Zinzendorf explica su doctrina del Espíritu Santo, proclamando que ella es
una madre de tres maneras distintas. En primer lugar, fue el Espíritu, no
María, que era la verdadera madre de Jesús, ya que "lo preparó en el
útero, se cernía sobre él, y finalmente lo trajo a la luz. Ella [el Espíritu]
le dio [a Jesús] sin duda a los brazos de su madre, pero con las manos invisibles
llevó más que su madre lo hizo. "
En segundo lugar, el Espíritu es la madre de todos
los seres vivos,
porque ella tiene un papel especial en la creación
continua del mundo. "Se sabe que el Espíritu Santo trae todo a la
vida, y cuando el hombre fue hecho de un pedazo de la tierra ... el Espíritu
Santo estaba muy cerca a través de la respiración del respiro de Dios en el
hombre." Por lo tanto, el Espíritu Santo es la madre de todas las almas
que viven de una manera general.
El Espíritu Santo es también la Madre en un tercero y más importante
sentido. Ella es la Madre de la Iglesia y de todos aquellos que han
renacido. "El Espíritu Santo es la única Madre de las almas que han sido
una vez nacidos fuera del orificio lateral de Jesús, como la verdadera matriz
de todas las almas benditas."
Zinzendorf basa esta
comprensión del Espíritu que da a luz a las almas convertidas en gran parte de
la conversación de Jesús con Nicodemo en Juan 3. Jesús le dijo a Nicodemo que
tenía que nacer de nuevo, no desde el vientre de su madre, sino de Dios.
Nicodemo sabía que nacemos de una madre, no de un padre, pero él no sabía quién
era la madre. Zinzendorf dice que Jesus respondió: "No
hay otra madre, no la que físicamente te dio a luz, ella no importa:
hay que tener otra madre que te dará a luz." En definitiva, pues, el Espíritu
Santo es la Madre de los cristianos en el sentido de que es el agente activo en
la conversión. Actores humanos son únicos agentes del Espíritu Santo, y en
algunos casos ni siquiera son necesarios para la conversión.
Condesa Erdmuth Dorothea von Zinzerdof
(1700-1756).
En Junio del 2011 publiqué en éste mismo Blog, la entrada “Les imatges herètiques de
la Santíssima Trinitat” que podeu veure aquí:
A lo largo de éstos últimos años, he ido recopilando nuevas
informaciones e imágenes, sobre lo que por aquellos años me parecía un fenómeno
interesante, en la medida que enlazaba el cristianismo con las tradiciones pre
cristianas, incluso con cultos muy anteriores y lejanos, como los Vedas, etc.
Hace unos pocos meses, de nuevo las “causalidades”, me llevaron
a descubrir la siguiente imagen:
Como podéis ver, se trata de un fresco que representa a la
Santísima Trinidad, se encuentra en una pequeña iglesia de un pueblecito de
Baviera, cerca de Munich.
Veamos algunas imágenes de ésta peculiar iglesia dedicada a San Jacobo en Urschalling:
La imagen que procede del s.XVI, aunque no fueron redescubiertas hasta el 1923. sorprende porque entre el
Padre y el Hijo, destaca “la” Espíritu Santo, si os fijáis, la figura central
es claramente femenina y es bastante diferente en cuanto a su vestimenta, etc.
Inmediatamente, me llamó la atención.
Si las imágenes de la Santísima Trinidad trifaciales
y tricéfalas,
para representar a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, tal como vimos en la
entrada que hemos reseñado anteriormente, habían sido condenadas cómo
heréticas, ¿que no pasaría con una imagen en la que aparecía una mujer como
representación de una las personas de la Trinidad?.
Necesitaba investigar más.
Pronto encontré una buena fuente de información.
Para no aturdiros con un texto sumamente intrincado y con una enorme multitud de citas, os ofrezco un breve resumen:
"En diversos textos del
Cristianismo de los primeros siglos y aún posteriores, el Espíritu Santo es
reflejado como Hipóstasis de género femenino. Esto se muestra de un modo particularmente
intenso en la literatura del cristianismo sirio primitivo, en diversos textos
de la llamada literatura tomasina estrechamente relacionada con aquella -El
Evangelio de Tomás y los Hechos de Tomás- y en algunos de los principales
textos de los que, en su perspectiva gnóstica, serían considerados
posteriormente heterodoxos o apócrifos. Aunque se ha señalado la importancia
lingüística que en buena parte de estos escritos se deriva del género femenino
que el término espíritu asume en hebreo y en su variedad siríaca (ruah y ruha
respectivamente), se hace necesario considerar también la subyacente
comprensión teológica que contempla, en la Persona del Espíritu Santo, el
Rostro femenino y materno de Dios.
Introducción
En la herencia
judeo-cristiana de nuestra cultura occidental se halla asimilada la idea de Dios,
Padre, con connotaciones masculinas. Del mismo modo la Segunda Persona de la
Tríada divina, el Hijo, por cuanto se muestra intensamente ligada con la figura
de Jesús Cristo. El Espíritu Santo como determina el artículo que le precede,
es considerado — en aquellas lenguas que diferencian el artículo de género
masculino o femenino (como el francés, el italiano o el español) — con género y
adjetivaciones masculinas, si bien se percibe de un modo indiferenciado o
neutro. A muchos no estudiosos o desconocedores del tema que aquí tratamos tal
vez pueda sorprenderles que, en los primeros siglos del cristianismo, fue común
en diversos escritores —que así mismos se consideraban cristianos y fieles
seguidores del mensaje de Jesús—, contemplar al Espíritu Santo como «Espíritu
Santa», es decir, de género femenino y con atribuciones femeninas y maternales.
