mucho más lejos: “Aunque la gran mayoría de los egipcios no daba mucho crédito al atonismo, y la corte de Akhenatón siguió los rituales de la religión externa por un sentido del deber, existía un círculo interno de alrededor de 300 iniciados que aprendieron de Akhenatón los misterios del sol.
Entre éstos se encontraban José el hijo de Jacob, que Robert Feather, en El Misterio del Rollo de Cobre de Qumrán, afirma era el visir de Akhenatón, Nakhte.
La Biblia registra que José se casó con Asenat, hija de Potifera, sacerdote de Atón en Heliópolis,
podemos ver un vídeo sobre ésta antigua ciudad :
Egipto nuevos descubrimientos (T2): 1- Heliopolis, la cuna de los Dioses
y los arqueólogos descubrieron una capilla privada a Atón en las ruinas de la casa de Nakhte en Akhetaton.
La Biblia registra que José se casó con Asenat, hija de Potifera, sacerdote de Atón en Heliópolis,
podemos ver un vídeo sobre ésta antigua ciudad :
Egipto nuevos descubrimientos (T2): 1- Heliopolis, la cuna de los Dioses
y los arqueólogos descubrieron una capilla privada a Atón en las ruinas de la casa de Nakhte en Akhetaton.
Robert Feather piensa que después de la muerte de Akhenatón, algunos de estos iniciados fueron al templo del sol de Heliópolis y otros, incluyendo a José y su familia, fueron a la isla Elefantina, en la tierra de Cus (Etiopía), donde se construyó otro templo del sol y establecieron una rama del judaísmo que existe en la actualidad. Los Misterios formaron la base de la tradición judeo-cristiana desde el principio. Después de la muerte de Akhenatón, las enseñanzas del atonismo, sus ritos y preceptos, fueron casi completamente destruidos por los fanáticos de la religión establecida.
Este ha sido el destino de todas las enseñanzas de misterio que involucran al sol en el pasado. La mayoría de los historiadores y escritores religiosos piensan que el monoteísmo de Akhenatón fue un breve aberración en una larga tradición de politeísmo egipcio y que murió con él.
Pero, enterradas en las páginas de los textos históricos y de las Escrituras hay indicios de que sus ideas sobrevivieron en la fe judía. También sobrevivieron en las enseñanzas secretas de los Esenios y en las Cofradías de los Terapeutas, que están asociadas con el cristianismo primitivo. Los terapeutas (del griego τεραπένω, que significa curar o servir) fue un grupo judío en la diáspora, similar a los esenios. El nombre proviene de las
pretensiones del grupo de curarse de las enfermedades del alma y cuyo ejemplo
podía servir para curar a los demás.
Allí según el mismo escritor se entregaban
enteramente a los ejercicios de la oración, la contemplación y la presencia de
Dios; se juntaban para orar por la mañana y por la noche; no comían hasta
después de puesto el sol y algunos pasaban muchos días sin comer; se mantenían
con solo pan y sal añadiendo a veces un poco de hisopo. Leían en sus semneos los libros de Moisés, de los profetas y de los salmos, en donde buscaban sentidos místicos y alegóricos,
persuadiéndose a que la sagrada escritura bajo la corteza de la letra encerraba
sentidos profundos y ocultos. También tenían algunos libros de sus ancianos y
componían himnos y cánticos para excitarse a alabar a Dios: hombres y
mujeres guardaban continencia. Ejercían un arte de curación superior al practicado en
esa época las ciudades. Se reunían todos los sábados para conferenciar entre sí. Las similitudes con la doctrina de Akhenaton y con los pitagóricos resulta evidente.
En cuanto a los Esenios, mucho más conocidos, digamos aquí tan solo que entre ellos se ha querido ver el germen del cristianismo y Ernest Renán llegó a escribir que «el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante»
La primera referencia sobre el estilo de vida
de los Terapeutas se halla en el De vita contemplativa del filósofo judío Filón. El autor señala que
en Egipto y concretamente en los alrededores del el lago Mareotis, cerca de Alejandría, existían hacia el siglo
I muchos hombres y mujeres que hacían un género de vida
particular: renunciaban sus bienes, dejaban su familia y todos los negocios
temporales, vivían en la soledad y tenían cada uno una habitación separada a
cierta distancia unos de otros, que llamaban semneo o monasterio, es
decir, lugar de soledad.
En cuanto a los Esenios, mucho más conocidos, digamos aquí tan solo que entre ellos se ha querido ver el germen del cristianismo y Ernest Renán llegó a escribir que «el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante»
En la historia de Egipto, el sacerdote egipcio Manetón escribió,
"Moisés, un hijo de la tribu de Levi, educado en Egipto e iniciado en Heliópolis, se convirtió en un Sumo Sacerdote de la Hermandad...
Fue elegido por los hebreos como su jefe y él adaptó a las ideas de su pueblo la ciencia y la filosofía que había obtenido en los misterios egipcios, cuando estableció una rama de la Hermandad egipcia en su país, de la que descienden los Esenios.
El dogma de un 'solo Dios', que él enseñó, fue la interpretación de la Hermandad egipcia y la enseñanza del Faraón que estableció la primera religión monoteísta conocida por el hombre [Akhenatón].
Las tradiciones que estableció de esta manera eran conocidas completamente sólo por unos pocos de ellos, y fueron conservadas en los misterios de las sociedades secretas, los Therapeutea de Egipto y los Esenios."
Después de regresar de Heliópolis, Moisés se convirtió en una molestia para los sacerdotes de Amón-Ra y la corte de Ramsés II a causa de sus ideas Atonísticas.
El historiador Josefo registra que Moisés fue enviado en una expedición militar a Cus, en un esfuerzo de los cortesanos del faraón para deshacerse del "disidente". Allí no sólo encontró una esposa sino también otro puesto de avanzada del atonismo en la isla Elefantina. Robert Feather cree que fue en el desierto de Cus que Moisés vio la zarza ardiente y recibió su misión.
Anderson cree que Moisés se encontró con este árbol de oro durante una iniciación en el templo del sol de Heliópolis. Pero es más probable que lo vio en el templo del sol de la isla Elefantina, justo antes de su regreso a Egipto.
También es probable que algunos de los sacerdotes Atonitas que eran descendientes de José y su familia se unieron a Moisés en su misión.
También es probable que algunos de los sacerdotes Atonitas que eran descendientes de José y su familia se unieron a Moisés en su misión.
Cuando entraron a Canaán, se establecieron alrededor de Shiloh y así llegaron a ser conocidos como sacerdotes Silonitas. Ellos se volvieron prominentes en la época de Ezequiel (589 AC), Onías IV (160 AC) y Jesús (4 AC).Estos eran también tiempos en los que los Esenios eran activos.
Los Esenios de Qumrán, basados en los sacerdotes Silonitas, llegaron a tener un judaísmo mucho más puro que rechazaba el sacrificio de animales, ídolos, amuletos y la sepultura con los bienes terrenales que fueron introducidos en el judaísmo del resto de los israelitas. Durante el Éxodo, estos sacerdotes eran pro-Moisés y contra los sacerdotes de Aarón.
Es probable que los sacerdotes de Aarón, que se descarriaron en la idolatría del becerro de oro (la diosa egipcia Hathor) mientras Moisés estaba en la montaña, pueden haber sido responsables de la reintroducción de otra práctica egipcia de sacrificio de holocausto, prohibido por el atonismo. En el Monte Sinaí, Dios le dio a Moisés el primer juego de tablas para presentar a los hebreos.
Sin embargo, cuando él bajó de la montaña y vio cómo el pueblo había caído en la idolatría, se dio cuenta de que no estaban listos para lo que estaba en las tablas. Así que él rompió las tablas y volvió a subir la montaña donde Dios grabó diez simples mandamientos en un segundo juego de tablas.
¿Qué es lo que pudo haber estado en las primeras tablas? ¡Tal vez los misterios solares! En cualquier caso, los misterios fueron dictados por el boca a boca de Moisés a los sacerdotes Silonitas de los Esenios.
Muchos estudiosos están llegando a la idea de que Jesús era un miembro del movimiento esenio de Qumrán y que muchas de sus enseñanzas son similares a las enseñanzas de los Esenios.
Los Esenios y Terapeutas se consideraban a sí mismos de ser los hijos de la luz y así lo hicieron los primeros cristianos.
En la iniciación secreta de Jesús en Qumran, Robert Feather muestra cómo los descendientes de estos sacerdotes egipcios, originalmente designados en el momento de Akhenatón, podrían haber mantenido su cohesión al comienzo de la Qumran Esenios (610 AEC).
Los arqueólogos encontraron en las catacumbas de Roma un dibujo de Jesús sosteniendo una vara de poder cuando resucitaba a Lázaro de entre los muertos, que muestra que los primeros cristianos entendieron que el origen del poder de Jesús vino del sol.
La Biblia registra que justo antes de que Jesús resucitase a Lázaro, él "alzó sus ojos" al sol y oró. La vara es un símbolo de la fuerza vital, que cada Dios sol egipcio y Dioses sol de Babilonia, India y Perú se muestran empuñando en pinturas y grabados en las paredes.