Esta perspectiva de la Tercera Persona de la Tríada divina como Hipóstasis
femenina, comenzó a manifestarse muy tempranamente, desde el siglo I de nuestra
era hasta el s. V y aún posteriormente, y no de un modo aislado, sino en
diversas regiones – por otro lado destacadas- de la incipiente cristiandad. Se
hace necesario recordar en este punto como destaca Ehrman que "la Iglesia
primitiva no estaba constituida por una sola ortodoxia…"..."por el
contrario"..."el cristianismo asumía en la antigüedad una
significativa variedad de formas, ninguna de las cuales representaba con
claridad a una importante mayoría de creyentes en detrimento de las demás…"
"De hecho, hasta donde podemos remontarnos, el cristianismo era
sorprendentemente variado en sus manifestaciones teológicas." Textos y autores del cristianismo primitivo
que determinan al Espíritu Santo con género femenino o atribuciones maternales
Entre los primeros escritos conocidos en que se hace referencia al Espíritu
Santo como Madre, se encuentra el llamado Evangelio de los Hebreos, una de las
obras judeocristianas más antiguas. Redactado probablemente en Egipto, entre
finales del s. I y la primera mitad del s.II e.c., su lengua original
seguramente fue el griego. Sólo se conservan textos fragmentarios recogidos por
diversos autores. Orígenes (185-254) cita en dos ocasiones, con muy ligeras
variaciones, un mismo pasaje de este Evangelio. La forma más extensa del mismo
es la que reseña en su Comentario al Evangelio de Juan: «…el Salvador en
persona dice: ‘Poco ha me tomó mi Madre, el Espíritu Santo, por uno de mis
cabellos y me llevó al monte sublime del Tabor’…»
Muy posiblemente es a esta
Madre a la que Jesús se refiere como su verdadera Madre, que le ha dado la
Vida, en el Evangelio de Tomás -— manuscrito copto del s. IV e.c., cuyo
original griego o más seguramente siríaco, fue compuesto ca. 50 -140 e.c. — de
los Códices de Nag Hammadi (NHC II, 2): «Quien no odia a su
[padre] y a su madre como yo, no puede llegar a ser mi [discípulo]. Y quien
[no] ama a su [padre y] a su madre como yo, no puede llegar a ser mi
[discípulo]. Pues mi madre […], pero [mi] verdadera [madre] me dio la vida».
Evangelio de Tomás, ‘Dicho 101’.
En las Odas de Salomón, la
colección más antigua de himnos cristianos que ha llegado hasta nosotros, de la
Siria Oriental, con fuerte sustrato judeocristiano y de finales del s. I o
comienzos del s.II e.c.7, el Espíritu Santo es mostrado con aspecto femenino.
Orígenes vuelve a acotar
este pasaje en su Homilía sobre el Profeta Jeremías 15,4 (Hom. in Hierem 15,
4): «Si alguien admite el [pasaje]: ‘Ha poco me tomó mi madre, el Espíritu
Santo, y me llevó al monte sublime del Tabor’ y lo que sigue, puede, viendo en
Él a su madre,... ».
El mismo Orígenes afirma
en el citado Comentario al Evangelio de Juan (In Ioh 2, 12.88): ”Quienquiera
que haga la Voluntad del Padre Celestial, tiene al Espíritu Santo por su
Madre”.
El Hijo es la copa, y el
Padre es el que fue ordeñado y ‘la Espíritu Santa’ es Ella quien le ordeñó. Porque Sus pechos estaban llenos y no era
conveniente que su leche fuera efundida en vano. ‘La Espíritu Santa’ abrió Su seno Y mezcló la
leche de ambos pechos del Padre Luego
Ella [‘la’ Espíritu Santa] le dio la mezcla a la generación sin que ellos lo
supieran, y los que la han recibido están en la plenitud [Pleroma] de la
derecha.
Más adelante, en la Oda
36, vuelve a significarse la dimensión femenina del Espíritu Santo: 1 Descansé
en el Espíritu del Señor y Ella me elevó a lo alto. 2 Me restableció sobre mis
pies en la altura del Señor, ante su perfección y gloria, mientras que yo le
alababa con la composición de sus odas 3 La Espíritu me engendró ante la Faz
del Señor y, puesto que yo era el Hijo del Hombre, fui llamado Luz, Hijo de
Dios.
Formando parte de los
Manuscritos de Nag Hammadi, se halla el llamado “Libro Sagrado del Gran
Espíritu Invisible” (NH III, 2; IV, 2), también conocido como “Evangelio de los
Egipcios”. Al igual que el resto de textos de la Biblioteca, fue redactado en
copto en torno al s. IV de nuestra era si bien, algunos estudiosos, consideran
que fue traducido de un original griego de la primera mitad del s. I (100-150
e.c.). En él se muestra a la Tríada divina en este modo: «Han provenido tres
poderes de él, ellos son el Padre, la Madre, el Hijo, desde el Silencio
viviente que proviene del Padre incorruptible. Éstos han venido, pues, a partir
del Silencio del Padre Oculto. »
El Apocrifón o Libro
secreto de Juan (NHC II, 1; NHC III, 1; NHC IV, 1 y P. Berol. 8502), redactado
en copto sahídico, procedente de un original en griego ca. s. II e.c. y
considerado como el “primer escrito en formular una narración completa de
teología, cosmología y salvación cristiana”, relata como Juan el Apóstol, hijo
de Zebedeo, después de la crucifixión tiene una visión mística de la Trinidad
en la que se le dice: «Juan, Juan, ¿por qué dudas y por qué tienes miedo?...Yo
soy el que [está contigo] siempre. Yo [soy el Padre], yo soy la Madre, yo soy
el Hijo.»
En la singular colección
de sentencias, aforismos o reflexiones de corte valentiniano que conforman el
Evangelio de Felipe — manuscrito copto de la primera mitad del s. IV cuyo
original griego fue redactado, probablemente en Siria, ca. 180-250 e.c. —
procedente de la Biblioteca de Nag-Hammadi (NHC II, 3), es patente la
consideración femenina del Espíritu Santo: «Unos decían: “María ha concebido
del Espíritu Santo”. Se equivocan. No saben lo que dicen. ¿Cuándo una mujer ha
sido jamás embarazada por una mujer?... »
Escuela de pensamiento de
Bardaisan (150-222 e.c.), son los únicos Hechos apócrifos de los que se
conserva el texto completo. 22 En la versión posterior griega de los Actos o
Hechos de Tomás se manifiesta, como señala A. Orbe,23 “el esquema triádico”
Padre-Madre-Hijo, mostrándose al Espíritu Santo como Madre u otras clases de
imaginería maternal para el Espíritu. Así, en la epíclesis o invocación al
Espíritu Santo transcrita en el capítulo 27, se halla: «Ven, el Santo Nombre
sobre todo nombre, del Cristo. Ven, la Virtud del Altísimo y la misericordia
perfecta. Ven, el carisma altísimo. Ven la Madre compasiva. Ven la compañía del
Varón. Ven la que descubre los misterios ocultos. Ven la Madre de las siete
casas [esferas planetarias], a fin que tu descanso se adentre en la octava casa
[la Celestial Cámara de la Novia]. Ven, el enviado de los cinco miembros —
intelecto, intuición, ciencia (práctica), reflexión, discurso — y comunícaselo
a estos neófitos. Ven, el [la] Espíritu Santo...»
Hechos de Tomás, del mismo
modo, en el capítulo 50 se encuentra: «Y comenzó a decir (Tomás): Venid las
entrañas perfectas. Ven la compañía del Varón, ven la que conoce los misterios
del elegido, ven la que comunica en todos los premios del noble atleta, ven el
silencio que revela las grandezas de toda majestad, ven la que descubre lo
escondido y hace manifiesto lo misterioso, la paloma sagrada que engendra a los
dos polluelos gemelos, ven Madre escondida…»
Así en el Himno de la
Novia en referencia a los asistentes al banquete nupcial: «Han dado la alabanza
y la gloria, con el Espíritu que vive, al Padre verdadero y la Madre siempre
sabia.»
En el Himno de la Perla
son narrados, como si de un relato autobiográfico se tratara, los avatares de
un príncipe que es enviado por sus regios padres, el rey y la reina de Oriente,
para que recupere en Egipto una perla. Esta perla le permitirá al príncipe
recuperar la túnica que le confiere su identidad y dignidad principesca. Aunque
puede ser leída en muchos niveles, es común en la mayoría de ellos el
reconocimiento del estatus celestial de las figuras parentales. Los antiguos
lectores cristianos de este poema identificaban al rey y a la reina como al
Padre y al Espíritu Santo, mientras que el hijo es tanto el Primer Adam y el
Segundo Adam, el Cristo.
Todavía en los Hechos de
Tomás se hallan otras menciones al aspecto femenino del Espíritu Santo. Así en
la plegaria eucarística del capítulo 133, el apóstol Tomás, dirigiéndose al
pan, declara: «Pronunciamos sobre ti el nombre de la Madre, de un inefable
misterio, y de ocultas autoridades y poderes. Pronunciamos sobre ti tu nombre
Jesús.» Aunque en la versión siria, es sustituido “Padre“ por “Madre” la
naturaleza epiclética de la plegaria sugiere que es dirigida al Espíritu Santo.
Los Hechos de Tomás
ejemplarizan la especial relevancia que en el Cristianismo sirio primitivo
adquirió la consideración del Espíritu Santo como Hipóstasis con atributos
femeninos y, más particularmente, maternales. Muy posiblemente confluyen en
esta particularidad diversas premisas: Por un lado, el culto ancestral a la
Gran Madre jugaba un importante papel en la región de Edesa. Por otro lado, se
hace necesario recordar que en las lenguas semíticas (hebreo, arameo y su
variedad el siriaco), a diferencia del griego y latín, la palabra espíritu,
ruha, viento o aire, es de género femenino (como ocurre en hebreo ruach).
Además, en consonancia con
su énfasis inherente en el nacimiento y renacimiento espiritual, la idea del
Espíritu Santo como Madre es muy común en la primitiva teología y literatura
siria pues, del mismo modo que Jesús adquiere la estatura de Hijo de Dios tras
el descenso del Espíritu de Dios en forma de paloma tras el bautismo (Mt.
3:16-17), así mismo es el Espíritu Santo quien posibilita nacer de nuevo a
quien quiere ver el Reino de Dios (Jn 3:3-7).
Así, no es de extrañar
que, además de en textos y autores considerados más tarde como heterodoxos, en
los antiguos evangelios siriacos y en diversos autores como Afraates, «el sabio
persa» (270-345), en Efrén de Siria (306-373) y en las Homilías de Simeón de
Mesopotamia (Pseudo Macario) (ca. 395), el Espíritu Santo es designado, casi
siempre, en forma femenina. «...Cuando un hombre... [...], ama y honra a Dios
su Padre y al Espíritu Santo su Madre...»
Se ha señalado por Robert
Murray que “los antecedentes de la doctrina de Afraates del Espíritu Santo como
Madre se hayan, en la imaginería judeo-cristiana de la cual se nutrió el
Gnosticismo”.
«Es correcto y apropiado,
niños, pues habéis dejado todo lo que es temporal y haber ido hacia Dios: en
lugar de un padre terrenal vosotros estáis buscando el Padre Celestial, y en
lugar de una madre que está sujeta a la corrupción, vosotros tenéis como a una
Madre el excelente Espíritu de Dios y la Jerusalén Celestial.»
En lengua siriaca, el
Espíritu Santo es denominado también «Consoladora». Y en la antigua Didascalia
Apostolorum (ca. 200-250 e.c., aunque algunos autores datan su redacción en el
s. II), en lo referente al ordenamiento eclesial, la diaconisa es llamada
«imagen del Espíritu Santo».
Y es que fue a partir del
s. V y, definitivamente, en el s. VI que los escritores usaron de forma
generalizada el género masculino del latín spiritus o la forma neutra griega,
pneuma, para referirse al Espíritu Santo.
Con todo es de destacar
que diversos escritores eclesiásticos, aun expresándose en griego o en latín,
contemplan al Espíritu Santo como “principio femenino”. Así el “obispo
filósofo” cirenaico Sinesio (370-413) en su Himno II se refiere a “Ella” como
“madre, y hermana e hija a la vez”: «…Santo Espíritu, centro del que engendra y
del engendrado, juntamente madre, hermana, hija, que engendró a la escondida
raíz [es decir, al Hijo].»
Máximo de Turín, primer
obispo de esta ciudad (398) alude, en uno de sus sermones en relación a Jesús
Cristo, a un nacimiento divino y un nacimiento humano, ambos virginales. El
nacimiento divino (del Cristo) corresponde a una Virgen Divina que, aunque no
es explícitamente aclarado, puede entenderse como al Espíritu Santo y el
nacimiento humano (de la humana persona de Jesús) se dio por medio de la Virgen
María.
Los escritores sirios
comúnmente emplean el verbo rahef para describir la actividad del Espíritu
Santo, combinando la acción de una madre pájaro con la designación del Espíritu
como “Madre”. Dos autores posteriores aclaran esto. Así el monje del s. VII,
Martyrius (Sahdona de Halmon. ca. 600-650) dice: “ «… Espíritu Santo, quien,
como una madre, sobrevuela sobre nosotros mientras ella da santificación [nos
santifica] » Y el obispo Moses bar Kepha (813-903) comenta que «El Espíritu
Santo se cernió [sobrevoló] sobre Juan el Bautista y lo crió como una madre
compasiva.»