Según Gene Savoy en su libro 'El Documento Essæi (Esenio): Enseñanzas Secretas de una Raza Eterna', Jesús recibió enseñanzas secretas de los Esenios, que él llama la paradosis, significando un proceso de divinización por uno se hacía inmortal. Savoy insinúa que el mirar al sol (sungazing) es un factor clave en esta enseñanza secreta.
Él escribe: "Que los Essæi [Esenios] miraban el sol en esos tiempos [salida y puesta] sugiere que el sol se utilizaba como intermediario por el cual los hombres de la tierra estaban unidos por ‘cuerdas de luz’ con el cielo... y eran nutridos en una divina comida de la que los ángeles se alimentaban..."
Él escribe: "Que los Essæi [Esenios] miraban el sol en esos tiempos [salida y puesta] sugiere que el sol se utilizaba como intermediario por el cual los hombres de la tierra estaban unidos por ‘cuerdas de luz’ con el cielo... y eran nutridos en una divina comida de la que los ángeles se alimentaban..."
Los Terapeutas creían que las almas puras eran regresadas al sol y que la luz del sol de hecho es el alimento celestial, incorruptible del alma. Las "cuerdas de luz" de Savoy que une todo el mundo puede ser pensada como una red de energía. Jesús transmitió las enseñanzas secretas de los Esenios en los misterios del sol a sus discípulos, incluyendo a María Magdalena.
Los primeros cristianos, que no estaban enterados de estas enseñanzas, en un primer momento adoraban al espíritu de Cristo en el sol, pero hacia el siglo III se sumieron en un culto a la personalidad de Jesús, que ha continuado hasta nuestros días.
Fragmentos de estas enseñanzas secretas pueden encontrarse en los rollos del Mar Muerto y en el Evangelio Esenio de la Paz, que estuvo escondido en la biblioteca del Vaticano durante siglos antes de Edmond Bordeux Szekely lo descubrió en 1928. En un fragmento de éste se nos dice: ""Y si queda después dentro de vosotros alguno de vuestros antiguos pecados e
inmundicias, buscad al ángel de la luz del sol. Quitaos vuestro calzado y
vuestras ropas y dejad que el ángel de la luz del sol abrace todo vuestro
cuerpo. Respirad entonces larga y profundamente para que el ángel de la luz
del sol os penetre.
Y el ángel de la luz del sol expulsará de vuestro cuerpo toda cosa fétida y sucia que lo mancille por fuera y por dentro. Y así saldrá de vosotros toda cosa sucia y fétida, del mismo modo que la oscuridad de la noche se disipa ante la luminosidad del sol naciente. Pues en verdad os digo que sagrado es el ángel de la luz del sol, quien limpia toda inmundicia y confiere a lo maloliente un olor agradable. Nadie a quien no deje pasar el ángel de la luz del sol podrá acudir ante la faz de Dios".
El Ángel de la Luz del Sol, es definido de la siguiente manera: ¡Arriba! ¡Asciende y gira! ¡Tú, inmortal, brillante, alígero Ángel del Sol! ¡Sobre las montañas! ¡Proyecta tú Luz sobre el mundo! Ángel del Sol, eres Fuente de Luz. Penetra las tinieblas. Abre los portales del horizonte. El Ángel del Sol, lejos de la tierra mora, más sus rayos con calor y vida nuestros días llena. El carro de la mañana trae luz del sol naciente y alegra los corazones de los hombres. El Ángel del Sol ilumina el sendero con rayos de esplendor. ¡Ángel del Sol! ¡Sobre lanza tus rayos sobre mí! ¡Que me alcancen y que me penetren! Me entrego a Ti y a Tú abrazo, Bendecido por el Fuego de la Vida. Torrente ígneo de Alegría Sagrada que de Ti hacia mí fluye. Avanzo hacia Ti, ¡Ángel del Sol! como ningún hombre puede mirar al sol con su vista, así como ningún hombre puede mirar a Dios de frente, no sea consumido por las llamas que guardan al Árbol de la Vida".
Y el ángel de la luz del sol expulsará de vuestro cuerpo toda cosa fétida y sucia que lo mancille por fuera y por dentro. Y así saldrá de vosotros toda cosa sucia y fétida, del mismo modo que la oscuridad de la noche se disipa ante la luminosidad del sol naciente. Pues en verdad os digo que sagrado es el ángel de la luz del sol, quien limpia toda inmundicia y confiere a lo maloliente un olor agradable. Nadie a quien no deje pasar el ángel de la luz del sol podrá acudir ante la faz de Dios".
El Ángel de la Luz del Sol, es definido de la siguiente manera: ¡Arriba! ¡Asciende y gira! ¡Tú, inmortal, brillante, alígero Ángel del Sol! ¡Sobre las montañas! ¡Proyecta tú Luz sobre el mundo! Ángel del Sol, eres Fuente de Luz. Penetra las tinieblas. Abre los portales del horizonte. El Ángel del Sol, lejos de la tierra mora, más sus rayos con calor y vida nuestros días llena. El carro de la mañana trae luz del sol naciente y alegra los corazones de los hombres. El Ángel del Sol ilumina el sendero con rayos de esplendor. ¡Ángel del Sol! ¡Sobre lanza tus rayos sobre mí! ¡Que me alcancen y que me penetren! Me entrego a Ti y a Tú abrazo, Bendecido por el Fuego de la Vida. Torrente ígneo de Alegría Sagrada que de Ti hacia mí fluye. Avanzo hacia Ti, ¡Ángel del Sol! como ningún hombre puede mirar al sol con su vista, así como ningún hombre puede mirar a Dios de frente, no sea consumido por las llamas que guardan al Árbol de la Vida".
En la Pistis Sophia, un antiguo evangelio suprimido durante más de mil años e ignorado por las iglesias ortodoxas, incluso después de su publicación en el siglo pasado, Jesús, después de su resurrección, profundiza en los misterios solares y cuán necesarios son para entrar en el reino del cielo:
"Vosotros habréis de buscar los misterios de la Luz, que purifican el cuerpo de la materia y lo convierten en luz refinada sumamente purificada. Amén os digo...
Me he roto en pedazos y he traído a ellos todos los misterios de la Luz, para que yo los purifique... de otra forma, ningún alma de la raza total de los hombres habrían sido salvados, y que no serían capaces de heredar el Reino de la Luz..."
De cómo se produce esta purificación es insinuado aún más en este pasaje:
"Ahora, por lo tanto, el que reciba los misterios de los bautismos, se convierten en un sabio grande y excesivamente violento fuego, y abrasará los pecados y penetrará hasta el alma secretamente y devorará todos los pecados que el falso espíritu ha hecho rápidamente".
La recepción de este fuego a través de mirar al sol con los brazos en alto en una formación de ‘Y’ o doblado en el codo y las manos hacia fuera y mirando al sol, fue llamado por los griegos "fuego en flor", porque el resplandor o la esencia del sol así canalizada quema las impurezas en el plexo solar, el cual, por cierto, está asociado con el sol y con fuego.
William Henry escribió en María Magdalena: que cuando Jesús enseñó a sus discípulos la oración del Señor, él también les enseñó esta posición de oración, que él aprendió de los egipcios, que la llamaron la posición Ka.
Moisés también lo aprendió de los egipcios y lo utilizó para invocar la luz de Dios durante la batalla de los israelitas contra los amalecitas. Significativamente, la batalla fue ganada al atardecer.
Estas ciencias espirituales y técnicas no se dieron a conocer a todos los fieles. Según la Pistis Sophia, los misterios debían ser dados solamente a aquellos iniciados que demostraron ser dignos a través de años de pruebas.
También se mantuvieron en secreto debido a la amenaza de la persecución.
¿Se inspiró Moisés en el personaje de Akenatón y en sus enseñanzas? Nada lo demuestra, aunque está claro hoy en día que los orígenes del cristianismo resultan incomprensibles sin hacer referencia a la espiritualidad egipcia.
Incluso más aún: "Según la Orden Rosacruz AMORC, ésta habría sido fundada en el antiguo Egipto por el faraón Tutmosis III (1504-1447 a.c.) quien agrupo a los Iniciados de las antiguas escuelas Osirianas en una fraternidad única.
Podéis ver éste video sobre los misterios de Osiris:
Bajo su impulso los iniciados que trabajaban entonces en escuelas de misterios con reglamentos propios e independientes, se convirtieron en una única orden regida por un solo código. Cerca de setenta años después, el faraón Amenhotep IV nacía en el palacio real de Tebas y estaba destinado a convertirse en uno de los hombres más importantes de su época. Según la AMORC fue admitido muy pronto en la Orden secreta fundada por Tutmosis III y más tarde se convertiría en su Gran Maestro. Al cabo del tiempo abandonó su antiguo nombre por el de Akhenaton, que significa "Devoto de Aton". En Egipto fue el promotor de una revolución en materia de arte, religión y cultura sin precedentes. Desafiando al clero de Amon, proclamó por primera vez que no existía más que un solo Dios, y esto en una época en la que el politeísmo estaba expandido por toda la superficie de la tierra, e hizo del disco solar el símbolo del Dios único al que veneraba. Sin embargo poco tiempo después de su muerte (1.350 A.C.) el poderoso clero de Tebas restauró el culto a Amon, pero su obra ya formaba parte de la historia. Este movimiento místico surgido en Egipto, es el que se convertirá con el transcurrir de los siglos en el Rosacrucismo.