Antecedentes
veterotestamentarios y en diversos textos religiosos y místicos del judaísmo El
Cristianismo primitivo y dentro de él, en modo particularmente intenso, el
cristianismo sirio y el cristianismo gnóstico primitivo, acogió —adaptándolo a
sus propias singularidades— la imaginería judaica del Espíritu de Dios, ruah
YHVH, en la que éste es percibido o mostrado con características femeninas. La
ruah YHVH, el Espíritu de Dios, muestra en diversos textos del Antiguo
Testamento características femeninas que impregnarían posteriores escritos del
Nuevo Testamento. Un ejemplo de ello es la descripción del Espíritu Santo como
paloma en los relatos evangélicos sobre el Bautismo del Señor. En la imagen de
la paloma, que ofrece asociaciones femeninas, confluyen varias connotaciones
del AT. Así en Gen 1, 2, donde es narrada la Creación, se reseña que el
Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas. Desde la perspectiva teológica
rabínica se asimila el cernirse del Espíritu divino sobre las aguas con el
planear o aletear de un pájaro, de una paloma o un águila. También en el Cantar
de los Cantares del rey Salomón, Cant 2, 5, la paloma destaca como símbolo por
excelencia de la esposa. En la tradición bíblica Dios no aparece únicamente
bajo el lenguaje masculino. También lo femenino es vehículo de la revelación de
Dios, expresándose en diversas partes del AT con aspectos maternales: «Como
aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén
tomaréis consuelo.» Is 66,13 «¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para
dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me
olvidaré de ti.» Is 49,15 La dimensión femenina de la divinidad en el judaísmo
encuentra en la Presencia de Dios o Shekinah, uno de sus mayores exponentes. Si
bien el término Shekinah o Shejiná, derivado del hebreo shakan, presencia, acción
de morar, no aparece explícitamente en la Biblia, sí es utilizado
frecuentemente en el Talmud como sinónimo de Santo Espíritu. El Zohar, uno de
los textos más representativos de la mística judía o Kabalah atribuido a Simeón
Bar Yojai (s. I-II e.c.), corrobora esta correspondencia entre la “Presencia de
Dios” o Shekinah y el Espíritu Santo: «Y la Shejinah, […] que es el Espíritu
Santo.»
Por otro lado, en su
exégesis interpretativa, el Zohar considera que las menciones en el texto
bíblico a la “Presencia o Gloria de Dios” son equivalentes a “Rostro de Dios” o
“Faz del Señor” que se manifestaba como columna de nube durante el día y
columna de fuego durante la noche (Éxodo XIII, 22) y que no sólo acompañaba al
pueblo de Israel sino, y muy especialmente, a los justos.
La estrecha relación entre
la Shejinah y el Espíritu Santo: El pecado aleja a ambos y las mismas virtudes
califican a la una como a la otra. En el Zohar la Shekinah o Shejinah, es
también asimilado como un ángel, “El Ángel de la Faz”, que integra “lo
Masculino y lo Femenino”. La Shekinah es considerada, en el pensamiento místico
judío, como la profunda seidad inmanente del ser humano, la Santa Presencia de
la Gloria de Dios dentro de él, el trasfondo profundo de su propia alma, y que
puede revelarse personalmente al hombre y a la mujer.
Las palabras del Apóstol
Pablo en su Epístola a los Corintios, se muestran en consonancia con ese
aspecto de acompañamiento o Moradora interior de la Shekinah: «¿No sabéis que
sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?» 1 Cor 3, 16
«¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» 1 Cor 6, 19 En todo
caso es muy intensa la relación del Espíritu Santo de Dios, la Presencia de
Dios o Shejinah con lo femenino y en lo concreto con la mujer, desde la
perspectiva rabínica cabalística: «Todas las mujeres se hallan al amparo de la
Shejiná y Ella mora con quien tiene esposa y no con quien no la tiene.» El
Zohar, sección Vayehi.
Epílogo Cuando
profundizamos en la historia del cristianismo como tradición religiosa, en sus
primeros siglos, en las diversas comprensiones que en él se dieron y
considerando su estrecha relación con el sustrato judaico del que surgió
hayamos, en algunos de sus textos olvidados o apartados de la ortodoxia, la Faz
femenina y Maternal de Dios manifestándose, revelándose, por su Espíritu Santo.
Esta perspectiva, más allá de su expresión gramatical lingüística o por medio
de elementos simbólicos femeninos o, incluso, ateniéndose a ella —por la íntima
relación que existe entre el lenguaje, el pensamiento y el sentimiento—,
apuntan, como diversas corrientes teológicas, no ya del pasado sino actuales,
lo resaltan, a una vía de acercamiento a lo Divinal aproximándose y
profundizando en Su semejanza femenina y masculina, trascendiendo connotaciones
meramente biológicas o genitales, dentro de cada ser humano, varón o mujer. (Tomado de Hesykhios T. Elpizein, septiembre 2014.)
Podríamos recordar aquí alguna de las representaciones tradicionales de la Santísima Trinidad, conformes a la tradición católica:
Ésta es la representación más frecuente, la tradicional digamos. En la parte superior derecha de la imagen, encontramos a Dios Padre. A su derecha, en la parte superior izquierda a Jesús, Dios Hijo. Y en el centro, la paloma o Espíritu Santo. Ciertamente en el idioma castellano, la paloma tiene un género femenino, cosa que no pasa en otros idiomas, por ejemplo en catalán que seria "el colom", género masculino. No pensamos en un palomo blanco, aunque sea "el" Espíritu Santo.
Los que conozcan más a fondo la simbología, recordarán que tradicionalmente, la paloma se asocía desde tiempos muy antiguos -finales del Paleolítico, comienzos del Neolítico- a las diversas representaciones de la Diosa Madre, como ave, pero ésto queda fuera de los objetivos de ésta entrada.
Otras representaciones "ortodoxas" de la Santísima Trinidad:
Aquí podemos ver de nuevo a Dios Padre que en su pecho lleva el ojo inscrito en un triángulo, a Dios Hijo con el cordero de los sacrificios en el pecho y las laceraciones de la crucifixión en las manos, a Dios Espíritu Santo con "el" palomo sujeto con las manos
Bien, hasta aquí las
argumentaciones, consideradas heréticas tanto por la Iglesia Católica, como por
las iglesias protestantes sobre la Femineidad del Espíritu Santo, o del
Espíritu Santo como Diosa Madre. Recordemos de paso que la posición de la
Iglesia se basa en el siguiente texto, para impedir la ordenación de las
mujeres como sacerdotes.
“Porque no permito que la mujer enseñe, ni que
contienda con el varón, sino que guarde silencio; porque Adán fue formado
primero, y después Eva, y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo
engañada, transgredió el mandamiento.” (1ª Ti. 2:12-14)
En otra pequeña iglesia,
no muy lejana a la anterior, en Eggenfielden, existe un retablo escultórico, de semejante
contenido, veamos:
Aquí tenemos una Santísima Trinidad, en el cetro a Dios Padre, a su derecha a Jesús, Dios Hijo, a la derecha de la imagen a Dios Espíritu Santo que están coronando a la Virgen María. Es otra imagen típica de la iconografía católica:
Pero volvamos la vista atrás, fijémonos de nuevo en el Espíritu Santo que aparece en el retablo:
Aunque no se aprecian características sexuales, debajo de la ostentosa y rica vestidura, la belleza del rostro, la ausencia de barba, la delicadeza de la mano que sostiene el cetro, nos llevan a pensar de nuevo en "la" Espiritu Santo.
¿Que relación debía existir entre éstas dos obras, ambas fechadas en el S.XV, aunque se cree que el fresco de la Iglesia de San Jacobo pudiera ser anterior del S.XIII y restauradas en el XV?