Podéis ver éste video sobre los misterios de Osiris:
Bajo su impulso los iniciados que trabajaban entonces en escuelas de misterios con reglamentos propios e independientes, se convirtieron en una única orden regida por un solo código. Cerca de setenta años después, el faraón Amenhotep IV nacía en el palacio real de Tebas y estaba destinado a convertirse en uno de los hombres más importantes de su época. Según la AMORC fue admitido muy pronto en la Orden secreta fundada por Tutmosis III y más tarde se convertiría en su Gran Maestro. Al cabo del tiempo abandonó su antiguo nombre por el de Akhenaton, que significa "Devoto de Aton". En Egipto fue el promotor de una revolución en materia de arte, religión y cultura sin precedentes. Desafiando al clero de Amon, proclamó por primera vez que no existía más que un solo Dios, y esto en una época en la que el politeísmo estaba expandido por toda la superficie de la tierra, e hizo del disco solar el símbolo del Dios único al que veneraba. Sin embargo poco tiempo después de su muerte (1.350 A.C.) el poderoso clero de Tebas restauró el culto a Amon, pero su obra ya formaba parte de la historia. Este movimiento místico surgido en Egipto, es el que se convertirá con el transcurrir de los siglos en el Rosacrucismo.
Algunos autores del siglo XVII hacen referencia igualmente a los orígenes egipcios de la Orden Rosacruz. Así por ejemplo Michael Maier (1568-1622), filósofo y médico alemán, que sirvió como consejero de Rodolfo II de Habsburgo, en su obra "Silentium Post Clamores" publicada en Frankfurt en 1617, sitúa el origen de la "Orden und Fraternität des Rosen Creutzes" (Orden y Fraternidad de la Rosa-Cruz) en el antiguo Egipto. Según Arthur E. Waite, reconocido escritor e historiador de la Rosa-Cruz, en esta obra Maier precisa que los Rosacruces son "los sucesores de los colegios de Brahamanes hindús, de los egipcios, de los misterios de Samotracia de Orphos y de Eleusis, de los Magos de Persia, de los Pitagóricos (...)" y otros.
De igual forma en su obra Tractatus Apologeticus Integritatem Societatis de Rosae Cruce (Tratado de Apología sobre la Rectitud de la Sociedad Rosa Cruz) Robert Fludd (1574-1637), médico parecélsico, astrólogo y místico inglés, afirma que "su sabiduría [de los Rosacruces] fue extraída de los jeroglíficos egipcios, que pueden contemplarse en las pirámides de Memphys, donde los filósofos antiguos la escribieron".
Y no quisieramos acabar éste apartado sobre las relaciones entre los cultos atoniano y cristiano, sin reproducir el símbolo de la Orden Jesuita:
Y no quisieramos acabar éste apartado sobre las relaciones entre los cultos atoniano y cristiano, sin reproducir el símbolo de la Orden Jesuita:
CONCLUSIÓN UN SOL PARA LA ETERNIDAD
Akenatón no fue ni un humanista, ni una figura crística, ni un romántico humanitario, ni un místico desencarnado. No tuvo que luchar contra su pueblo, que no se rebeló contra él. Ni Akenatón ni Nefertiti fueron los apóstoles fanatizados de una religión sectaria. No emprendieron ninguna «guerra santa» contra el clero de Amón.
La pareja solar tuvo un reinado apacible, durante el cual gozó de la fidelidad habitual de los cleros, el ejército, la policía y las diversas administraciones.
Formado por maestros venerados, educados en el conocimiento de los símbolos antiguos, Akenatón es ante todo un faraón, heredero de la sabiduría egipcia.
Ésta visión de Christian Jaq, es totalmente opuesta a la de otro gran experto egiptólogo Nicholas Reeves (autor, entre otros excelentes libros, de Todo Tutankamón) al poner por escrito en su nueva obra divulgativa, Akhenaten, Egypt's false prophet (Thames & Hudson, 2001), para Reeves, Akenatón fue un 'falso profeta', un tipo manipulador que actuó en su propio provecho, para mantener y aumentar su despótico poder, y que empleó para ello medios absolutamente tiránicos, como el puro terror. Nada pues del idealista, el metafísico, el soñador Akenatón que ha querido una parte de la tradición egiptológica. Incluso las sorprendentes y delicadas imágenes del nuevo arte amarniano que muestran, rompiendo el rígido canon egipcio, al faraón en escenas de intimidad familiar, relajado e informal, besando a su mujer o acariciando a sus hijas, no serían sino propaganda política para hacer aparecer más humano al nuevo régimen y al dictador Akenatón.
Reeves compara esas estampas a las de Hitler acariciando a su perro, Stalin rellenando su pipa o el Mao beatífico de las postales.
Ésta visión de Christian Jaq, es totalmente opuesta a la de otro gran experto egiptólogo Nicholas Reeves (autor, entre otros excelentes libros, de Todo Tutankamón) al poner por escrito en su nueva obra divulgativa, Akhenaten, Egypt's false prophet (Thames & Hudson, 2001), para Reeves, Akenatón fue un 'falso profeta', un tipo manipulador que actuó en su propio provecho, para mantener y aumentar su despótico poder, y que empleó para ello medios absolutamente tiránicos, como el puro terror. Nada pues del idealista, el metafísico, el soñador Akenatón que ha querido una parte de la tradición egiptológica. Incluso las sorprendentes y delicadas imágenes del nuevo arte amarniano que muestran, rompiendo el rígido canon egipcio, al faraón en escenas de intimidad familiar, relajado e informal, besando a su mujer o acariciando a sus hijas, no serían sino propaganda política para hacer aparecer más humano al nuevo régimen y al dictador Akenatón.
Reeves compara esas estampas a las de Hitler acariciando a su perro, Stalin rellenando su pipa o el Mao beatífico de las postales.
Admite, no obstante, la
posibilidad de que Akenatón sufriera un desorden genético raro, el síndrome de
Marfan, una enfermedad que no implica desórdenes mentales ni impotencia (a
diferencia del síndrome de Froehlich, propuesto por autores anteriores, como
Aldred) pero que tiene como síntomas, entre otros rasgos que presenta el faraón
en muchas representaciones, cara larga, dedos en forma de patas de araña,
curvatura anormal del cuello y columna, elongación craneal, hipogenitalismo y
acumulación irregular de grasa subcutánea. Además, la enfermedad provoca una
falta de visión cercana a la ceguera, lo que explicaría la extraordinaria
intimidad física que muestra la familia real, la habilidad musical del rey, su
habitual uso de bastón y, last but not least, su adhesión a Atón, el disco
solar, 'quizá la única divinidad cuyo símbolo podía ver'.
Akenatón no fue un monje.
No sólo tuvo al menos seis hijas con Nefertiti y -probablemente- a Tutankamón
con una esposa secundaria, la misteriosa Kiya, sino que su harén estaba lleno
de mujeres 'expertas en una gran variedad de habilidades sexuales'. Por lo
visto, está muy acreditada egiptológicamente esa especialización de las
concubinas reales, incluyendo sadomasoquismo. Akenatón practicó el incesto con
al menos una de sus hijas -y probablemente con otras dos-, elevada a la
categoría de gran consorte.
Reeves sugiere, apoyado en
textos, que pudo haber, además de motivaciones rituales y de estrategia
política, otra razón en el cambio: un intento de asesinato del faraón a cargo
de sectores que veían lo que se les venía encima. Akenatón establece, más que
un monoteísmo, una nueva tríada divina: Atón, él mismo y su reina, Nefertiti.
Sólo el faraón y su consorte poseen las claves del nuevo culto. El pueblo ha de
adorarlos a ellos y sólo a través de ellos llega a Atón. Reeves subraya que
cualesquiera que fueran las auténticas creencias de Akenatón, 'el atonismo fue
en la práctica poco más que un instrumento pragmático de control político'.
En realidad, apunta, el dios de la religión de Akenatón era él mismo.
En realidad, apunta, el dios de la religión de Akenatón era él mismo.
Pero volvamos a nuestro autor.
Como los demás monarcas, Akenatón se preocupó exclusivamente de una cuestión: la fuente de vida. El arte amarniano es una descripción de la realeza como una fuerza sobrenatural, fuera de las normas humanas y encarnada en formas misteriosas, que escapan a la lógica y a lo razonable.
«La imagen que se destaca poco a poco de la investigación actual -escribe Claude Traunecker- es la de un soberano responsable y enérgico, un rey valiente y lógico que -y quizá ahí estuvo su error- llevó su pensamiento hasta el final; un rey que quiso restablecer un poder divino próximo a lo que era al comienzo de la historia de Egipto.»
Se puede admitir, siguiendo a B.G. Trigger, que Akenatón no pensó jamás en imponer una doctrina monoteísta, que no se proponía el menor objetivo político cuando puso en primer plano el culto de Atón, que no padecía ninguna tara psicopatológica y que era completamente apto para cumplir su misión.
Akenatón fue un soberano fuerte desde el punto de vista político. Mantuvo el poder en su absoluta realidad y fue un jefe del ejército lo mismo que sus predecesores.
Más aún, Akenatón actuó efectivamente como un rey-dios, recobrando las prerrogativas simbólicas del Antiguo Imperio. Magnificó el poder faraónico en tanto que formulación terrestre de lo divino. El disco solar era el símbolo de la creación espiritual, pero también el garantizador del poder sacralizador del rey.
Una luz para la eternidad. Es lo que resalta en la experiencia atoniana, que, en mi opinión, encaja perfectamente en el marco de la espiritualidad egipcia.
Esta dimensión de la meditación está presente en el culto de Atón. Contemplar el sol, tomando conciencia de que transmite lo divino, es un acto sagrado.
Intentar comprender la aventura amarniana exige, en cierto modo, la meditación sobre una luz que, más allá de la historia, es de orden eterno.
Como siempre, espero que os haya sido útil e interesante.
Añadido el 16/02/2016
Añadido el 16/02/2016
¿Quién es Drunvalo
Melchizedek?
Como ya he dicho en
anteriores mensajes, por naturaleza soy muy desconfiado hacia todos aquellos
personajes que se dicen portadores de un mensaje revelado en exclusiva, sea por
Dios, los dioses, criaturas extraterrestres, o ángeles, como es el caso de Drunvalo
Melquisedec.
Opino que la Verdad, en el
caso de existir tal cosa, como única verdad, ha de ser evidente para todos, por
ejemplo, una tormenta eléctrica, una puesta de sol, una alta montaña, un árbol
grandioso, están ahí, ante nuestros sentidos y conocimiento de forma evidente.
Podemos interpretarlos de formas diversas, para uno será una manifestación del
martillo de Thor, para otros un lugar sagrado, para la mayoría quizás tan sólo
algo hermoso, o magnífico, incluso puede
que para unos pocos sea algo terrorífico y amenazador, pero está ahí.
Las “revelaciones” de
Drunvalo, suelen ser de otro tipo, hay que entrar en su terreno de juego para
poder aceptarlas. Ciertamente, muchas de las cosas que explica se basan en conocimientos
tradicionales, la geometría sagrada, por ejemplo y demuestra un profundo
conocimiento de ella, especialmente en lo que hace referencia a la “Flor de la Vida”, símbolo al que algún día
no muy lejano debería dedicar una entrada en éste blog. Pero en otros campos…
bueno… hay quien lo califica de fraude…
de charlatan… de embaucador… incluso de pesetero, es decir de aprovecharse económicamente
de sus incautos seguidores, como tantos y tantos otros “gurus” del supermercado
de la Nueva Era. Por mi parte, no tengo una opinión formada, sólo el
escepticismo y la desconfianza que señalaba en la introducción.
Justo cuando acababa la
tercera parte de “Desvelando a Akhenaton” recordé que en alguna parte de la
obra de Drunvalo “El antiguo secreto de la flor de vida” volumen 1, el autor
hacía algunas referencias a Akhenaton y hacia ellas me dirigí para cotejarlas
con las que exponía en el trabajo.
A pesar de muchas discrepancias,
creo que el lector se merece conocerlas y juzgarlas por si mismo. Debo dejar
constancia una vez más, de que no las comparto, no puedo decir que en general –alguna
cosa si debe de considerarse-, pero por lo menos si en su mayoría.
También quisiera, hacer
una introducción al personaje, tomada de uno de sus fervientes seguidores.
Tomado del Libro “La 4ta. Dimensión”
de Bob Frissell
Tomado del Libro “La 4ta. Dimensión”
de Bob Frissell
Permítaseme que empiece
por hablar del tataratatarabuelo de Drunvalo, Machiavinda Melchizedek.
Machiavinda fue el personaje destinado por el Centro galáctico para habitar
entre nosotros. Él ha estado aquí desde el mismo momento en que fuimos creados.
La Gran Fraternidad Blanca y lo que podría llamarse la Gran Fraternidad Oscura, son dos cuerpos de conciencia que se oponen el uno al otro en todas las formas imaginables. Machiavinda pertenecía a la Gran Fraternidad Blanca. Esta Fraternidad hace todo cuanto está a su alcance para lograr nuestra evolución, mientras que la Gran Fraternidad Oscura intenta inducimos al temor, y retrasar nuestra evolución.
Las fuerzas de estas dos fraternidades procuran equilibrarse, la una a la otra, de forma que la evolución tenga lugar en su justo momento, ni demasiado pronto ni 'demasiado tarde. Visto desde una elevada perspectiva -desde la cuarta dimensión, o desde otra más elevada- este equilibrio no es más que unidad de conciencia. Las dos fraternidades son dos aspectos diferentes del Uno, que trabajan armónicamente. Nosotros, en la dimensión en que nos movemos, nos encontramos sometidos a la conciencia de la polaridad, que lo ve todo en términos de bien y mal. El mal puede realizar cosas perniciosas y aterradoras pero, a nivel de polaridad de conciencia, todo cuanto pueda llegar a realizar no es otra cosa que simples lecciones.
Debido a los asombrosos acontecimientos sucedidos en 1972 (más adelante, dedicaré todo un capítulo a tales hechos), la Gran Fraternidad Oscura que, además, sabía lo que iba a acontecer, alistó a cuatro miembros adicionales procedentes de la constelación de Orión, mientras que la Gran Fraternidad Blanca envió, a su vez, otros cuatro miembros, para contrarrestar la acción de sus adversarios. Drunvalo fue uno de ellos. Se le escogió debido a su larga experiencia en la Orden de Melchizedek, en el ámbito de la decimotercera dimensión. Había pertenecido a ella casi desde el principio, es decir, desde el equivalente a mil millones de años terrestres. Apenas si sabía lo que era la conciencia de la polaridad y, precisamente por ello, por su gran inocencia, se le envió a nuestro mundo.
Drunvalo era lo que se puede entender como un «figurante». Otra persona ocupaba su cuerpo hasta que él mismo se encontrase preparado para utilizarlo. A esa otra persona se le proporcionó un cierto entrenamiento y preparación que, posteriormente, fueron utilizados por Drunvalo. Todo esto se realizó de común acuerdo. Según las leyes universales del más alto nivel, es ilegal apoderarse de un cuerpo de forma irregular. Así pues, a la persona que prestó su cuerpo para que fuera ocupado posteriormente por Drunvalo se le concedió algo muy especial. Drunvalo no dijo de que se trataba específicamente.
Drunvalo puede recordar prácticamente cada minuto de su recorrido a través de todas las dimensiones por las que tuvo que pasar, desde la decimotercera en que se encontraba, hasta llegar a la tercera en que nos hallamos nosotros. No obstante, y de forma premeditada, quiso correr un velo sobre la memoria de su decimotercera dimensión. Según él, resultaba sumamente penoso acordarse, en nuestra dimensión, de lo que había vivido en aquella de la que procedía. No hay manera de que uno pueda existir en este mundo tridimensional, acordándose plenamente de lo que es aquella decimotercera dimensión. Recuerda, no obstante, que encontrándose en aquella dimensión su padre le pidió que viniera a nuestro mundo, y también recuerda el módulo en el que se le lanzó al Gran Vacío, es decir, a la dimensión, o espacio sideral, que debía atravesar para llegar hasta nosotros.
Durante mucho tiempo tuvo que dirigir su módulo, a través del Gran Vacío. No puede calcular cuánto duraría esa travesía medida en nuestro tiempo, pero constituyó un lapso sumamente largo, tal vez millones de años. Siguió moviéndose a través de ese vacío, hasta que de nuevo apareció la luz, y pudo llegar al fin en el momento y al lugar exactos en que había de encontrarse con Machiavinda. De aquí, y atravesando el centro de una nebulosa, llegó a la estrella central de la constelación de Orión. Esta estrella es una de las primeras, llamadas estrellas-puerta, que permiten el acceso a otros niveles dimensionales. Por ejemplo, en nuestra galaxia existen trece diferentes estrellas-puerta; pero la que se encuentra en el centro del cinturón de Orión es de un tipo muy especial. En esta clase de estrellas-puerta actúan conjuntamente una luz inmensa con una inmensa oscuridad. Muchos de los Grises proceden, precisamente, de esta parte de la galaxia.
Tras cruzar el cinturón de Orión, Drunvalo se dirigió a las Pléyades. Su meta era un planeta concreto de la cuarta dimensión, envuelto en una atmósfera verde. En ese planeta él carecía de forma, pero podía mantenerse totalmente consciente; o, para decirlo con otras palabras, su forma era una especie de bola de luz. Se introdujo en el cuerpo de un bebé y se mantuvo en él durante quince años terrenales. Pronto quedó informado de que las Pléyades tenían una universidad galáctica. Sus habitantes moraban en los supertonos más elevados de la cuarta dimensión, y todo su aprendizaje se realizaba de forma placentera y alegre, puesto que todas las materias se enseñaban utilizando juegos.