En aquella región alemana, Baviera, cercana a las fronteras con Austria, Suiza y Chequia, bien pudieron llegar desde finales del S.XIII, influencias del movimiento de los Gugliemiten.
Las Guglielmiten eran seguidoras de Guglielma o Vilemína de Bohemia
o Vilemína Blažena, una hija del rey checo Premysl Otakar I y su segunda esposa Constanza de Hungría. Guglielma
nació en Pentecostés 1210, apareció en Milán en algún momento entre 1260-1270 y
murió allí el 24 de agosto 1281.
Michele Caffi conjeturó que había sido monja, que en esa
condición “cometió el pecado” de tener un hijo y de incógnito huyó a Milán. Su nombre latino era
"Guillelma", en Milan la llaman "Guillermina" o
"Guglielmina" Felice, Felicino, Felicina (feliz, mujer beatífica) o
Paraclitolo (pequeña Paracletos –tercera persona de la Santísima Trinidad-), en griego
"Consoladora".
La idea de las Guglielmiten era que la renovación de la
comunidad cristiana vendrá del sexo femenino. Así
como Cristo en la última cena a sus discípulos exhorta al amor y servicio de
los demás, Guglielma llama a sus discípulos, a liberarse de las convenciones
sociales y conectar en el amor y el
respeto mutuo.
Guglielma fue una gran
sanadora, y su reputación creció hasta el punto del surgimiento del movimiento
religioso llamado Guglielmites, al que se unieron muchas mujeres y algunos
aristócratas Milaneses. Entre otras cosas que veremos más adelante, éste
movimiento sostiene que Dios se podría buscar en sí mismo, privando de este
modo el papel de intermediación de la iglesia y que Dios se podía encontrar en
el cuerpo de una mujer de la misma manera como en el de un hombre.
La idea extraordinaria de una encarnación femenina de Dios se
extendió a Guglielma toda la vida. Se creía que su cuerpo y el de Cristo eran
un solo cuerpo, es decir, el Espíritu Santo. Y,
como consecuencia, la redención había sido superada por el sacrificio de
Cristo. Dijo que "se ofrece
a partir de 1262, no sólo para el cuerpo de Cristo en el sacrificio de la misa
y consagrado, pero al mismo tiempo el cuerpo del Espíritu Santo, que Guglielma
misma era".
Esta doctrina está conectada con la doctrina de la redención de
los incrédulos por la idea de que el plan de salvación de la humanidad podría
materializarse en su totalidad por la reciente aparición de Dios en el sexo
femenino.
Guglielma murió el 24 de agosto 1281 y fue enterrada en el
cementerio de la parroquia de San Pietro all'Orto. El 1 de noviembre del 1281 cuerpo fue
exhumado y vuelto a enterrar en un ataúd precioso, decorado. Luego de la ceremonia solemne traslado
tuvo lugar en Milán, a la Abadía de Chiaravalle .
Su
tumba (una celda monástica) se convirtió en el destino de las peregrinaciones y
lugar de encuentro. Un mes
después del funeral era su cuerpo otra vez sacado del ataúd, y se lavó con agua
y vino. Se recogió el líquido en
un recipiente y se transfiere a la hermana Mayfreda. A continuación, el cuerpo estaba
vestido con una camisa y un escapulario y de nuevo puesto en el ataúd. El escapulario es un rectángulo largo de la tela con
un cuello en el medio, que es usado por los monjes; la hipótesis es que Guglielma fue una
monja cisterciense se basa en esta ropa.
Sucesora de Guglielma fué la hermana Mayfreda Pirovano en el
Convento de Biassono. Predicaron,
enseñaron y realizaron siempre los
sacramentos. Su autoridad en el
Guglielmiten se basa en el hecho de que representaban la encarnación en
Guglielma de Dios –Espiritu Santo- en la tierra. Se la conoce como "dominus meus
dominus vicarius". Frente a
ella, el gesto del pie y el beso de la mano practicada desde el Guglielmiten (gestos
que desde 1073, sin excepción, fueron reservados exclusivamente para el Papa). En 1284 la Inquisición de Milán supo
por primera vez debido a la falta de cuidado de Allegranza Perosio y Carabella
Toscana de herejía. Seis mujeres
y un hombre fueron interrogados en un proceso que abjuraron en su creencia
errónea y fueron simbólicamente castigados y absueltos.
En 1296 firmó el Papa Bonifacio VIII, una Bula (Sepe Sanctam Ecclesiam, como Nuper anuncio Audientiam conocido), por la que las seguidoras
de Gugliema son condenadas acusadas de ser una secta herética. Escribe que algunas personas,
incluidas las mujeres, tenían la teoría, que poseen el poder de atar y resolver
(el poder del Apóstol Pedro y sus sucesores), realizarían los sacramentos, oirían
confesiones, presumirían de predicar y de hacerse la tonsura (corte de pelo
acto de entrega de los clérigos). También fueron acusadas de que se juntaban
durante el día y la noche, argumentan sermones, permanecían desnudas, serían como
sus esposas y se podían intercambiar, etc.
La primera parte de la Bula contiene información que se aplica
perfectamente a las Gugliemiten. 1296
estableció la Inquisición de nuevo, pero sólo un miembro interrogado. Esto puso en alerta, a la hermana superiora
Mayfreda con otras monjas, abandonaron el monasterio Biassono y se mudaron a la
casa de Guglielmo Codega.
En Pascua, 10 de abril del 1300 celebra la hermana Mayfreda la
liturgia de Pascua. El 19 de
abril, fue citada para ser interrogada por la Inquisición. El
20 de julio, se abrió un nuevo juicio contra el Guglielmiten, el proceso fue
dirigido esta vez contra la fallecida Guglielma.
En septiembre, los tres miembros
principales fueron quemados junto con el cuerpo de Guglielma.
En el 1302 se llevó a cabo todavía un nuevo interrogatorio de un miembro, aquí se
menciona primero de paso que Guglielma tuvo un hijo. Un Verhörter afirmó que los monjes de
Claraval comparan la santa Guglielma a la luna y las estrellas, y comentó que
lo hacen mal. En el proceso se
hicieron también preguntas sobre las prácticas religiosas no cristianas:
"¿Alguna vez costras o restos se tiran al fuego? Parece como si el juez adoptase la
trayectoria histórica hasta la fecha de equiparar la feminidad con la magia y
la brujería ".
Los principales 14 creencias de la enseñanza vilemitischen se
presentaron con motivo del proceso de 1300:
·
I. Vilemína es el espíritu que se ha
convertido en la carne de las hembras.
· II. A medida que el arcángel Gabriel a
la Virgen María proclamó la encarnación de la Palabra, proclamada el Ángel
Rafael Konstanze, reina de Bohemia, la encarnación del Espíritu Santo.
· III. Vilemína era verdadero Dios y
verdadero hombre (homo) en las mujeres, así como Cristo verdadero Dios y
verdadero hombre (homo) en los hombres era.
·
IV. Desde Vilemína es el Espíritu Santo,
y por lo tanto el Ser Divino, que es superior a la Virgen María y otros santos.
· V. Como Cristo sufrió como un ser humano
y murió, por lo que también Vilemína murió en función de su humano, no su
naturaleza divina.
·
VI. Como también Cristo fue
Vilemína cinco heridas en su cuerpo.
· VII. Así como Cristo se levantó
corporalmente, en presencia de sus discípulos volvieron hacia el cielo y en
Pentecostés el Espíritu Santo en lenguas de fuego que descendió sobre ellos,
así Vilemína resucitará antes del reciente corte con su cuerpo de la mujer, en
presencia de sus discípulos, amigos y fieles en cielo subir y volver a ellos en
lenguas de fuego. A continuación, todos ellos serán su enviados.
·
VIII. Como Cristo, el apóstol Pedro como
su representante en la tierra y se fue detrás de él entregó su iglesia y las
llaves del reino, así Vilemína hermana Mayfreda convirtió el Humiliatenorden
detrás como su adjunto en la tierra.
· IX. Como el apóstol Pedro celebra
ferias y predicó en Jerusalén, por lo que la Adjunta Mayfreda, es la única
autorizada a celebrar y predicar ferias de Milán y después en Roma; allí
se ocuparán entonces la Santa Sede. Como Cristo es también Vilemína tienen
sus discípulos y apóstoles.
· X. La hermana Mayfreda para ser verdad
"papisa" y tienen la autoridad de un verdadero papa porque Mayfreda
se debe a Vilemína es el Espíritu Santo en la forma de una mujer, sea su
suplente en la forma de una mujer. El papa y el papado, y el cardenal
curia a su autoridad hermana pasaron Mayfreda que debe bautizar a los Judios,
los musulmanes y todos los otros pueblos fuera de la Iglesia romana.
· XI. Los Evangelios en vigor en cada
momento, así como las enseñanzas contenidas en él van a ser sustituidos por los
Evangelios, que son cuatro de escritura elegido a modo Vilemína vez Mayfreda
habrá tomado con toda tranquilidad y de forma permanente la Santa Sede en Roma.
· XII. Vilemína ya ha resucitado, y
se adhiere a la carne, como el Cristo resucitado se alojaba su carne donde
quisiera. Y como Cristo apareció antes de su Ascensión María Magdalena,
por lo que también es Vilemína sus discípulos aparecían de vez en cuando.
· XIII. El perdón de los pecados, que
se obtiene en Chiaravalle por una peregrinación a la tumba Vilemínas
corresponde al valor previamente recibida por una peregrinación a la tumba de
Cristo en Jerusalén.
· XIV. Al igual que los apóstoles de
Cristo por amor sufrir a él, por lo que también los seguidores Vilemínas van a
sufrir, y como Judas traicionó a Cristo y entregarse a los Judios, así como
algunos seguidores Vilemínas entregarán sus compañeros a la Inquisición.
Es de notar que la parte Puricelli ortodoxa
de la enseñanza vilemitischen fué deliberadamente ignorada y que la fe de los Vilemiten no se han limitado a la
lista de sus creencias heréticas. Debe hacerse hincapié en que las omisiones
de origen Puricelli de la fe y la enseñanza de Vilemína incluso el hecho de que
en los que la conocían, había despertado la idea de una relación directa entre
Dios y el sexo femenino en la creencia de que quien creó al hombre a la
dualidad de un cuerpo de dos sexos, lo han deificado por su encarnación en esta
dualidad.
Como resultado del juicio conotra los Guillemites resultará el exterminio
de la Iglesia temprana naciente xiv :
hacia 1300 treinta de estos discípulos, que eran
originarias de familias notables de Milán, fueron acusadas por la Inquisición. Encontramos entre ellos el teólogo Andrea
Saramita, que apoyó las tesis de Joaquín de Fiore y Maifreda
da Pirovano, que proclamó al Papa Joan por
Guglielma y fue acusado de haber nombrado a mujeres cardenales para haber
predicado, distribuido de la Eucaristía y de tener "las manos y los pies atados". Él se cargará, además, haber dicho misa en nombre de
Guglielma y se han preparado para un nuevo evangelio.
Andrea
Saramita y Maifreda da Pirovano serán quemados en el año 1300 con algunos
otros. Para erradicar el culto, los inquisidores luego de desmantelar la
tumba de Guglielma, destruyen sus imágenes y textos de sus seguidores, su
cuerpo fue quemado y las cenizas esparcidas, prometiendo su memoria a la
condenación. Sin embargo, parece que el culto popular de la santa permaneció
vivo en ciertas regiones de Italia ya que todavía encontramos huellas en Brunate .
Esta herejía medieval
es parte de un movimiento más amplio de la cristiandad europea que implica las
corrientes del espíritu libre o beguinas a veces se identifica con la
aspiración de las mujeres para el sacerdocio, sino que corresponde, en todo
caso, un movimiento del pensamiento y de la reforma debido a la laicos y las mujeres movimiento "que
viene con las características de una filosofía práctica y la sociedad cristiana
que empujaron a nuevas fronteras correspondientes al espíritu de la libertad de
nacer y de formarse en las nacientes ciudades"
Sobre el movimiento de las Beguinas podéis leer las siguientes entradas:
http://terraxaman.blogspot.com.es/2012/11/beguinas-y-misticas-en-la-europa.html
http://terraxaman.blogspot.com.es/2012/11/beguinas-y-misticas-en-la-europa_1.html
Como podéis observar, el tema de las representaciones femeninas del Espíritu Santo, nos está conduciendo mucho más allá de lo que podía parecer en un inicio y eso que estamos haciendo un gran esfuerzo de contención para no irnos -demasiado- por las ramas.