Una vez que Drunvalo aprendió todo lo que necesitaba saber en las Pléyades, voló al tercer planeta de Sirio B. Este mundo es casi todo él océano. Los habitantes de Sirio pertenecen también a la cuarta dimensión, pero en un supertono inferior al existente en las Pléyades. No experimentan el placer ni la alegría en el mismo grado que los pleyadianos. En este planeta acuático Drunvalo carecía de cuerpo, siendo pura conciencia. Su existencia se resolvió al unirse a un gran ser, a una ballena orea hembra. Nadó con esta ballena durante casi un año, y mientras vivió con ella, la ballena le contó la historia de la Tierra, ya que ella poseía dentro de sí todo el registro memorístico del planeta. Este feliz interludio concluyó cuando se presentaron tres humanoides pleyadianos, de cuatro a seis metros de altura, y le hicieron saber que su tiempo allí había concluido. Le llevaron a la parte sólida del planeta y le proporcionaron un cuerpo, perfectamente acabado, de varón adulto de Sirio (Drunvalo destaca que los seres, en la mayoría de los lugares de la galaxia, no dejan que sus cuerpos físicos se deterioren, como nos sucede a nosotros). En ese cuerpo se había instalado previamente una memoria celular, que le permitiría conocer el manejo de la aeronave que se le había destinado para su nueva expedición.
Drunvalo, con una tripulación de 350 miembros, se introdujo en esta aeronave de Sirio que disponía de un modelo de vuelo espacial con destino a la Tierra. El itinerario espacial estaba concebido para que se volase desde Sirio B directamente hacia Sirio A. Al sintonizar el cuerpo de forma sucesiva con las vibraciones solares, el calor solar deja de ser «calor», y las radiaciones no producen la menor molestia. En noventa segundos se encontraron fuera del ámbito de nuestro Sol, gracias a la íntima conexión que tenemos con Sirio. Utilizando este sistema de vuelo, Drunvalo y su tripulación alcanzaron el campo gravitacional de Venus, planeta en el que vive la raza de los Hathor, la más avanzada de nuestro sistema solar.
Tras algunas aventuras vividas en la realidad dimensional de Venus (los viajeros se encontraron con lluvias torrenciales de ácido sulfúrico) llegaron a la Tierra, entrando en un supertono más elevado que nuestro nivel dimensional, lo que les permitió hacerse invisibles para nosotros. Drunvalo abandonó entonces su cuerpo sírico, convirtiéndose en una bola de energía luminosa. Esta transformación la sintió como un cambio en su conciencia; dicho de otro modo, fue algo fácil si se compara con el cambio que habría de dar posteriormente para entrar en la tosquedad de la conciencia de la polaridad. Así pues, se introdujo en el cuarto nivel dimensional de la Tierra, y desde allí fue investigando las posibilidades de vida existentes en los distintos niveles. No encontró nada en el cuarto nivel. El quinto era incluso un estado de vacío más absoluto que el anterior. Finalmente, encontró a los maestros en el décimo, undécimo y duodécimo supertonos de la sexta dimensión. Allí se unió a ellos y estuvo recibiendo sus enseñanzas desde el año 1819 al año 1850.
En 1850 nació como mujer en la tribu Taos de Nuevo México. Siguió viviendo en ese cuerpo de mujer durante cuarenta años, y en 1890 lo abandonó de forma voluntaria y consciente, por el método de suspender la respiración. Regresó al nivel de la sexta dimensión, en la que permaneció hasta 1972
En el mes de abril de 1972, Drunvalo tomó su cuerpo actual. El proceso se llevó a cabo por medio del proceso respiratorio. El espíritu parte con la expiración y Drunvalo inspira. Eso es todo; un proceso que se realiza de una forma limpia y legal. Los dos espíritus han estado comunicándose durante un lapso de siete a nueve años antes de que se produzca este cambio; lo han solicitado y han obtenido permiso para llevarlo a cabo en todos los niveles.
Drunvalo no cuenta todas estas experiencias para demostrar con ellas que es un ser especial. Al contrario, pretende que todo eso le sirva a usted como recordatorio de lo verdaderamente especial que es usted. Considere, por ejemplo, la posibilidad de que también usted es un maestro de alto nivel, que se encuentra aquí para llevar a cabo una tarea concreta. Piense también que, a fin de poder llevar a cabo adecuadamente su trabajo, es necesario que se comporte de la forma más humana posible; es decir, que si bien tiene necesidad de dormir y de olvidar, también, y al mismo tiempo, se le estará recordando su auténtica naturaleza. De este modo, usted ya ha realizado la primera parte del proyecto, de modo perfecto. Ahora le llega el tumo de emprender la segunda parte.
Drunvalo puede recordar, y ésta es la diferencia. Se encuentra aquí como un catalizador para proporcionamos cuanto nos sea necesario para la llamada de nuestro verdadero despertar.
La Gran Fraternidad Blanca y lo que podría llamarse la Gran Fraternidad Oscura, son dos cuerpos de conciencia que se oponen el uno al otro en todas las formas imaginables. Machiavinda pertenecía a la Gran Fraternidad Blanca. Esta Fraternidad hace todo cuanto está a su alcance para lograr nuestra evolución, mientras que la Gran Fraternidad Oscura intenta inducimos al temor, y retrasar nuestra evolución.
Las fuerzas de estas dos fraternidades procuran equilibrarse, la una a la otra, de forma que la evolución tenga lugar en su justo momento, ni demasiado pronto ni 'demasiado tarde. Visto desde una elevada perspectiva -desde la cuarta dimensión, o desde otra más elevada- este equilibrio no es más que unidad de conciencia. Las dos fraternidades son dos aspectos diferentes del Uno, que trabajan armónicamente. Nosotros, en la dimensión en que nos movemos, nos encontramos sometidos a la conciencia de la polaridad, que lo ve todo en términos de bien y mal. El mal puede realizar cosas perniciosas y aterradoras pero, a nivel de polaridad de conciencia, todo cuanto pueda llegar a realizar no es otra cosa que simples lecciones.
Debido a los asombrosos acontecimientos sucedidos en 1972 (más adelante, dedicaré todo un capítulo a tales hechos), la Gran Fraternidad Oscura que, además, sabía lo que iba a acontecer, alistó a cuatro miembros adicionales procedentes de la constelación de Orión, mientras que la Gran Fraternidad Blanca envió, a su vez, otros cuatro miembros, para contrarrestar la acción de sus adversarios. Drunvalo fue uno de ellos. Se le escogió debido a su larga experiencia en la Orden de Melchizedek, en el ámbito de la decimotercera dimensión. Había pertenecido a ella casi desde el principio, es decir, desde el equivalente a mil millones de años terrestres. Apenas si sabía lo que era la conciencia de la polaridad y, precisamente por ello, por su gran inocencia, se le envió a nuestro mundo.
Drunvalo era lo que se puede entender como un «figurante». Otra persona ocupaba su cuerpo hasta que él mismo se encontrase preparado para utilizarlo. A esa otra persona se le proporcionó un cierto entrenamiento y preparación que, posteriormente, fueron utilizados por Drunvalo. Todo esto se realizó de común acuerdo. Según las leyes universales del más alto nivel, es ilegal apoderarse de un cuerpo de forma irregular. Así pues, a la persona que prestó su cuerpo para que fuera ocupado posteriormente por Drunvalo se le concedió algo muy especial. Drunvalo no dijo de que se trataba específicamente.
Drunvalo puede recordar prácticamente cada minuto de su recorrido a través de todas las dimensiones por las que tuvo que pasar, desde la decimotercera en que se encontraba, hasta llegar a la tercera en que nos hallamos nosotros. No obstante, y de forma premeditada, quiso correr un velo sobre la memoria de su decimotercera dimensión. Según él, resultaba sumamente penoso acordarse, en nuestra dimensión, de lo que había vivido en aquella de la que procedía. No hay manera de que uno pueda existir en este mundo tridimensional, acordándose plenamente de lo que es aquella decimotercera dimensión. Recuerda, no obstante, que encontrándose en aquella dimensión su padre le pidió que viniera a nuestro mundo, y también recuerda el módulo en el que se le lanzó al Gran Vacío, es decir, a la dimensión, o espacio sideral, que debía atravesar para llegar hasta nosotros.
Durante mucho tiempo tuvo que dirigir su módulo, a través del Gran Vacío. No puede calcular cuánto duraría esa travesía medida en nuestro tiempo, pero constituyó un lapso sumamente largo, tal vez millones de años. Siguió moviéndose a través de ese vacío, hasta que de nuevo apareció la luz, y pudo llegar al fin en el momento y al lugar exactos en que había de encontrarse con Machiavinda. De aquí, y atravesando el centro de una nebulosa, llegó a la estrella central de la constelación de Orión. Esta estrella es una de las primeras, llamadas estrellas-puerta, que permiten el acceso a otros niveles dimensionales. Por ejemplo, en nuestra galaxia existen trece diferentes estrellas-puerta; pero la que se encuentra en el centro del cinturón de Orión es de un tipo muy especial. En esta clase de estrellas-puerta actúan conjuntamente una luz inmensa con una inmensa oscuridad. Muchos de los Grises proceden, precisamente, de esta parte de la galaxia.
Tras cruzar el cinturón de Orión, Drunvalo se dirigió a las Pléyades. Su meta era un planeta concreto de la cuarta dimensión, envuelto en una atmósfera verde. En ese planeta él carecía de forma, pero podía mantenerse totalmente consciente; o, para decirlo con otras palabras, su forma era una especie de bola de luz. Se introdujo en el cuerpo de un bebé y se mantuvo en él durante quince años terrenales. Pronto quedó informado de que las Pléyades tenían una universidad galáctica. Sus habitantes moraban en los supertonos más elevados de la cuarta dimensión, y todo su aprendizaje se realizaba de forma placentera y alegre, puesto que todas las materias se enseñaban utilizando juegos.
Una vez que Drunvalo aprendió todo lo que necesitaba saber en las Pléyades, voló al tercer planeta de Sirio B. Este mundo es casi todo él océano. Los habitantes de Sirio pertenecen también a la cuarta dimensión, pero en un supertono inferior al existente en las Pléyades. No experimentan el placer ni la alegría en el mismo grado que los pleyadianos. En este planeta acuático Drunvalo carecía de cuerpo, siendo pura conciencia. Su existencia se resolvió al unirse a un gran ser, a una ballena orea hembra. Nadó con esta ballena durante casi un año, y mientras vivió con ella, la ballena le contó la historia de la Tierra, ya que ella poseía dentro de sí todo el registro memorístico del planeta. Este feliz interludio concluyó cuando se presentaron tres humanoides pleyadianos, de cuatro a seis metros de altura, y le hicieron saber que su tiempo allí había concluido. Le llevaron a la parte sólida del planeta y le proporcionaron un cuerpo, perfectamente acabado, de varón adulto de Sirio (Drunvalo destaca que los seres, en la mayoría de los lugares de la galaxia, no dejan que sus cuerpos físicos se deterioren, como nos sucede a nosotros). En ese cuerpo se había instalado previamente una memoria celular, que le permitiría conocer el manejo de la aeronave que se le había destinado para su nueva expedición.
Drunvalo, con una tripulación de 350 miembros, se introdujo en esta aeronave de Sirio que disponía de un modelo de vuelo espacial con destino a la Tierra. El itinerario espacial estaba concebido para que se volase desde Sirio B directamente hacia Sirio A. Al sintonizar el cuerpo de forma sucesiva con las vibraciones solares, el calor solar deja de ser «calor», y las radiaciones no producen la menor molestia. En noventa segundos se encontraron fuera del ámbito de nuestro Sol, gracias a la íntima conexión que tenemos con Sirio. Utilizando este sistema de vuelo, Drunvalo y su tripulación alcanzaron el campo gravitacional de Venus, planeta en el que vive la raza de los Hathor, la más avanzada de nuestro sistema solar.
Tras algunas aventuras vividas en la realidad dimensional de Venus (los viajeros se encontraron con lluvias torrenciales de ácido sulfúrico) llegaron a la Tierra, entrando en un supertono más elevado que nuestro nivel dimensional, lo que les permitió hacerse invisibles para nosotros. Drunvalo abandonó entonces su cuerpo sírico, convirtiéndose en una bola de energía luminosa. Esta transformación la sintió como un cambio en su conciencia; dicho de otro modo, fue algo fácil si se compara con el cambio que habría de dar posteriormente para entrar en la tosquedad de la conciencia de la polaridad. Así pues, se introdujo en el cuarto nivel dimensional de la Tierra, y desde allí fue investigando las posibilidades de vida existentes en los distintos niveles. No encontró nada en el cuarto nivel. El quinto era incluso un estado de vacío más absoluto que el anterior. Finalmente, encontró a los maestros en el décimo, undécimo y duodécimo supertonos de la sexta dimensión. Allí se unió a ellos y estuvo recibiendo sus enseñanzas desde el año 1819 al año 1850.
En 1850 nació como mujer en la tribu Taos de Nuevo México. Siguió viviendo en ese cuerpo de mujer durante cuarenta años, y en 1890 lo abandonó de forma voluntaria y consciente, por el método de suspender la respiración. Regresó al nivel de la sexta dimensión, en la que permaneció hasta 1972
En el mes de abril de 1972, Drunvalo tomó su cuerpo actual. El proceso se llevó a cabo por medio del proceso respiratorio. El espíritu parte con la expiración y Drunvalo inspira. Eso es todo; un proceso que se realiza de una forma limpia y legal. Los dos espíritus han estado comunicándose durante un lapso de siete a nueve años antes de que se produzca este cambio; lo han solicitado y han obtenido permiso para llevarlo a cabo en todos los niveles.
Drunvalo no cuenta todas estas experiencias para demostrar con ellas que es un ser especial. Al contrario, pretende que todo eso le sirva a usted como recordatorio de lo verdaderamente especial que es usted. Considere, por ejemplo, la posibilidad de que también usted es un maestro de alto nivel, que se encuentra aquí para llevar a cabo una tarea concreta. Piense también que, a fin de poder llevar a cabo adecuadamente su trabajo, es necesario que se comporte de la forma más humana posible; es decir, que si bien tiene necesidad de dormir y de olvidar, también, y al mismo tiempo, se le estará recordando su auténtica naturaleza. De este modo, usted ya ha realizado la primera parte del proyecto, de modo perfecto. Ahora le llega el tumo de emprender la segunda parte.
Drunvalo puede recordar, y ésta es la diferencia. Se encuentra aquí como un catalizador para proporcionamos cuanto nos sea necesario para la llamada de nuestro verdadero despertar.
El Rescate de la
Conciencia Humana
La Vida de Akenatón: Un
Destello Brillante de Luz
Durante un periodo corto
de tiempo de 17 años y medio, apareció un destello brillante de luz, despuésdesapareció
nuevamente. Y ese destello brillante de luz blanca es lo que salvó nuestras
vidas espirituales.
Comenzó aproximadamente en
el 1500 A.C., cuando prevalecía la adoración y las discusiones sobre tantos dioses.
Los maestros ascendidos decidieron finalmente que se tenía que hacer algo.
Eligieron un plan. Thoth me contó la siguiente historia.
En el primer paso,
decidieron traer a un verdadero ser con conciencia Crística, en un cuerpo real
de conciencia Crística, para que pudiéramos poner en los registros akáshicos el
recuerdo de lo que significaba la conciencia Crística. Se había perdido en la
caída. Este cuerpo de conciencia Crística sería mucho más alto que los del
planeta en ese tiempo. Este sería un ejemplo a seguir para las personas de la
Tierra. Esa fue la primera parte del plan. Este era un paso muy osado y lo
lograron.
Los maestros ascendidos
habían decidido que la persona con conciencia Crística debería convertirse en
rey de Egipto. Con el fin de hacer esto, tenían que romper las reglas, y me refiero
a todas ellas. Lo que hicieron fue acercarse al rey de ese periodo, Amenotep II
y pedirle un favor.
Thoth simplemente entró físicamente a la habitación, caminó
directamente hacia él y dijo "Mira, yo soy Thoth, lo que estoy seguro que
fue muy difícil de creer para el rey. Para ese momento los Egipcios
probablemente pensaban que todos esos neters en sus historias eran seres
míticos. Pero aquí está parada una persona real que era uno de los neters.
Thoth dijo, "Tenemos un serio
problema aquí en Egipto y necesito de tu ayuda."
De alguna forma Thoth
logró que Amenotep II hiciera algo que ningún rey Egipcio hubiera hecho jamás.
El hijo de Amenotep estaba a punto de volverse rey y Thoth dijo, “Quiero que tu
hijo no se convierta en rey; quiero poner un linaje externo en el trono de
Egipcio.” Amenotep II accedió a hacerlo. Debe haber sido una experiencia
sumamente profunda. No se lo que habrá hecho Thoth, probablemente entró
brillando o levitando o algo parecido. Pero hizo algo para convencer al rey de
que era necesario. Una vez que recibieron el permiso del rey, tuvieron que
crear realmente el cuerpo viviente, lo que no fue fácil.
Creando los Cuerpos de
Akenatón, después Nefertiti ¿Entonces cómo hicieron esto? Fueron con Ay y Tiya
- que eran mucho muy viejos, sin importar como lo vean, y les dijeron, "Quisiéramos que tuvieran un bebé."
Tenían que recurrir a alguien que fuera inmortal, para obtener los genes inmortales,
porque ellos tienen una cuenta diferente de cromosomas, 46 + 2 en lugar de 44 +
2. Ay y Tiya aceptaron y tuvieron un bebé. El bebé le fue entregado a
Amenotep II para
convertirse en el próximo rey.
Entonces el pequeño creció
y se convirtió en rey. El se volvió Amenotep III, que después se unió; no estoy
seguro si física o interdimensionalmente, y no sé con quién, pero tenía que
haberse unido con alguien que tuviera los niveles de cromosomas superiores. En
cualquier caso, su hijo fue conocido como Amenotep IV y para ese bebé tenían
planes especiales. Ese bebé, Amenotep IV, tiene un nombre más popular, ustedes
lo conocen como Akenatón.