La tradición iconográfica católica ortodoxa, sostiene sobre la Santísima Trinidad el siguiente esquema:
y hemos visto algunas de las representaciones tradicionales, podemos ver alguna más:
Tambien hemos podido ver algunas de heterodoxas, como lo es la siguiente:
Prosiguiendo con nuestra investigación, sobre la representación de "la" Espíritu Santo, aún hemos
hallado otro ejemplo, quizás el más evidente, en una iglesia del Pirineo en
Bellpuig, en la Catalunya francesa:
En el interior de ésta pequeña joya del románico catalán del S.XI, se encontraba éste retablo, restaurado recientemente y fechado también en el S.XV:
Nos encontramos de nuevo con la escena que conocemos. En el centro la figura de Dios Padre, con el triángulo sobre la cabeza. A su derecha, Jesús, Dios Hijo, con la cruz y las laceraciones en los pies. A la izquierda de Dios Padre, lo que no puede ser -por la paloma sobre el pecho- sino el Espíritu Santo. Fijémonos con más detalle:
En ésta ocasión, no cabe tampoco la menor duda, incluso se insinúa el seno derecho. El anónimo autor de éste sencillo retablo, nos trae hasta éste rincón de los Pirineos, el eco de aquellas voces que sonaron en Bohemia, en Milán y Baviera, pocos siglos después de otra persecución infamante contra los denominados "cataros", sobre los cuales podéis leer la siguiente entrada:
http://terraxaman.blogspot.com.es/2007/08/esclarmonda-de-foix.html
Pero a pesar
de la represión, de las condenas al fuego por parte de la Inquisición, de los
siglos XIII-XIV, ésta enseñanza
gnóstica reapareció con fuerza en el siglo 18 en Alemania. Antes de seguir, es
bueno saber el transfondo religioso de la Iglesia Morava. Los Moravos trazan
sus orígenes en John Huss
y los Bohemios -que hemos visto más arriba-, aunque mantienen ideas que difieren
radicalmente de ellos en lo que se refiere a la naturaleza del Espíritu Santo.
El líder principal y de gran influencia en los Moravos fue la Condesa Erdmuth
Dorothea von Zinzerdof (1700-1756).
Una de las características de este
movimiento es que ordenaban mujeres y se llamaban a sí mismas como hermanas y
hermanos. Zinzerdof justificaba el ordenamiento de mujeres en el hecho de que
el libro de los Hechos registra el bautismo en el Espíritu Santo a 120 personas
entre los cuales había mujeres, sugiriendo entonces la igualdad de hombres y
mujeres en el oficio de la predicación la cual desde entonces no ha cesado. Las
mujeres tenían oficios de diaconas y presbíteros. Zinzerdof mantenía la idea de
que el Nuevo Testamento ofrece ejemplos de mujeres profetas, discípulas y
colaboradoras e inclusive apóstoles. Académicos han encontrado un numero de más
de 200 mujeres fueron ordenadas como diaconisas y catorce mujeres que fueron
ordenados como sacerdotes o presbíteros en secreto, en el periodo de Zinzerdof
( 1730). Los Moravos también afirmaban que sus obispos vienen de la sucesión
apostólica desde el Nuevo Testamento y por lo tanto al ordenar mujeres al
diaconado dan una línea de autoridad a sus funciones. Se dice que Ana Nitchsmann
fue ordenada la primera obispo.
Está reconocida la influencia de las ideas de
Zinzerdof en la teología Moravia, la cual proveyó el fundamento para el
liderazgo de mujeres del siglo 18. Durante este tiempo los Moravos oraban
al Espíritu Santo como “Madre.” Por más de 30 años esto fue la practica
aceptada y se animaba fuertemente en la iglesia esta práctica en la oración.
Zinzerdoff dijo que la maternidad del Espíritu Santo fue “punto importante y
extremadamente esencial….y que la práctica de las iglesias depende de este
punto”.
Una de las mas importante letanias al Espíritu Santo durante el tiempo de Zinzerdof fue titulado “La Madre,” el cual fue basado en la antigua Te Deum Ludamus.
La letania empieza así: “Señor Dios, ahora seas alabado, tu eres digno Espíritu Santo! Tu, la madre de la Cristiandad, la Iglesia unida te honra. Todos los ángeles y la corte de los cielos y quien sea que sirve al Hijo, también los Querubines y Serafines, ellos cantan todos con una voz clara.” Esta letania representa un ejemplo raro de la liturgia dentro del Cristianismo usando lenguaje femenino para describir a Dios, pero solo fue uno de los muchas piezas de adoración a la madre Espíritu en las iglesias Moravas.
Cuando los residentes de Bethlehem, Moravia, edificaron en sus edificios largos para los Hermanos solteros en 1748, una piedra fue esculpida para proclamar a todos los visitantes lo que los Moravos creían acerca de Dios: “Padre, Madre y adorado Esposo dan el honor a los planes de los hombres jóvenes.” Los Moravos en 1748 fueron comprometidos en la idea que la Trinidad incluye Dios la Madre al punto que ellos mismos lo escribieron en piedra y lo situaron al frente de sus edificio. Tiempo después los Moravos fueron avergonzados de esta teología de sus antepasados que tuvieron que esconder la piedra y su mensaje.
Zinzendorf reconoció que este tipo de lenguaje para el Espíritu Santo no fue típico entre la gente, pero ella siempre insistía que era la más simple, clara y mejor manera de comunicar la naturaleza del Espiritu Santo. Este es el lenguaje que aun un niño puede entender.
Zinzendorf contendía por la autoridad escritural del Oficio de la Madre vinculado al Antiguo y Nuevo Testamento, como los textos Isaias 66:13 y Juan 14:26: “Cuando el querido salvador al final de su vida quiso consolar a sus discípulos (en ese momento el lenguaje no era tan rico como ahora), en ese tiempo el Salvador, quien fue el más grande estudiante de la Biblia, había sin duda leído el verso en la Biblia ‘Te consolare como una madre consuela’. Luego el Señor pensó ‘si voy a decir a mis discípulos que me voy, entonces debo darles un consolador. Debo decirles que ellos recibirán a alguien quien les consolara en mi partida. No será extraño a ellos porque ellos ya lo habrán leído en la Biblia….allí se lee que ellos tendrán una madre: Dejare mi Espíritu.”
Zinzendorf creía que la iglesia debía ser una escuela del Espíritu Santo, que a diferencia de cualquier institución educativa humana. Se trata de "una escuela de la familia, que es una escuela en enseñanza primaria, en los brazos de la Madre eterna" que ama tiernamente a sus hijos. Un cristiano es como un niño que "se sienta en el regazo de la Madre, se recibe en la escuela, y es llevado a través de todas las clases, entonces es bajo el permiso especial, bajo el régimen maternal del Espíritu Santo, que consuela, castiga, y besa el corazón, como una madre consuela, castiga, y besa a su propio hijo ". No se sabe si Zinzendorf había leído la obra de Comenius “Escuela de Madre”, pero esta cita es ciertamente consistente con el entendimiento de Comenius de que la educación es un proceso benevolente guiado por una figura enriquecedora.
La idea de que el Espíritu Santo como la madre se convirtió en una parte importante de la devoción de Moravia y la vida comunitaria. La iglesia estableció una fiesta para el Espíritu Santo, popularmente llamado el Mutter Fest (festival Madre), que fue mencionado por primera vez en público en 1752. Se observó al año hasta 1770. Parece que la devoción a la Madre fue especialmente importante para las mujeres de la comunidad. “La oración de la Iglesia a la madre” fue utilizado regularmente en el día de la fiesta de la hermana soltera. Es muy significativo que Zinzendorf comparó el Espíritu Santo a Anna Nitschmann, que también fue conocida simplemente como Mutter.