Mientras tanto, Ay y Tiya
esperaron una generación y después tuvieron otro bebé. Este bebé fue una niña
cuyo nombre era Nefertiti. Nefertiti creció con Akenatón y se casaron. En
realidad
eran hermano y hermana,
porque tenían la misma línea sanguínea. La historia de Osiris es similar -
hermano y hermana casándose y convirtiéndose en una nueva posibilidad en la
vida. Entonces estas dos personas crecieron y se convirtieron en el rey y la
reina de Egipto.
La Nueva Norma y el Dios
Único
Durante un tiempo,
Amenotep III y su hijo Akenatón gobernaron juntos el país, dos reyes al mismo
tiempo, rompiendo nuevamente las reglas. Mientras tanto, construyeron una gran
ciudad nueva llamada Tel el Amarna en el centro exacto de Egipto. Todavía no
sabemos cómo la ubicaron en el centro exacto. Akenatón puso una piedra allí que
dice, "Este es el centro del país." Hoy no podríamos haberlo hecho
mejor desde un satélite. Esto te hace preguntarte quiénes eran estas personas
que podáin localizar con tanta precisión, el centro de un país de cientos de millas de
largo. Es bastante asombroso. Construyeron toda una ciudad con piedras blancas.
Era hermosa, como de la
era espacial.
Akenatón y su padre
gobernaron simultáneamente el país durante un tiempo desde dos lugares, desde Thebas
y desde Tel el Amarna. El padre renunció al trono mientras todavía estaba vivo,
lo que rompe nuevamente las reglas, y le otorgó el país a Akenatón, que
entonces se convirtió en el primer faraón de Egipto.
Antes de Akenatón no había
faraones, solo reyes. Faraón significa aquello en lo que te convertirás. En
otras palabras, estaban mostrándole a la gente en lo que se convertirían en el
futuro. Akenatón, Nefertiti y sus hijos no eran exactamente humanos.
El propósito principal de Akenatón
era deshacer todas las religiones ocultas y llevar al país de vuelta hacia una
sola religión que creyera que había simplemente un Dios. En ese momento todas
las personas estaban adorando estatuas, por lo que estaban acostumbradas a
creer en cosas. Akenatón tenía que darles algo que pudieran ver para creer en
ello, por lo que les dio la imagen del Sol como Dios, porque esta imagen era
algo que no podían volver a poner en sus altares.
Existía otra razón para
darles la imagen del Sol. El les dijo que el ailento de vida, el prana, provenía
del Sol.
Esto es verdad en los
términos del pensamiento tridimensional, aunque el prana realmente está en
todas partes -existen cantidades infinitas de prana en cualquier punto. Debido
a que el prana también proviene del Sol, esta imagen muestra los rayos bajando;
y dos de los rayos son pequeños anks, que los rayos están sosteniendo sobre la
nariz, hacia el aliento, mostrando que la vida eterna proviene de la
respiración.
En esta misma imagen
también se ve un loto, la flor nacional de la Atlántida. Fueron los Naacales
los que llevaron el loto a la India. En los escritos Sánscritos Hindúes, se
habla de los Naacales y todavía se habla de ellos en los tiempos modernos.
Llegaron mucho antes que Buda y estuvieron allí durante los tiempos Budistas.
Noten que Akenatón, la
figura principal, tiene un cuello largo y delgado, manos delgadas, una cintura
alta, muslos anchos y pantorrillas delgadas. La explicación egipcia usual es
que tenía una enfermedad y era deforme, por supuesto, también lo era Nefertiti
y todas sus hijas. (Evidentemente todos tenían la misma enfermedad.) Yo creo
algo muy diferente.
El Reino de la Verdad, que
Representa una Genética Diferente
Además de volver
nuevamente monoteísta a la religión, Akenatón también dijo, "En esta nueva
religión, no vamos a tener más mentiras, no más falsedades. Y vamos a cambiar
nuestro arte para que refleje la verdad total." Así que durante la
Dieciochoava Dinastía, nunca antes y nunca después, hubo una forma de arte totalmente
único. Los artistas fueron instruidos para esculpir o pintar las cosas, tal
como las veían sus ojos, como una fotografía. Y comenzaron un arte que se veía
realista en lugar de estilizado, como había sido antes.
Es importante recordar
esto cuando están observando arte de la Dieciochoava Dinastía, porque eso
significa que lo que sea que vean, es exactamente lo que vio el artista. No se
les permitía mentir.
Este asunto sobre la
verdad fue llevado a tal extremo, que ni siquiera se les permitía usar ropa,
porque usar ropa era esconderse y esa era una forma de mentir. No se le
permitió a nadie usar ropa durante la Dieciochoava Dinastía, excepto para
propósitos ceremoniales u otros especiales.
Maat. Tiene
una pluma en la parte superior de su cabeza. Ella se convirtió en uno de los
neters más importantes en esta nueva religión, debido a su nombre, que se
traduce
como verdad o veracidad. Ella
era el asunto importante en todo. Todo tenía que ser absolutamente verdadero y
no debía haber distorsiones, ni mentiras, para que todo pudiera volver al
enfoque. Esta fue una parte importante de las enseñanzas de Akenatón.
Esta es una estatua de
Akenatón en el Museo del Cairo .
Akenatón media 14 ½ pies
de alto, sin contar con su tocado. Cuando me paré
junto a esto, la parte
superior de mi cabeza le llegaba a la parte más ancha de sus caderas. Nefertiti
medía diez pies y algo más. Ella era realmente pequeña para su raza. Las hijas
también eran muy altas. Esto es de acuerdo con Thoth. Recientemente ha llegado
evidencia sólida de esto a manos oficiales y no saben que hacer al respecto.
Encontraron dos sarcófagos en Tel el
Amarna, la ciudad de Akenatón. Uno de los sarcófagos tenía la Flor de la Vida
grabada directamente sobre la cabeza de la momia que estaba dentro y el segundo
sarcófago contenía los huesos de un niño de siete años, ¡pero tenía ocho pies
de altura! Ese sarcófago está ubicado en
el sótano del Museo del Cairo en este momento, o cuando menos probablemente esté. Es la única
prueba real hasta ahora de cómo se veían estos cuerpos. De acuerdo a las enseñanzas
de Thoth, esta estatua de Akenatón es exactamente como él se veía, como si le
hubieran tomado una fotografía.
Este es un busto de Nefertiti
Cálculos matemáticos para la elaboración de la belleza ideal según el cánon de la época de Amarna
que fue encontrado en Tel el Amarna. Ya casi no queda nada de esa
ciudad. En algún momento la ciudad fue desmantelada ladrillo por ladrillo y
esparcida por todo el
mundo. Los Egipcios no querían que ustedes supieran que Akenatón y Nefertiti
habían vivido alguna vez.
La única razón por la que
lo sabemos, es porque enterraron algunas cosas en habitaciones muy profundas
bajo la tierra, que las personas del pasado no encontraron. Este busto fue
encontrando allí. Muchas
personas piensan que Nefertiti era una mujer hermosa, pero no se dan cuenta de
que era extremadamente alta y que su cuerpo era muy inusual en cierta forma.
Fisiológicamente, esos
cuerpos son inmensamente diferentes a los cuerpos humanos. Existen todo tipo de
diferencias, diferencias cerebrales y otras cosas inusuales. Por ejemplo,
tienen dos corazones. La única razón por la que nosotros tenemos un corazón, es
porque tenemos un sol. Pero estos son seres Sirianos, realmente eran miembros
de los 32 seres que estaban alrededor de la flama original, y sus cuerpos son
de la estrella de Sirio. El sistema estelar de Sirio tiene dos estrellas, Sirio
A y Sirio B. Es un sistema binario, como son la gran mayoría de los sistemas
estelares. Y en esos sistemas las formas de vida tienen dos corazones. Si hay solamente
un sol, las formas de vida tienen un corazón. (Si hay más de dos estrellas en
el sistema, seguirán teniendo dos corazones.)
Este es el Rey Tut, quien asumió el poder directamente después de que Akenatón fue depuesto.
El Rey Tut solo tenía dieciocho años cuando se convirtió en rey. Nadie sabe con certeza de donde
provino. La transparencia dice que era un yerno de Nefertiti y Akenatón, casado
con su hija. El era parte de este linaje obviamente, aunque su cráneo no parece
tan grande. Pero tiene las orejas grandes. De acuerdo con Thoth, se le permitió
tomar el poder al Rey Tut durante solo un año. El gobernó durante la transición
entre Akenatón y la siguiente fase. El Rey Tut estaba en comunicación
telepática con Nefertiti, mientras ella dirigía el país a través de él durante
ese año. Ella se estaba escondiendo.
Memoria: La Llave de la
Inmortalidad
Podrían preguntarse ahora,
si Akenatón y otros eran inmortales, ¿entonces por qué están muertos? Les daré
la definición de inmortalidad desde el punto de vista Melchizedek y espero que
esto ayude. Alguien más puede tener una definición diferente, Pero esto es lo
que yo siento. La inmortalidad no tiene nada que ver con vivir en el mismo
cuerpo para siempre. De todas formas vivirán por siempre; siempre han estado
vivos y siempre lo estarán, pero puede que no estén conscientes durante todo el
tiempo. La definición desde nuestro punto de vista tienen que ver con la memoria.