Una de las mas importante letanias al Espíritu Santo durante el tiempo de Zinzerdof fue titulado “La Madre,” el cual fue basado en la antigua Te Deum Ludamus.
La letania empieza así: “Señor Dios, ahora seas alabado, tu eres digno Espíritu Santo! Tu, la madre de la Cristiandad, la Iglesia unida te honra. Todos los ángeles y la corte de los cielos y quien sea que sirve al Hijo, también los Querubines y Serafines, ellos cantan todos con una voz clara.” Esta letania representa un ejemplo raro de la liturgia dentro del Cristianismo usando lenguaje femenino para describir a Dios, pero solo fue uno de los muchas piezas de adoración a la madre Espíritu en las iglesias Moravas.
Cuando los residentes de Bethlehem, Moravia, edificaron en sus edificios largos para los Hermanos solteros en 1748, una piedra fue esculpida para proclamar a todos los visitantes lo que los Moravos creían acerca de Dios: “Padre, Madre y adorado Esposo dan el honor a los planes de los hombres jóvenes.” Los Moravos en 1748 fueron comprometidos en la idea que la Trinidad incluye Dios la Madre al punto que ellos mismos lo escribieron en piedra y lo situaron al frente de sus edificio. Tiempo después los Moravos fueron avergonzados de esta teología de sus antepasados que tuvieron que esconder la piedra y su mensaje.
Zinzendorf reconoció que este tipo de lenguaje para el Espíritu Santo no fue típico entre la gente, pero ella siempre insistía que era la más simple, clara y mejor manera de comunicar la naturaleza del Espiritu Santo. Este es el lenguaje que aun un niño puede entender.
Zinzendorf contendía por la autoridad escritural del Oficio de la Madre vinculado al Antiguo y Nuevo Testamento, como los textos Isaias 66:13 y Juan 14:26: “Cuando el querido salvador al final de su vida quiso consolar a sus discípulos (en ese momento el lenguaje no era tan rico como ahora), en ese tiempo el Salvador, quien fue el más grande estudiante de la Biblia, había sin duda leído el verso en la Biblia ‘Te consolare como una madre consuela’. Luego el Señor pensó ‘si voy a decir a mis discípulos que me voy, entonces debo darles un consolador. Debo decirles que ellos recibirán a alguien quien les consolara en mi partida. No será extraño a ellos porque ellos ya lo habrán leído en la Biblia….allí se lee que ellos tendrán una madre: Dejare mi Espíritu.”
Zinzendorf creía que la iglesia debía ser una escuela del Espíritu Santo, que a diferencia de cualquier institución educativa humana. Se trata de "una escuela de la familia, que es una escuela en enseñanza primaria, en los brazos de la Madre eterna" que ama tiernamente a sus hijos. Un cristiano es como un niño que "se sienta en el regazo de la Madre, se recibe en la escuela, y es llevado a través de todas las clases, entonces es bajo el permiso especial, bajo el régimen maternal del Espíritu Santo, que consuela, castiga, y besa el corazón, como una madre consuela, castiga, y besa a su propio hijo ". No se sabe si Zinzendorf había leído la obra de Comenius “Escuela de Madre”, pero esta cita es ciertamente consistente con el entendimiento de Comenius de que la educación es un proceso benevolente guiado por una figura enriquecedora.
La idea de que el Espíritu Santo como la madre se convirtió en una parte importante de la devoción de Moravia y la vida comunitaria. La iglesia estableció una fiesta para el Espíritu Santo, popularmente llamado el Mutter Fest (festival Madre), que fue mencionado por primera vez en público en 1752. Se observó al año hasta 1770. Parece que la devoción a la Madre fue especialmente importante para las mujeres de la comunidad. “La oración de la Iglesia a la madre” fue utilizado regularmente en el día de la fiesta de la hermana soltera. Es muy significativo que Zinzendorf comparó el Espíritu Santo a Anna Nitschmann, que también fue conocida simplemente como Mutter.
Según Zinzendorf, la bendición de los cuerpos de las mujeres viene a través de María, la madre de Jesús. Las madres lactantes deben meditar sobre el misterio que Dios era un bebé que María amamantó. Zinzendorf insistió en que la concepción de Cristo en el seno de María y el nacimiento de Jesús quitó la vergüenza asociada con el cuerpo femenino. Como tal, las mujeres y sus cuerpos deben ser honrados por todos. "Y desde aquella hora el miembro femenino, la madre femenina, no era más una pena pero el más honrado de todos los miembros". Zinzendorf audazmente proclamó que los cuerpos de las mujeres son sagrados.
Algunos grupos gnósticos también promueven esta doctrina de la femineidad del Espíritu Santo, y se refieren a Él como “la Madre Universal”, y la describen así: “La Jerarquía Divina podrá entonces, aproximarse a la humanidad terrestre. Al hablar de Madre Universal, estamos hablando de la Matriz Cósmica, la Mater Virgo. Es una de las tres energías básicas del Universo. En el nivel planetario rige la vida de la materia y es parte del alto escalón de la Jerarquía planetaria. Prueba la sustancia que permite a la vida manifestarse y a la materia liberar su cuerpo de luz, que es lo que estamos iniciando hoy: asumimos en un cuerpo físico la trascendencia cósmica....Estamos viviendo la Nueva Era, la Era del Espíritu Santo, la era de la polaridad femenina, en que, ya no más, se vencerá por la espada y por el dolor, y si, por el uso del amor a través de actos, pensamientos y unión de esfuerzos.”
Pues como siempre espero que os haya sido útil e interesante.
2 comentaris:
Molt interessant, sempre he cregut amb movimients "espirituals", al marge de la ortodoxia catòlica. I a més, que siguin dones les que ho promovïen, és un acte de començar a donar a conèixer i deixar de ser invisibles.
Bona nit Laura:
Els temps requereixen amb urgència un canvi "radical". La radicalitat s'ha de produir en molts camps de la vida individual -creixement espiritual- i de la vida en societat.
D'entre aquests canvis, el més urgent -en la meva opinió- és el canvi de valors, deixar de banda d'una vegada per totes el patriarcat, amb els seus corol·laris de capitalisme i mecanicisme, impulsant una nova forma de matriarcat, començant per substituir l'idea d'un deu pare que jutga i condemna, per la de la Deessa Mare.
Aquestes i tantes altres dones -i homes- que van haver de patir -i pateixen- persecucions per a defensar la Justícia, ens empenyen amb força cap a l'esdevenidor, que serà més just, lliure i solidari, o no serà.
Ja arribat l'hora de governar el poder dels mercats i de que aquests deixin de governar-nos.
Gràcies pels teus comentaris.
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