Cuando se vuelven inmortales, alcanzan el punto en donde su memoria permanece
intacta a partir de allí. En otras palabras, son conscientes a partir de ese
momento, sin ningún lapso de inconsciencia. Esto significa que se quedan en el
cuerpo tanto
tiempo como quieran y
cuando quieren dejarlo, lo dejan.
Permanecer en un solo
cuerpo para siempre sería una prisión o una trampa, porque esto significaría que no podrían irse. Puede haber
una razón para dejar ese cuerpo y en algún momento se darán cuanta de que quieren
ir más lejos de donde sea que se encuentren. Esta es la definición de vida
eterna: Visto con simpleza, tienen una memoria continua e intacta.
Vamos de vuelta ahora a lo
que pasó después de que Akenatón fue destronado. Con el fin de llevar al país de
vuelta hacia las viejas formas, que es lo que querían hacer, el país pasó a un
estado de transición. Las personas que se convirtieron en el rey y la reina
directamente después de él, son algo casi cómico, dejaron que Ay y Tiya tomaran
el poder del país. Tenemos una larga demora de tiempo aquí, entonces se
convirtieron en el rey y la reina. Está escrito en los registros. Gobernaron
durante treinta años más o menos y después le dieron el poder a Seti I quien se
convirtió en el primer rey de la Decimonona Dinastía. Él cambió todo inmediatamente
de vuelta hacia la vieja forma, borró todo y llamó a Akenatón con el mismo
nombre que llamaron a Jesús - "el criminal". Lo llamó el peor rey que
hubiera vivido debido a su enseñanza de que solo existía un solo Dios.
¿Qué le Sucedió Realmente
a Akenatón?
La mayoría en Egipto
odiaban a Akenatón, excepto un pequeño grupo. Los sacerdotes lo odiaban más que
todos, porque las creencias religiosas egipcias estaban centradas en los
sacerdotes. Ellos controlaban a las personas, su forma de vida y la economía.
Se volvieron ricos y eran más poderosos que cualquiera. Entonces Akenatón llegó
y dijo, "No necesitan sacerdotes;
Dios está dentro de ustedes. Solo existe un Dios y pueden acceder a Dios desde
ustedes mismos." Los sacerdotes reaccionaron para protegerse a ellos y sus
intereses creados. También, Egipto
tenía el ejército más poderoso en el mundo y cuando Akenatón se convirtió en faraón,
estaban listos para irse a la guerra, para salir y conquistar el mundo.
Akenatón dijo que no. El era completamente pacifista y dijo, "Regresen a
nuestra tierra. No ataquen a nadie a menos que sean atacados."
Hizo que los militares
regresaran y se quedaran ociosos y a ellos no les gusto eso.
Así que no solo tenía a
los sacerdotes, sino también a los militares en su contra. Encima de todo eso,
las personas estaban en sus pequeñas religiones y ellos adoraban reverenciar a
sus pequeños dioses. Esto no les haría finalmente ningún bien, no los llevaría
a donde necesitaban ir de acuerdo al plan del ADN para el universo, que era
regresar a casa con Dios, el Dios único, sin embargo, estaban muy involucrados
en lo que estaban haciendo.
Cuando se le dijo por la
fuerza a las personas que ya no podían desarrollar ciertos actos religiosos,
esto creó gran animosidad contra Akenatón. Sería como si nuestro presidente
dijera, "Esta bien, no hay más religiones en los Estados Unidos; solo
existe la religión del presidente." Y si el presidente regresara a toda la
milicia de vuelta a suelo Norte Americano, con un punto de vista aislacionista,
no sería muy popular. Tampoco lo era Akenatón. Pero el sabía que tenía que
hacerlo a pesar de todo, incluso aunque significara su propia muerte. Tenía que
hacerlo para corregir el camino que nuestro ADN colectivo había codificado
dentro de la Realidad. Adicionalmente, necesitaba poner dentro de los registros
akáshicos el recuerdo del propósito sagrado que sostenía la conciencia
Crística.
¿Entonces qué pasó? De
acuerdo con la historia aceptada, los sacerdotes y los militares se unieron y
le dieron un veneno a Akenatón que lo mató. De acuerdo con Thoth, eso no fue
exactamente lo que sucedió, porque no podían matarlo. Podía beber el veneno
pero no le haría daño. Ellos hicieron algo mucho más exótico. Thoth dice que
los sacerdotes contrataron a tres hechiceros negros de Nubia, que hicieron un
brebaje similar al que se usa ahora en Haití, para hacer que alguien parezca muerto.
Se lo dieron a Akenatón en una reunión pública convocada
por los sacerdotes y los militares. Después de que Akenatón bebió el líquido,
todos sus signos vitales parecieron detenerse. Tan pronto como el doctor real
lo pronunció muerto, se apresuraron a llevarlo a una habitación especial en
donde lo estaba esperando un sarcófago. Lo colocaron dentro del sarcófago,
colocaron la tapa con un sello mágico y lo enterraron en un lugar oculto. Thoth
dice que Akenatón tuvo que esperar dentro del sarcófago durante casi 2000 años,
antes de que se rompiera un pedazo del sello y se deshiciera la magia. Entonces
regresó a los Salones de Amenti. Esto no fue un problema para Akenatón.
Thoth dijo que para un ser
inmortal como Akenatón, fue como tomar una siesta. Mi pregunta es, ¿realmente
él permitió que esto le sucediera?
La Escuela de Misterios de
Akenatón
Lo que es importante aquí
es un hecho: Akenatón desarrolló una escuela de misterios. La escuela fue llamada
La Escuela de Misterios Egipcia de Akenatón, la Ley de Uno. Como resultaron las
cosas, el tuvo solamente 17 años y medio para producir resultados. El llevó
estudiantes de la Escuela de Misterios del Ojo Izquierdo de Horus (el lado
femenino), de la que hablaré posteriormente, graduados que tenían cuando menos 45
años de edad, dentro de la Escuela de Misterios del Ojo Derecho de Horus. Esta
información del ojo derecho nunca había sido enseñada antes en Egipto. Les
enseñó durante doce años, después de los cuales solo tenía cinco años y
medio para ver si podía llevarlos a la inmortalidad. ¡Y lo logro! Llevó cerca
de 300 personas hacia la inmortalidad. Creo que todos, o casi todos eran
mujeres.
Alguien preguntó alguna
vez, "¿Por qué no trabajó Akenatón de forma diferente con la población,
para no ponerse en una situación tan peligrosa?" Pero ¿pueden pensar en
una forma de cambiar a toda una población en un periodo tan corto de tiempo,
sin causar conflicto? ¿Podrían hacer esto en los Estados Unidos en este momento
- en un año convertir a todas las religiones en una? Creo que no existe una
forma, excepto hacerlo, incluso si significa ser "asesinado". Además,
lo único que realmente necesitaba hacer, era vivir su vida. Esto quedaría en los registros
akáshicos y sería una memoria que todos tendríamos en nuestro ADN. En un solo
día estaría codificado y después podían hacer lo que quisieran con él. No
estaba realmente preocupado. El sabía que el país, la sociedad y las
costumbres, regresarían a la vieja forma. Pero si consiguió a estas 300
personas inmortales que irían más allá de él y de Egipto.
La Hermandad Esenia y Jesús,
María y José
Después de que Akenatón se
fue, los 300 Egipcios Inmortales se unieron a la Hermandad Tat y esperaron aproximadamente
desde 1350 A.C. hasta cerca del año 500 A.C., como 850 años más o menos.
Después emigraron hacia un lugar llamado Masada, Israel y formaron la Hermandad
Esenia. Incluso hoy Masada es conocida como la capital de la Hermandad Esenia.
Estas 300 personas se convirtieron en el círculo interno y personas mayormente
ordinarias formaron el círculo externo, que se volvió muy grande.
María, la madre de Jesús,
fue uno de los miembros del círculo interno de la Hermandad Esenia. Ella era inmortal
incluso antes de que Jesús lo fuera. José provenía del círculo externo. Esto es
de acuerdo con Thoth; no está escrito en los registros. Era parte del plan
Egipcio que el siguiente paso sería traer a alguien que demostrara exactamente
cómo volverse inmortal, comenzando como un humano ordinario, poner la experiencia
en los registros akáshicos y hacerlo real. Alguien tenía que hacerlo. De
acuerdo con Thoth, María y José se unieron interdimensionalmente (de lo que
hablaremos más tarde) para crear el cuerpo de Jesús, lo que permitiría que entrara su
conciencia desde un nivel mucho muy alto. Cuando Jesús llegó aquí, comenzó su
vida en la Tierra como humano, como cualquiera de nosotros. El era totalmente
humano. Y a través de su propio trabajo se transformó al estado inmortal a
través de la resurrección, no a través de la Ascensión y puso dentro de los
registros akáshicos la forma exacta para hacer esto. Esto es de acuerdo con
Thoth y fue planeado mucho tiempo antes de que ocurriera.
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